Siempre se dice en el fútbol que el mejor árbitro es el pasa desapercibido. Con Jonathan Correa (foto) casi siempre ocurre todo lo contrario, y ayer no fue la excepción.
El juez cordobés exasperó a jugadores, cuerpo técnico y aficionados de Boca Unidos cobrando cualquier jugada dividida o mínimo contacto en favor de Sol de América.
Con sus fallos provocó, sacó soló amonestaciones a los locales, y antes del final del primer tiempo, expulsó a Del Col, que al hablar de más, cayó en la trampa.
En el segundo tiempo, inventó un penal (NdR: cobró una mano, cuando el que tocó la pelota fue el delantero formoseño) y siguió provocando con total impunidad, a pesar que el partido fue transmitido -en diferido- por la TV Pública, imágenes a disposición de quienes designan a los jueces para que alguna vez hagan algo al respecto.