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Panambí, 50 años de la confitería que alcanzó el status de ícono social

Por El Litoral

Domingo, 08 de julio de 2007 a las 21:00
En la cocina, el personal y la esposa del propietario.
Medio siglo es mucho tiempo para un comercio, cualquiera sea su rubro, frente a los constantes avatares y las mortales crisis de una voraz economía argentina. Pero alcanzar el status de ícono social y cultural es una jerarquía que muy pocos, o casi nadie, cosecha en cinco décadas de vida. Máxime si esa excelencia es el principal objetivo del emprendimiento y también es el perfil de reconocimiento en la comunidad.
Este es el caso Panambí, la cafetería y repostería de la Peatonal Junín que hoy cumple 50 años. Y tiene mucho para festejar.
Nacida al calor de un mini complejo comercial en la Corrientes de fines de los ‘50, irrumpió en la escena la Confitería bautizada con nombre guaraní y que significa “Mariposa”. Con ese sueño alado llegaría a mantener a lo largo de su historia la condición de distinción, que hoy permanece sólida con la administración de la familia Trotti, a cargo de Panambí desde hace 34 años.
En la esquina de Córdoba y Junín se inauguró en 1957 de manos del empresario Román Lewinger y revolucionó el espectro comercial capitalino con un pomposo acto en el que actuaron “Los 5 Latinos” con Estela Rabal. Además, integraba en un mismo complejo la confitería en planta baja y un salón bailable (“Anahí”) en el subsuelo del edificio.
Durante los años 60 se mantiene la excelencia de un lugar considerado como la principal vidriera social sobre una de las esquinas más céntricas de Capital. Su entrada principal estaba por Córdoba y un acceso secundario por Junín, que resplandecían por las noches con una gigantesca mariposa de neón que movía sus alas. Además, la cafetería se complementaba con el mítico Cine Corrientes, que funcionaba casi al lado.
En el comienzo de los ‘70, la confitería se traslada sobre Junín al 1200, y en 1973 pasa a manos de la familia Trotti. A partir de ese momento cobra un nuevo impulso y en menos de un año comienza a funcionar en el actual edificio de Junín entre Mendoza y Córdoba. En los años siguientes amplía su actividad inicial de cafetería, incorporando productos artesanales de delicadas elaboración, como masas finas y secas, alfajores de mandioca, facturas y pasteles de bodas. También se agregan una exquisita chocolatería, refinada vinoteca y hasta un original yogurt helado.
En la década siguiente, más precisamente en octubre de 1986, finaliza la construcción del primer salón de eventos sociales de lujo en la región, que funciona hasta ahora en la planta alta del local de Junín 1250.
Con renovado impulso, en el 2000 se suman dos salones para conferencias y un amplio servicio de cafetería. Se imponen como clásicos de cada mañana, el café con chipacitos, y por la tarde las preferencias se inclinan hacia el “Tostado Panambí”, los jugos de frutas de estación y las copas de yogurt helado.
Así los encuentra esta celebración de la “Bodas de Oro” de la empresa: el icono social sigue predominando en base a la excelencia. Pero no es todo, en unos días más pondrán en marcha su nuevo servicio, un restaurante (ver recuadro). El local funcionará también en el edificio de la Peatonal.

“En la comunidad”

A Norberto Trotti se le enciende la mirada cuando habla de los 50 años de Panambí. El propietario reconoce el protagonismo social de la empresa y dice que “más que un negocio, la firma es parte de la comunidad. Porque la gente es partícipe de Panambí con sus expresiones de satisfacción, pero también de sus nuevas exigencias que las hace partícipe del servicio”, dijo en diálogo con El Litoral. Por eso, acentuó el eslogan de la celebración: “Cumplimos 50 años para la gente, como un resumen de nuestro espíritu empresarial”, afirmó.
Destacó además la especialidad como pasteleros y el trabajo artesanal que los distingue, aunque Panambí es mucho más, con varios servicios más funcionando a la par y otros por incorporarse.
“Es gratificante celebrar este medio siglo, desde un emprendimiento propio, con mucho esfuerzo pero con grandes resultados. Un camino en que hay que estar renovándose permanentemente: crecer”, reflexionó. El haber dado esos pasos de crecimiento constante hicieron que cosecharán la distinción, y que el sueño alado de la mariposa los haya llevado a alcanzar el status en la excelencia. (GAL).

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