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Vicente Zito Lema: reflexiones desde el escenario de la vida

Por El Litoral

Martes, 06 de diciembre de 2005 a las 21:00
Vicente Zito Lema, escritor y periodista, un pensador agudo y certero. Una de sus obras, “La pasión del piquetero” transformada en pieza teatral es interpretada por correntinos.
Escritor y periodista con más de catorce libros publicados y doce obras de teatro que llevan su firma, Vicente Zito Lema es el responsable de los textos de “La pasión del piquetero (Hay que matar a los pobres)” que el grupo de teatro “La Comedia Correntina” de Monte Caseros llevará a Buenos Aires el próximo año (en el mes de marzo de 2006, Sala Teatro Cervantes). Luego de cumplir las instancias previas, provincial y regional respectivamente, el Encuentro Nacional de Teatro tendrá a los correntinos en escena con esta puesta de Zito Lema, basada en la trágica muerte de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, dos piqueteros que a manos de la policía cayeron abatidos en el enfrentamiento del 26 de junio de 2001 en el Puente Pueyrredón.
El Litoral se comunicó con el escritor que reside en Buenos Aires y actualmente concurre periódicamente a la localidad de Neuquén donde dicta clases de Psicología Social, modalidad de la que es fundador el suizo (que desde los tres años hasta adolescente vivió en Goya, Corrientes), Enrique Pichón Riviere.
Militante de los Derechos Humanos, Vicente Zito Lema fue director de la revista “Crisis” junto con Eduardo Galeano y Juan Gelman, clausurada por el gobierno militar que lo obligó a exiliarse en el exterior desde 1977 hasta 1984. Expulsado de la Universidad donde dictaba clases y víctima de abusos de poder que atentaban su integridad física y la de su familia, Zito Lema se recluyó por cinco años en Holanda y otros tres fue refugiado político en España, Francia y la zona de Suecia, Finlandia y Noruega.
Con un amplio trabajo periodístico y docente que incluye su participación en la revista “Fin de siglo” y “La maga”, crítico de arte en “La Opinión”, “Clarín” y “Página 12”, Zito Lema se desempeñaba como docente de Etica y Periodismo en la Universidad de La Plata al momento de armar las valijas y huir al país, entraña paradoja para este abogado especializado en Filosofía del Derecho.
“El mal es morboso y repugnante, no puede tener un vínculo con el amor”, dice a modo de introducción de lo que será el eje central de la nota: descubrir en el autor la íntima gestación de un libro que en principio produce rechazo y a medida que avanza en escena, altera los fantasmas que cada uno lleva escondidos dentro de su propia personalidad.
Cómo llegó ese verdugo, que alguna vez conoció el amor (quizás solo fugazmente en su remota niñez, quizás en su hogar donde la verdadera personalidad se desdobla, quizás en el trabajo enmascarando su propio miedo) a materializar el terror en el prójimo más próximo?
“La gente creerá que soy un monstruo, pero me dolió tanto lo que pasó con estos chicos que dada la diferencia generacional podrían ser mis hijos, que escribí el texto y honestamente jamás pensé que se iba a representar. Armar el discurso no fue tarea fácil, no podía sentarme, reflexionar, hacer una abstracción para entrar en una personalidad que nada tiene que ver con la mía. Me causó mucho dolor sobre todo porque como docente trabajo con la palabra culta y bella y pasé a la postura contraria. Bucear tratando de encontrar la atrocidad de un vocabulario blasfemo desde mi condición espiritual tan profunda, pero la única manera de combatir el mal es mostrándolo”, dice Zito Lema y hay angustia en su soliloquio del otro lado de la línea telefónica.
“Todavía no vi la obra”, se adelanta y cuenta que tenía conocimiento de un grupo de Monte Caseros (‘Raíces‘) que escenificaba libros de su autoría. “Pasados por agua”, “Locas por Gardel” y “Okupas”.
“Estaba en Buenos Aires haciendo ‘Okupas‘ cuando fui a verlos al teatro. Tengo una obra para ustedes, le dije a Susana Bernardi. Mirá que es muy fuerte, terrible, si no la hacen no me voy a poner mal. Susana quedó impactada cuando la leyó”, recuerda Zito Lema que además ya estuvo en Monte Caseros dando capacitación a los artistas a través del Instituto Nacional del Teatro y ahora se halla abocado a ‘otro proyecto que incluye la inserción de la comparsa de aquella localidad como instrumento lúdico hacia una conciencia crítica, para reflexionar sobre la realidad social y masivizar el producto‘.
“Desde una lectura religiosa (y me considero cristiano practicante), la intención es mostrar el mal con todas sus aristas para que la gente desee el bien. Amor por el bien a partir del mal. Los asesinos y torturadores tienen que expresar lo peor de la criatura humana, es la única manera de hurgar en espacios a los que sería imposible llegar de otra forma”, expresa el escritor que, una vez vuelto a la Argentina, en 1984 dirigió la Sección Cultura y Educación del diario “La voz” de Buenos Aires y hoy en la Universidad del Comahue, en Neuquén, capacita docentes en un programa de los Derechos Humanos que organiza Talleres de Sociodrama y Psicodrama.
“Para llegar al bien transitando el mal”, dice San Pablo en el texto de ‘La pasión del piquetero‘. “Dos años me llevó escribir la obra”, continúa Zito Lema. Dos años de lucha interior entre mi filosofía cristiana y el materialismo dialéctico. El público en la sala polemiza porque se enfrenta a un relato directo, es como convivir por espacio de una hora con la mugre a la que algunos acceden solo al encender el televisor y toparse con un noticiero”.
Gestos obscenos, palabras atragantadas en la bronca reprimida de tantos fracasos que convergen en el desquite anunciado y precipitado hacia dos hombres que muertos ya no estorban, son dos pobres más, algo de la lacra humana que molesta y perturba y tiene que desaparecer. Fue esta la visión de Zito Lema -escritor en combate con Zito Lema- ser humano.
‘Conversaciones con Enrique Pichón Riviere. Sobre el arte y la locura‘ es un libro de Vicente Zito Lema que desde el año 1974 se ha editado más de 20 veces (salvo el período que ocupó la dictadura militar). Justamente en un párrafo, el padre del psicoanálisis en la Argentina expone, en referencia a la locura que ‘tras toda conducta ‘desviada‘ subyace una situación de conflicto, siendo la enfermedad la expresión de un fallido intento de adaptación al medio. En síntesis, que la enfermedad es un proceso comprensible‘.
‘La pasión del piquetero‘ refleja hasta donde puede llegar la locura humana que no escatima recursos para conseguir el fin destructivo propuesto en una conciencia donde la lógica y la coherencia son atributos del destierro interior.

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