El gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, anunció el lunes último que la provincia volverá a un esquema de férreas restricciones hasta el 21 de junio. La implementación de las medidas comenzó a darse, principalmente, en su capital, Resistencia, acompañada por las localidades de Barranqueras, Fontana y Puerto Vilelas, todas dentro del departamento de San Fernando, el único en el cual se mantiene la circulación viral.
Tal decisión generó largas filas en las principales estaciones de servicio de las localidades en las que permanece la propagación del coronavirus. “Estamos tomando medidas para interrumpir la circulación comunitaria. Estamos dando el máximo esfuerzo”, sostuvo Capitanich al explicar, en parte, el porqué de este retroceso en cuanto a la cuarentena provincial.
Al parecer, la restricción en la venta de combustibles no fue comunicada previamente a los estacioneros ni a los sindicatos que nuclean el sector, hecho que originó complicaciones en diversos puntos de carga. Una de las discusiones se viralizó en las redes sociales. Una larga fila de vehículos esperaban para cargar combustible en una estación de servicio de Resistencia cuando un grupo de policías llegó hasta el lugar para cortar el expendio.
(EN)