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Las sorprendentes voces del más allá

A lo largo de la historia de la humanidad, muchas veces el hombre fue testigo auditivo de extrañas comunicaciones y presuntas voces del otro mundo, el espiritual, y cuando se comenzó a estudiar en serio y con rigor científico el fenómeno, aparecieron las sorpresas. Con la incorporación de los grabadores de distinta fidelidad, los testimonios fueron más confiables.
Posibilidad. ¿Pueden los seres ya fallecidos comunicarse con los vivos?

Por Francisco Villagrán

villagranmail@gmail.com

Especial para El Litoral.

La primera grabación de voces paranormales que se conoce en la  historia contemporánea ocurrió en la lejana Siberia en 1901. Por aquella fecha un antropólogo norteamericano llamado Waldemar Bogras se encontraba estudiando a la tribu de los Tohoutchik. Con la intención de registrar los cantos rituales de los chamanes, Bogras había llevado uno de los primeros fonógrafos que captaban el sonido a través de una gran trompeta y los registraba en un rollo cilíndrico. Al escuchar una de las grabaciones, el antropólogo pudo comprobar que entre las manifestaciones propias del ritual se escuchaban unas  voces que por momentos eran más fuertes que las voces de los chamanes, como si hablaran directamente en la boca de la trompeta. Fuera de este contexto y sin buscar contacto alguno, el médico italiano Ferdinando Cazzamalli realizó algunos experimentos con varias personas que poseían algunos desequilibrios psíquicos, entre los años 1923 y 1925.

Cazzamalli buscaba respuestas sobre cuál era la naturaleza física del fenómeno de la telepatía y cuál era el mecanismo que producía el traspaso de información de una mente a otra. En el curso de sus investigaciones recibió extrañas voces paranormales en un receptor de radio, lo cual lo llevó a profundizar sus investigaciones. Las primeras voces grabadas en cinta magnética quizás fueron las que se obtuvieron en el Laboratorio de Física de la Universidad del Sagrado Corazón de Milán, por los sacerdotes Gemelli y Pellegrino Ernetti el 17 de septiembre de 1952. Ambos estaban grabando cantos gregorianos en un antiguo aparato. En una de sus sesiones registraron una voz que no debería estar allí, a este primer registro le sucedieron otros y las investigaciones sobre este fenómeno se prolongaron durante toda la década. Paralelamente en esa época, otras personas habían logrado la grabación de extrañas voces en cintas de audio, pero lentamente fueron dejando las investigaciones ante la posibilidad de críticas por sus colegas y la pérdida del prestigio profesional. El descubrimiento de las psicofonías tal como se las conoce actualmente se lo atribuye al pintor, cineasta y músico sueco Friedrich Jurgenson. Según su propio relato, el descubrimiento de las voces paranormales se produjo en forma totalmente casual, en el año 1959. En un bosque cerca de su casa en Estocolmo, dejó su magnetófono con la intención de grabar los trinos de los pájaros, para la banda sonora de un documental sobre la vida de los pájaros. Cuando regresó a su casa y escuchó el material grabado, notó que entre los sonidos propios de las aves, se escuchaban voces humanas, en noruego y sueco, junto con algo de música. Volvió días después para grabar de nuevo, esperando que no haya interferencia ni ninguna cosa rara que afectara la grabación. Nuevamente escuchó una voz que lo llamaba por su nombre de pila, pensó que podía ser la interferencia de alguna emisora de radio cercana. Luego de repetir la experiencia varias veces, tuvo la certeza de que eran voces humanas provenientes de otro nivel.

Pruebas contundentes

Decidió suspender las pruebas durante algunos meses y luego volvió a repetirlas, descubriendo que había una especie de mensaje que lo instaba a seguir escuchando. En uno de los últimos escuchó claramente una voz que le decía: “espera, espera, no te vayas, escúchanos”. A partir de ese momento se dedicó de lleno a la investigación de este fenómeno. Después de varios meses de prueba y con la convicción de que las voces pertenecían a seres ya fallecidos, presentó sus grabaciones con las voces a los miembros de la Sociedad de Parapsicología de Estocolmo, aunque como era de esperar, no le dieron demasiada importancia al fenómeno.

El desinterés de los parapsiólogos suecos por la voces no fue motivo de desaliento para Jurgenson, quien publicó en 1964 su primer libro bajo el título “Voces del Universo”, donde además de describir detalladamente la metodología necesaria para obtener las voces, manifestaba su opinión sobre el origen del fenómeno. Para él, las voces no provenían de ningún elemento físico, sino del más allá. Tiempo después Jurgenson publicó su segundo libro bajo el sugestivo título de “Comunicaciones por radio con los muertos”, donde afirmaba sin ningún tipo de reservas, que era posible mantener comunicaciones relativamente nítidas no sólo con personas fallecidas allegadas, sino también con personajes históricos de todas las épocas. Los científicos de entonces no refutaron ni debatieron en ningún momento las tesis de Jurgenson, sino que simplemente lo ignoraron a él y sus libros. Lo mismo hicieron los parapsicólogos de aquellos años, a excepción del letón Konstantin Raudive, que en esos años vivía en Suecia. Este hombre llevaba años investigando todo lo concerniente a la vida después de la muerte. Ambos se conocieron en 1964 y Jurgenson le hizo escuchar a Raudive y su grupo de amigos la grabación de sus mejores audios. Raudive quedó impresionado por las grabación de las voces y vio en ellas la oportunidad para demostrar con métodos empíricos la supervivencia de algún tipo de vida después de la muerte física.

Las psicofonías suelen estar muy enmascaradas por el ruido de fondo, con el añadido de que presentan un volumen muy bajo. Esta es la razón por la que se debe extremar la atención en el momento de escuchar las grabaciones. A veces suenan huecas, con eco o temblorosas. En ocasiones formulan frases rítmicas o consistentes en sonidos metálicos no humanos, pero casi siempre constan de pocas palabras. En cuanto al contenido, hay veces que utilizan términos en desuso o neologismos como resultado de frases comprimidas y que tienen una estructura que no suele ser habitual en una conversación. Algunas veces ocurre, sobre todo cuando se utilizan equipos de baja calidad técnica, que debido  a algún defecto de los componentes electrónicos de la grabadora, se cuelan algunas emisoras comerciales o de radioaficionados. Pero en los últimos tiempos eso afortunadamente no sucede, dada la alta tecnología en el campo de los audios, que permite “limpiar” la grabación de todo ruido que no sea la voz y darle a esta una mayor claridad que permite a los actuales investigadores del tema lograr grabaciones más claras y que sin ninguna duda los llevan a afirmar con respaldo científico que las voces registradas no pertenecen a este mundo físico, sino a un mundo distinto, etéreo, espiritual, el más allá o como se lo llame, que intenta ponerse en contacto con nosotros… Los presuntos contactos tecnológicos con el más allá han permitido a los investigadores conocer detalles de cómo es la vida tras la muerte. Se trataría de un lugar físico etéreo, ubicado en un espacio-tiempo distinto al de la Tierra, aunque constituido por una materia menos densa, en el que todos los seres vivos continúan evolucionando en los distintos niveles con el fin de alcanzar mundos más elevados.

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