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Anunnaki, los que descendieron del cielo

Según una teoría investigativa, en los comienzos de la humanidad había una raza presuntamente extraterrestre, que habría descendido sobre el planeta en búsqueda de minerales, especialmente el oro. Pero su intervención también habría tenido un papel muy importante en la historia de la evolución del hombre. Una historia apasionante entre la leyenda y la tradición.
aPresencia. Los visitantes de la antigüedad fueron tomados como dioses.

Por Francisco Villagrán

villagranmail@gmail.com

Especial para El Litoral

Muchas son las teorías y creencias sobre la creación de la Tierra y la fuerza más poderosa que maneja el accionar de los hombres en el Universo. Ahora bien, una nueva teoría afirma que si nos remontamos a los textos sumerios antiguos, encontraremos líneas que se refieren a los Anunnaki como “los que descendieron del cielo”. Estos seres fueron representados entre líneas como superpoderosos y muy avanzados, tanto que habrían diseñado la primera civilización. Por otra parte, en el relato del Génesis, el duodécimo planeta, conocido como Nibiru, se encontraba poblado por humanoides muy similares a nosotros los seres humanos.

Hace muchísimo tiempo, al verse afectados por un problema severo, estos seres debieron abandonar su planeta y decidieron viajar a través del sistema solar con el fin de encontrar oro, metal especial que podría resolver el grave problema que tenían en su planeta. Esta civilización habría llegado a la Tierra hace 450.000 años, utilizando naves aptas para transportar seres vivos y todo tipo de material. Su planeta estaba decayendo a causa del daño atmosférico y necesitaban un mineral capaz de contener los rayos ultravioletas. Acá encontraron el oro, perfecto elemento químico capaz de restaurar la atmósfera de su planeta. Al llegar estos “seres del cielo”, según la leyenda, habrían levantado siete ciudades principales, las que serían los puntos estratégicos del plan para llevar a cabo su misión en este planeta. Estas ciudades se encontraban en la región actualmente conocida como Mesopotamia y comprendida entre los ríos Tigris y Eufrates, en territorio del actual Irak. Los Anunnaki llamaron a la región Edin y en las culturas posteriores el nombre fue cambiado en Edén.

De las ciudades elegidas, la principal sería Nippur, el lugar terrestre de Nibiru, donde se encontraba el comandante supremo de toda la misión, llamado Enlil, encargado de controlar todo el movimiento hacia el planeta madre. En la ciudad se encontraban ocultas las “tablas del destino” aproximadamente unas 60, que serían una especie de microchips donde se encontraba toda la información vital para los Anunnaki. Las tablas eran las llaves para la activación de armamentos destructivos, controlar armas espaciales y dirigir dispositivos tecnológicos. Estos seres poderosos, además de ser depositarios de grandes conocimientos, poseían secretos para gobernar, tecnología, medicina, técnicas militares, métodos de defensa como así también para someter a la población y muchas otras claves secretas. Dentro de la categoría de los Anunnaki, también había un ser demoníaco, malo, que integraba un clan y lo dirigía, se llamaba Pazuzu. Se decía que era el dios del mal. Ya que estaba siempre enfrentando a los Anunnaki buenos. 

De estos seres nace el Mito de los Titanes, los grandes astronautas, los ángeles caídos que luego devinieron en demonios, en fin, todos los condimentos necesarios para hacer una historia de buenos y malos. Cuenta la misma que con el correr de los tiempos, Pazuzu se apoderó del oro y las importantes tablillas, que le dieron todo el poder que necesitaba para transformarse en el nuevo rey. Se había infiltrado entre los buenos para lograr su objetivo, habiéndose apoderado de las tablillas y a partir de allí no se descarta que haya habido una guerra entre los buenos y los malos, una cruenta guerra que habría dejado rastros de radioactividad en algunos lugares del planeta, como testimonio de que allí pudo haber una guerra nuclear hace miles de años. Todo puede ser. En el desierto de Sahara, al sur de la cordillera de Tassili, Argelia, fueron encontradas en 1933, unas cinco mil  pinturas en profundas cuevas y oquedades, con extrañas figuras que pueden ser catalogadas como seres extraterrestres. 

El testimonio de los sumerios

Cuenta la historia que ellos habrían intervenido genéticamente para lograr que el ser humano de entonces evolucionara artificialmente, desde el hombre de Neanderthal en  adelante y también habrían enseñado a los humanos algunos conocimientos importantes para el desarrollo y la supervivencia. Es por eso que, según algunos científicos, no se encuentra el eslabón perdido en la cadena evolutiva del ser humano. Eran seres altos, de unos 3 metros, piel blanca, cabellos largos y barba, y se habrían asentado inicialmente en la Mesopotamia Asiática, la antigua Sumeria. Ellos habrían acelerado la evolución del ser humano hasta llegar al Homo Sapiens, por la necesidad de tener trabajadores esclavos. Lo que normalmente habría llevado un millón de años en la evolución, se hizo en pocos años.

El término “anunnaki” es el nombre de un grupo de deidades sumerias y akadias, relacionadas con los grandes dioses de la antigüedad. El término significa más o menos “los de sangre real” y la leyenda sumeria dice que existe un planeta más en nuestro sistema solar además de los reconocidos, llamado Nibiru por los sumerios y tiene una órbita elíptica similar a la de un cometa, ya que demora unos 3.600 años en dar una vuelta completa alrededor del Sol. De este planeta provienen los Anunnaki.

Según algunos investigadores y científicos, la tecnología y poder de los Anunnaki, no ha sido superada aún por nosotros los seres humanos terrestres. Ellos podían realizar viajes espaciales y manejar a gusto la ingeniería genética. Cuando se fueron de la Tierra dejaron sus rastros en todo el planeta, como por ejemplo las pirámides egipcias, mayas, aztecas y chinas. Además están Stonehenge, las líneas de Nazca y Machu Pichu, en el Perú, realizadas con tecnologías que desconocemos. Muchas referencias a ellas aparecen en textos y dibujos de la antigüedad, en las tablas sumerias, el Viejo Testamento y en los frescos de numerosas  pirámides egipcias. Los autores e investigadores que creen estas teorías, fueron atacados y ridiculizados por sostener y difundir estas historias. Pero, sin embargo en los últimos años fueron encontrados gigantescos esqueletos de más de 3 metros de altura en el Asia, a pesar de que autoridades de todo el mundo intentaron ocultar estos descubrimientos. No pudieron hacerlo y la novedad trascendió, a pesar de que no le dieron mayor importancia. De cualquier manera, la polémica está abierta.

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