Las tareas de restauración en la plaza 25 de Mayo iniciaron hace un mes y medio y los trabajos avanzan allí en diferentes sectores. Las primeras intervenciones se realizaron sobre las veredas, retirando parte de las baldosas que se encontraban hace tiempo en mal estado.
Con máquinas en el interior del espacio verde, avanzaron en los últimos días con la construcción de los nuevos senderos que formarán parte de la plaza con mayor valor histórico de la ciudad. De esta manera, puede observarse cómo comenzaron a darle forma al camino que nace desde el monumento al General San Martín hacia las esquinas, como la de Buenos Aires y 25 de Mayo.
Las veredas y los senderos internos forman parte de un paquete de obras que promete mejorar el estado general de la plaza, que se encuentra hace años deteriorada. Justamente por las dificultades en la infraestructura decidieron iniciar los trabajos.
El plan contempla el arreglo de bancos, luminarias, la reposición de asientos históricos y el mejoramiento del monumento que se encuentra en el centro del espacio verde. Asimismo, prevén recuperar el césped y el parquizado en general.
Según los plazos previstos, la refacción completa de la 25 de Mayo estará terminada para marzo, cuando se cumplan los 120 días que se indican en el cartel de obra puesto en el lugar. Así, en menos de tres meses, la plaza debería verse renovada, aunque respetando las condiciones propias de un espacio protegido patrimonialmente.
Desde el inicio de los trabajos la plaza se encuentra cercada con mediasombras de color verde y está prohibido el ingreso de personas en general; pudiendo acceder sólo los que están trabajando en la puesta en valor del paso. Cuando los obreros no están presentes, igualmente hay un cuidador que impide el paso en caso de que alguien pretenda ingresar.
La inversión es de más de $38 millones y apunta a la recuperación no sólo del espacio verde como tal, sino más que nada a valorizar nuevamente la cuestión patrimonial. La 25 de Mayo cuenta con protección local y nacional a través de leyes, justamente por tratarse de un monumento histórico.
Esta condición hace que los cambios que se realicen deban ser estudiados minuciosamente e incluso aprobados por la comisión nacional específica para esas cuestiones. De hecho, algunas de las intervenciones que se evaluaron debieron ser descartadas por no respetar la fisonomía tradicional de la plaza.
Con parte de las veredas deterioradas ya retiradas y la construcción de nuevos senderos, la plaza se encuentra en pleno proceso de transformación y se espera que en los próximos meses avancen con otros sectores y cuestiones, tales como las luminarias, asientos, retreta y el monumento a San Martín, entre otras cuestiones previstas.
Más allá de la protección patrimonial, la normativa establece la posibilidad de poder quitar o mover algunos elementos que tengan poco valor histórico y que no afecten a la fisonomía general del espacio. Desde Nación aseguraron ya desde antes de iniciar los trabajos que la plaza no sufrirá cambios estructurales.
La fuente, la retreta, las farolas históricas y el resto de la infraestructura urbana con la que cuenta la 25 de Mayo serán preservados y revalorizados a partir de los trabajos que se desarrollan.