Si bien en Goya existe un grupo de locutores muy reconocidos por esta profesión, de un modo tal vez arbitrario, la charla es con Carlos Valentín Gómez Muñoz, un hombre de radio por demás reconocido en el medio local.
En el principio de la charla con El Litoral, Gómez Muñoz, relató que “es sabido que hoy el locutor y el periodista, sino en todos los casos, en la gran mayoría de ellos intercambian funciones”. De inmediato el locutor repasó los diferentes momentos en su vida frente al micrófono e indicó que sus comienzos fueron en 1962 como suplente en LT6, con tan solo 20 años: “sin dudas nací con esta vocación”, resumió.
Más adelante recordó que “cuando estuve en el Seminario Diocesano de Corrientes tuve la oportunidad de estudiar Latín y Griego, lo que me dio un gran manejo y enriquecí mi vocabulario”. Luego recuerda a sus primeros compañeros de trabajo en la emisora goyana y expresó que aprendió mucho al trabajar junto a destacados locutores como Saúl Depiaggio, Rubén Álvaro Galarza Ortiz, José María Miranda, Eduardo Durán, Eduardo Fulker, Graciela Monti, Ana María Franciscutti, María del Schaller, Adán Balmoro, Julio Sosa, Raúl Salinger y Lourdes Inés Lacava Vilas.
La profesionalidad de Gómez Muñoz lo llevó a incursionar en otros medios del país y así lo recuerda “en el año 1997 en plena dictadura militar fui convocado por Darío Bogado, dueño de una agencia publicitaria de la provincia de Córdoba, allí me desempeñé en LW 1 Radio Universidad de Córdoba y Canal 10 que conformaban el Servicio de Radio y Televisión de la mediterránea provincia”.
De esa época el locutor recuerda la tensión militar que se vivía entre el país y Chile, en pleno litigio por el Canal de Beagle “estuvimos a punto de transformarnos en cronistas de guerra ya que el Tercer Cuerpo del Ejército que estaba a cargo del tristemente célebre General Benjamín Menéndez, había organizado el envío de periodistas para cubrir las acciones bélicas, por suerte llegó la mediación del Cardenal Samoré que permitió abortar justo a tiempo el enfrentamiento entre ambas naciones”.
Después de varios años en “la docta”, Carlos Gómez Muñoz recibió el ofrecimiento del, por ese entonces interventor de LT 6, Francisco Fornies para volver a Goya y “la verdad que me hizo una propuesta muy conveniente, lo que me convenció para regresar, todo esto sumado al deseo fervoroso de mi esposa Marylén de radicarse en nuestra ciudad”, comentó.
De regreso en Goya Gómez Muñoz completó sus exámenes en el Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (Iser) y obtuvo su carné de Locutor Nacional expedido por el Comfer a principio de la década del ochenta y con el advenimiento de la democracia desempeñó distintos cargos en la Municipalidad de la segunda ciudad de la provincia de Corrientes, fue encargado de Prensa y Ceremonia durante la gestión del doctor Eduardo Farizano, actualmente Presidente del Superior Tribunal de Justicia de la provincia, continuando en el mismo cargo durante la intendencia de Gerardo Urquijo.
“Aquí Goya, para el país”.
Sin dudas la trayectoria de Gómez Muñoz recorre distintas aristas y abarca una extensa labor, pero indudablemente está estrechamente ligado a la Fiesta Nacional del Surubí, el evento máximo de la ciudad.
Sus condiciones profesionales lo han llevado a ser la voz que de la fiesta casi ininterrumpidamente desde 1980 patentando entre tantas frases la que provoca el aplauso y la emoción cuando cada año dice “Aquí Goya, Goya para el País”, dejando inaugurada cada edición del evento.
Otros escenarios que lo tienen como maestros de ceremonia son el de la Fiesta Nacional de la Naranja en Bella Vista, la Fiesta Provincial del Agricultor en Colonia Carolina, la primera Feria del Mercosur en Corrientes, entre otras. Además, recibió numerosas distinciones en cada una de ellas por la brillantez de su labor profesional, cabe mencionar que durante la última edición de la Fiesta Nacional del Surubí fue condecorado por el Concejo Deliberante y también fue distinguido junto al periodista Hugo Vallejos en el Jockey Club de la ciudad de Corrientes.
La familia
Carlos Gómez Muñoz, un verdadero icono de la comunicación del nordeste argentino, esta casado con Marilén Silvero de profesión docente y que también incursionó en la locución en Goya. Tienen cinco hijos, cuatro de los cuales son profesionales y el último de ellos estudiante universitario en la carrera de Ciencias Económicas. A lo largo de más 44 años se convirtió en un referente de la locución y el periodismo radial de toda la región, además de sus generosos consejos a los jóvenes que van formándose en la labor periodística de estos días.