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/Ellitoral.com.ar/ Cultura

Mucha fiesta y grupos con invitados en la segunda velada chamamecera

El sábado Amandayé presentó una propuesta artística recargada, mientras que Amboé festejó sus 25 años de música. Tajy enamoró con su virtuosismo y Patricia Gómez, con una voz privilegiada. Mientras que Vichito Echeverría hizo bailar a todo el Cocomarola.  
FOTOS NICOLAS ALONSO

Veronica Echezarraga

vechezarraga@ellitoral.com.ar

El sábado se cumplió la segunda noche de la Fiesta Nacional del Chamamé y fue realmente eso, una fiesta, tanto por la cantidad de público que se reunió en el anfiteatro Cocomarola (más de 9 mil personas), como por la fuerza y el entusiasmo de los grupos que subieron al escenario Osvaldo Sosa Cordero. Vichito Echeverría, Amandayé y Amboé se destacaron por la energía de sus espectáculos, mientras que Patricia Gómez (de Santa Fe) y el trío Tajy enamoraron al auditorio, lo mismo que el recitador Juan Pablo Barberán. Por otro lado, hay que decir que pese a que el contrato marca que los artistas deben abstenerse de invitar a otros artistas (ajenos a su conjunto), esta regla viene siendo incumplida desde la primera luna chamamecera.

Despreciado, denigrado y hasta discriminado durante décadas, el chamamé es un género de raíces jesuíticas que supo abrirse camino hasta alcanzar hoy una proyección internacional que incluso podría llevarlo a convertirse en patrimonio inmaterial de la humanidad. La fiesta nacional cuya edición número 30 comenzó el viernes en el anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola es sin dudas una de las grandes responsables de que, pese a los golpes y las barreras, el género se haya hecho fuerte desde los valores de la autenticidad. 

Y es que si hay algo que tiene el chamamé es personalidad, “esto es lo que somos, este es nuestro Ñanderekó” dicen con el pecho inflado los chamameceros. Es por todo eso que la edición 2020 de esta celebración popular fue bautizada “Nuestra manera de ser” y todo lo que en ella se vivirá durante 10 noches tendrá que ver justamente con esa forma de ser que aunque se adapta a los cambios sociales no pierde su esencia.

La efusividad, la alegría, la nostalgia, la humildad y hasta la tristeza son algunas de las emociones que caracterizan a la manera de ser de los chamameceros y todas ellas están presentes en cada una de las veladas musiqueras del Cocomarola. El sábado, por ejemplo, la efusividad llegó de la mano de Vichito Echeverría, el joven paraguayo que hace algunos años hacía sus primeras apariciones en la fiesta como invitado de Americanta y que ahora tiene show propio. El adolescente es dueño de un poder de seducción tan fuerte que atrae al auditorio desde que pisa el escenario con su acordeón hasta que se despide. 

El sábado fue Vichito, sin dudas, quien calentó el ambiente en un Cocomarola que hasta ese momento estaba tranquilo. Sus interpretaciones pusieron al público de pie y después trajeron también la calma con canciones interpretadas junto a su madre. 

Potencia y diversión 

El sábado el Cocomarola estaba colmado y una de las razones de esto tuvo que ver seguramente con la anunciada presencia de Amandayé, uno de los conjuntos chamameceros taquilleros por excelencia. Amandayé es de esos grupos que no necesitan hacer mucho para alterar el animo del público y ponerlo a bailar, pero pese a ello, este año sus integrantes decidieron redoblar, o mejor dicho multiplicar la apuesta y propusieron una presentación llena de todo, desoyendo la máxima popular que reza “menos es más”.

El grupo liderado por Pedro del Prado y Hugo Scófano tuvo al menos cinco invitados (en realidad fueron varios más) empezando por el Gurí Molinas, que le aportó humor a la presentación, más tarde subieron los acordeonistas Raúl Alonso y Lucas Monzón y para completar la postal fue llamado al escenario el ex integrante del grupo Hugo Flores. A esto se sumó la danza a cargo del ballet Cruz de Papel. 

