Aquino Britos consideró “necesario clausurar esta etapa de una actividad muy intensa” en la que “dimos un paso adelante importantísimo para tener un Poder Judicial independiente que hoy en día no recibe órdenes de nadie”. En el logro de ese objetivo “mucho tuvo que ver el gobernador, que en todo momento me dio más respaldo que del que yo esperaba”.
Tantos elogios al mandatario por parte del fiscal saliente actuaron como cortina de humo para disimular las razones reservadas de su dimisión .-adelantada ayer en exclusiva por EL LITORAL-. Lo que no dice Aquino Britos pero sí cuentan hasta las paredes de la Casa de Gobierno es que la tendencia a negociar “con Dios y con el diablo” de algunos colaboradores íntimos del gobernador aterrorizó al abogado gubernamental, que detectó en esos coqueteos con los enemigos del pasado -y del presente- el peligro de de “infiltración feudal” en la alianza gobernante.
Aquino Britos fue uno de los más fervientes promotores de las causas contra el presidente del Partido Nuevo, Raúl Romero Feris, por lo que el diálogo que algunos conspicuos radicales mantienen con algunos operadores naranjas por poco no le provoca un cíncope. El mismo argumento cuenta para el entente del primo Arturo con Rodolfo Martínez Llano, una extraña sociedad que el fiscal desnudó ayer, por Radio Dos, en su único instante de sinceridad argumental. “La Tota (por Martínez Llano), primero estaba acá, después saltó allá y ahora está otra vez acá. Pero en realidad nunca queda claro dónde está parado. Es como Goma-Goma: nadie sabe qué bicho es”, remató.
Lo cierto es que el estrategia judicial de Colombi abandona el barco para navegar con su propia piragua en la interna del radicalismo. Dicen que intentará amarrar en costas capitalinas, para enfrentar a su colega José María Roldán.