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Cristina Kirchner y Moyano buscan marcar la cancha

Por El Litoral

Lunes, 25 de febrero de 2008 a las 22:00
Por José Calero, de NA

Tras algún cortocircuito inicial, y Néstor Kirchner mediante, la presidenta Cristina Fernández y el líder cegetista Hugo Moyano volvieron a mostrarse dispuestos a orientar las reglas de juego en este año donde se agita con fuerza el fantasma de la puja entre precios y salarios.
La cercanía entre la primera dama y el duro dirigente camionero puso en estado de alerta a sectores empresarios que desde hace tiempo vienen pugnando por imponer lo que denominan un “escenario racional” de discusiones salariales.
Ese escenario no es otro que tomar el costo de vida de 2007, sumar dos o tres puntos porcentuales, y fijarlo como pauta de ajuste para la mayoría de las paritarias.
Con esa lógica, defenestrada por los sindicatos, la Unión Industrial Argentina sugirió un techo del 12 por ciento para los aumentos salariales.
La posición se consensuó en la última reunión del Comité Ejecutivo de la central fabril, donde algunos sectores salieron a advertir la necesidad de oficializar la posición de la entidad en lo que ya se convirtió en la disputa más fuerte en este arranque de 2008: cuál será el nivel del incremento salarial.
Esa reunión de la cúpula industrial se produjo horas después de que su presidente, el metalúrgico Juan Carlos Lascurain, dijera que los ajustes podrían oscilar entre el 12 y 15 por ciento, y horas antes de que su ex presidente, el “plástico” Héctor Méndez, asegurara que algunos sectores podrían estirarse hasta 18 por ciento.
Estos matices reflejan la realidad de los sectores fabriles: a la mayoría les está yendo bien, pero no a todos les va bien de la misma manera.
Hay sectores, como la industria automotriz, la construcción y la alimentación, que vienen recomponiendo márgenes de utilidad en alto nivel, y eso les permitiría afrontar ajustes de sueldos mayores cuando se sienten a la mesa de las negociaciones.
Distinta es la situación de las pequeñas y medianas empresas, una buena parte de las cuales está vinculada al sector metalúrgico en general, donde se haría muy cuesta arriba afrontar una suba del 20 por ciento o más en los sueldos.

Los sindicatos

Desde los gremios consideran que el sector patronal, léase los dueños de los medios de producción, pudo durante el 2007 aprovechar el boom de consumo para ajustar sus márgenes de ganancia, por lo que ahora parte de esa utilidad debe beneficiar a la mano de obra.
Los números que manejan las principales consultoras del mercado parecen darles la razón: la mayoría está advirtiendo que la inflación real de 2007 orilló el 20 por ciento, más del doble de la inflación oficial.
En algunos alimentos y bebidas de primera marca, así como en artículos de limpieza y otros, los precios se dispararon a lo largo del año pasado más de un 25 por ciento.
Algo similar ocurrió con el delicado rubro alquileres, donde las renovaciones se están pactando muy por encima del contrato anterior, con niveles que van desde el 30 al 50 por ciento, o más. En los lugares de veraneo los precios se dispararon un 25 por ciento promedio, a tal punto que los propios comerciantes y propietarios de inmuebles intentaron durante febrero bajar algunos valores, porque este año las playas recibieron menos gente, asustada por los costos estratosféricos.
En este escenario, es de esperar que gremios menos allanados ante el Gobierno, como los bancarios o los gastronómicos, pugnen por un ajuste salarial del 30 por ciento.
Pero igual, la jugada de Cristina y Moyano parece haber mermado las chances de que varios sindicatos logren aumentos por encima de la pauta que, de alguna manera, fijaron los camioneros.
El propio jefe cegetista buscó bajarle el tono a este hecho consumado, cuando minutos después de anunciar el acuerdo declaró en la Casa Rosada que los demás gremios no estaban obligados a aceptar el 19,5 por ciento que él negoció para los camioneros.
Si bien desde el sector empresario enseguida se buscó aclarar que la suba es en realidad mayor y llegará al 24,5 por ciento cuando las sumas fijas pasen a ser remunerativas, lo cierto es que eso ocurriría recién el año próximo, y que para este 2008 el aumento es del 19,5.

¿A qué juegan Lousteau y Moreno?

Entre quienes toman decisiones de negocios en la Argentina impera el reino de la confusión por el enfrentamiento cada vez menos disimulado entre el joven ministro de Economía, Martín Lousteau, y el desbocado secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Se entiende cada vez menos que un supuesto subordinado como Moreno actúe y hable ante muchos de sus interlocutores como jefe del ministro, e incluso lo subestime.
No es el único integrante del equipo económico que tiene prevenciones con Lousteau, a quien le achacan demasiada cercanía con algunos sectores que representan un resabio de los 90 que los ultrakirchneristas querrían volar de un plumazo.
Incluso, funcionarios de segunda línea del Palacio de Hacienda recuerdan la cercanía de Lousteau con Javier González Fraga, asesor a la deriva de Roberto Lavagna y ex presidente del Banco Central vilipendiado por estos días, siempre en secreto, por distintos sectores fabriles.
En este escenario desprolijo, la Presidenta se verá obligada en algún momento a poner orden y clarificar los espacios de poder en una esfera venida a menos desde que el kirchnerismo llegó al poder y decidió que la economía se manejaría directamente desde la Casa Rosada.
No son pocos lo que hacen trascender desde ámbitos oficiales que hacia abril se podría avanzar en un desdoblamiento del Ministerio de Economía: Hacienda por un lado y Desarrollo Económico por el otro.
Para esa fecha también podría quedar armada la estructura del nuevo banco de desarrollo que estaría a cargo del ex ministro Miguel Peirano, y que aprovecharía buena parte de los recursos del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) para impulsar financiamiento a gran escala para proyectos productivos.

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