Sin dudas el show fue potente y llenó de alegría y excitación el predio que en la madrugada del domingo se había convertido en una verdadera fiesta. Sonaron canciones bien festivaleras y su enganchado de “Bañado Norte - Puente Pexoa - Mírame - Kilómetro 11” fue la frutillita de una torta que por momentos resultó un tanto empalagosa. Para el cierre eligieron la inigualable versión Amandayé de “Bajo el cielo de Mantilla”.

Otro de los grupos que llenó de música y baile el Cocomarola fue Amboé. Los goyanos aprovecharon la Fiesta para celebrar sus 25 años de música. Aunque su presentación fue tarde y duró pocos minutos, el espectáculo cumplió con las expectativas de los fanáticos de esta agrupación. El festejo musiquero de Amboé fue con temas de sus comienzos como “Amanecer costero”, “De Goya soy” y “El río vuelve”.

También hicieron un homenaje al grupo Reencuentro e invitaron para ello al Bocha Sheridan, a su hijo Santiago Sheridan y a Ricardo Silva (bandoneonista que se sumó tras el accidente de Bella Vista) con quienes hicieron un enganchado de varias épocas.

Tanto Amandayé como Amboé incumplieron (mucho) la norma que establece (por contrato) que los artistas “sin excepción” se deben abstener de “generar imágenes, videos o invitar a otros artistas que no sean de su conjunto”. Pero no fueron los únicos, ya que esto viene pasando desde el inicio de la edición 2020 de la Fiesta del Chamamé con varias presentaciones, como por ejemplo, la de Ricardo Dimotta, Tajy, Susy de Pompert y Juan Pablo Barberán, entre otras.

Esta situación seguramente obligará a la organización a tomar alguna decisión para que los artistas estén en igualdad de condiciones. Esto podría ser, exigir que se respete el reglamento o liberar la posibilidad de tener invitados a la totalidad de los contratados.

Sonidos y voces 

Tajy es hoy uno de los grupos que, por su calidad artística y su calidez, supo ganarse un lugar en el corazón chamamecero y aunque su show es “de cámara”, el trío integrado por Belén Arriola, José Víctor Piñeiro y Alejandro Ramírez conquista el Cocomarola cada vez que se presenta sobre el escenario Osvaldo Sosa Cordero. Esto fue justamente lo que pasó el sábado por la noche con un espectáculo que fue mayormente instrumental y que tuvo un emotivo cierre en el que sonó el tema (compuesto por Belén) “Lo que callas”, interpretado en esta oportunidad por las sanmigueleñas Florencia de Pompert y Sofía Morales. 

Otra de las voces que dio que hablar (o que escuchar) fue la santafesina Patricia Gómez, quien enamoró al público con dulces interpretaciones de “Chamamé que se eleva” y “O che gente cuera” entre otros temas. 

Aunque subió temprano al escenario, Coquimarola y su Conjunto fue otro de los números importantes. El artista aprovechó la oportunidad para recordar a uno de los músicos del grupo que perdió la vida a principios de este año. Luego de su show Coquimarola recibió un reconocimiento de la organización por su aporte a la cultura.

También tuvo una importante participación (antes de la medianoche) el acordeonista entrerriano Ricardo Dimotta, que ofreció un show rodeado de las chicas de “Las damas del litoral”. 

Pablo Bentos dijo presente y despertó a la platea, especialmente durante el homenaje a Lucky Bentos, fallecido hace un año. Y otros que supieron ganarse al auditorio fueron los brasileños y el holandés de Projeto Pulso Livre. 

Ayer al cierre de esta edición se esperaba un lleno total en el Cocomarola, donde se anunciaba la presencia de Mario Bofill, Hugo Flores, Javier Sá, Lorena Larrea Catterino, Rudi Flores Trío y Nendivei, entre otros. 

Esta noche las figuras chamameceras por excelencia serán el misionero Chango Spasiuk y Los Hijos de los Barrios.

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