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Qué es el distrés y porqué se convirtió en un mal moderno

Por El Litoral

Viernes, 24 de noviembre de 2006 a las 21:00
El exceso de esfuerzo en relación con la carga de actividades es causante del distrés.
EL DATO
Entre las secuelas derivadas del colapso sufrido se encuentran: derrames cerebrales, hipertensión, úlceras, infarto, cáncer, infecciones, que surgen en un organismo deteriorado.
Si bien el estrés actúa como factor de motivación para vencer y superar obstáculos -por lo que puede decirse que es un elemento que ayuda para el logro de las ambiciones-, ese nivel puede ser superado llegando a ser potencialmente perjudicial; pudiéndose diferenciar tal estado con el nombre de distrés. Una patología -detectada en los consultorios médicos- que se acrecienta entre los correntinos por la sensación de inseguridad en el que se sienten inmersos. “La diferenciación entre estrés y distrés se destaca entre una condición necesaria y normal versus otra que excede estos límites”, explicaron los especialistas consultados.
“Hay gente que tiene miedo de salir a la calle por temor a los delincuentes”, manifestó el doctor Fabián Espíndola, “están constantemente en alerta ante lo que pueda suceder”, acotó. “El distrés puede ser considerado como el estrés desagradable, que ocasiona un exceso de esfuerzo en relación a la carga. Va acompañado siempre de un desorden fisiológico”, remarcó. Si bien en coincidencia con otros colegas respecto al aumento de pacientes con distrés a causa de la inseguridad, el profesional también destacó que esta patología también se presenta en quienes trabajan en contacto constante con otras personas, como docentes, médicos, policías, etcétera (ver recuadro).

Síntomas y tratamiento
Entre los síntomas que alertan sobre la enfermedad, Espíndola, especialista en tratamientos del dolor, señaló: contracturas en el cuello, insomnio, dolores musculares en todo el cuerpo, humor irritable, cambios de ánimos constantes “que rozan la ironía y el cinismo”. Asimismo, el profesional dijo que pueden ser factores estresores: el trabajo, la familia, las enfermedades, el clima, el alcohol, el tabaco, las frustraciones, “en fin, cientos de estímulos internos o externos de carácter físico, químico o social. Incluso un exceso de estrés positivo puede causar distrés, por ejemplo cuando gana el propio equipo, la suerte en los juegos de azar, en ambos casos se producen infartos por exceso de júbilo”, enfatizó.
Por ello, al momento de emprender un tratamiento “se debe hacer un análisis situacional, “ver cuáles fueron los factores más influyentes para que el paciente sufra de distrés, puede ser económico, el fallecimiento de un ser querido, no estar conforme con el trabajo que desempeña, entre otros”, comentaron psiquiatras, psicólogos y médicos clínicos consultados.
En este sentido, Espíndola dijo que su tratamiento para recuperar al paciente se basa en la medicina biológica. “Se utiliza una terapia revitalizante ya que este mal se caracteriza por la falta de oligoelementos”. En este sentido, mediante suplementos, el profesional dijo que se provee a la persona de sustancias como ginko biloba, omega 3, “que ayudan al cerebro, también ginseng para evitar la fatiga, entre otras vitaminas”, dijo.

A tiempo
Asimismo, el profesional resaltó la importancia de que el distrés sea detectado a tiempo y reciba un tratamiento adecuado, ya que con el correr del tiempo los síntomas se agravan, produciendo, por ejemplo, pérdida ocasional de memoria, que aumenta; problemas para hacer la digestión, estreñimiento, tics nerviosos, depresión, apatía emocional, trastornos en la conducta, aumento de las adicciones (comida, bebida, tabaco).
Es que, tal como explicó Espíndola, “en un momento el cuerpo entra en una fase de agotamiento que le impide continuar esforzándose, por lo que las energías se terminan, el sistema inmune se ve afectado, la capacidad de resistir a los agentes patógenos de cualquier tipo disminuye”. En estos casos, la vida comienza a correr peligro.
Asimismo, el médico aclaró que incluso el paciente puede quedar con secuelas derivadas del colapso sufrido; derrames cerebrales, hipertensión, úlceras, infarto, cáncer, infecciones, son algunas de ellas que surgen en un cuerpo deteriorado.

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