La distribución 50 y 50 (por ciento) que los peronistas correntinos se animaron a sugerir al ministro del Interior, Aníbal Fernández, encargado de cerrar el acuerdo con el radicalismo tal como quería el presidente Kirchner, no se concretó y además está visto no habrá de materializarse. A esta altura, la pretensión esbozada por los “compañeros” constituye apenas una anécdota.
Si bien es cierto que ni Fernández (el de Interior) ni ningún otro Fernández de Balcarce 50 se ocupó de asumir el compromiso de un reparto “mita y mita” en el futuro Gobierno provincial, los peronistas de Corrientes alentaban la secreta esperanza de un mayor protagonismo que llegaría a través de una también mayor participación en el Gabinete.
Los caciques del PJ (Eduardo Galantini, Rubén Pruyas, Fabián Ríos, Rubén Perié) que hicieron la veñia a la orden K de alinearse al radicalismo y marchar segundos en la fórmula gubernativa, ayudaron a alimentar la expectativa. El vicegobernador Pruyas (Galantini también aportó lo suyo) trasparentó ante los medios la pretensión de asumir el control de las carteras del área social: Salud, Desarrollo Humano, también pedían Educación. Para todos los ministerios el candidato era el doctor Walter Insaurralde que al final terminó jurando en Gobierno y Justicia, la única cartera que tenía y sigue teniendo el justicialismo.
A principios de noviembre, cuando el Gabinete de Arturo Colombi era todavía una incógnita (y se supone que todavía estaba en vías de formación), Eduardo Galantini confesó a Radio Dos que en una de las tantas conversaciones que mantuvieron con Aníbal Fernández se había pedido un reparto 50 y 50. Admitió, sin embargo, que la propuesta no quedó firme.
En ese entonces, “Botón” -junto a Pruyas y Ríos- participaba de la negociación con el radicalismo la integración del Gabinete, luego a raíz de un cortocicuito con el Vicegobernador electo decidió retirarse, aunque la suerte del PJ ya estaba definida.
Pruyas consiguió apenas un Ministerio. De los tres que aspiraba a controlar terminó recibiendo uno, distinto: Gobierno y Justicia. El lunes pasado asumió el médico sanroqueño, Walter Insaurralde en reemplazo del peronista Jorge Barrionuevo.
El resto de las carteras quedó en manos del radicalismo, algunos ministros fueron ratificados (Vaz Torres, Dos Santos), se produjo un pase (Aún a Producción) y se concretaron dos ascensos (Roldán en la Secretaría General de la Gobernación y Ojeda en Educación). La Secretaría de Desarrollo Humano seguirá bajo el control del radical Salvador González Nadal.
Aunque la distribución de los ministerios entre radicales responde también a una lógica de la interna del partido gobernante, el justicialismo quedó relegado. Ni en el reparto de las subsecretarías tuvo éxito. El abogado Ernesto “Tito” Meixner fue nombrado como subsecretario en el único ministerio comandado por el PJ, pero con “socios” adentros. En esa misma cartera fue ratificado al frente de la estratética area de Seguridad el radical Manuel Aguirre y se incorpora en Asuntos Municipales el liberal Bernardo Quetglas (uno “josefinista” que se venía desempeñando como síndico del Banco de Corrientes).
Hasta el momento, Meixner es el único peronista en la segunda línea de los ministerios, el resto de los nombrados son radicales. Algo parecido sucede en la Municipalidad capitalina.
AUTARQUICOS Y RADICALES
Los entes autárquicos que continuarán intervenidos -es decir controlados por el Ejecutivo provincial- pese a lo que marca la ley, también estarán a cargo del radicalismo. Julio César Balestra ya fue ratificado en el Instituto de Viviendas de Corrientes (Invico), lo mismo que Carlos Báez en la Dirección Provincial de Energía de Corrientes (Dpec).
Aún resta definir que habrá de suceder en el Instituto Obra Social de Corrientes (Ioscor) mientras cobra forma la versión de que Bernardo Rodríguez (hermano de la diputada Graciela Rodríguez) se calzaría el traje de interventor en el Instituto de Lotería Correntina.
El “Gringo” Rodríguez, que fue candidato a intendente de Curuzú Cuatiá y perdió, sería el elegido de Ricardo Colombi. El cargo estaba destinado a Diogenes González, pero algunas objeciones (internas y externas) obstaculizaron su desembarco en Lotería, un espacio donde el galantinismo tiene una cuota de poder. Finalmente Diógenes recaló en la Subsecretaría General de la Gobernación y Bernardo -un ricardista de la primera hora- iría a Lotería.
La única excepeción en los entes autarquicos es la ratificación de Ramón Alberto Simón (PL) en el Instituto de Previsión Social. El peronismo, en este segmento, tampoco tuvo suerte.