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Anécdotas irrepetibles de la República Argentina de antes

Por El Litoral

Jueves, 17 de diciembre de 2009 a las 21:00
Por internet suceden estas cosas. Un mensaje positivo rescatado del ayer, puede convertirse en una profunda tristeza de hoy. Dicen que las comparaciones son odiosas. Habría que agregar que también son necesarias. Lea estos apuntes y com-párelos con nuestra realidad:
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Bajo la presidencia del Gral. Roca, ante los riesgos de algunos conflictos fronterizos, éste, con patriótica previsión, encomendó al Gral. Pablo Ricchieri, que viajara a Alemania y adquiriera 40 mil fusiles Máuser para equipar convenientemente al Ejér-cito.
El general Ricchieri formalizó rá-pidamente la compra de los Máuser con las fábricas alemanas. En la entrevista final, se le acercó un representante de los fabricantes, quien le presentó un sobre y le expresó:
-General, los fabricantes me han encomendado que le entregara este sobre con el importe de “la comisión” que le corresponde por su intervención.
Ricchieri abrió el sobre y encontró un cheque de un considerable monto. Sin titubear, tomó el cheque, lo endo-só y se lo devolvió al funcionario di-ciéndole:
-Mande tres mil Máuser más.
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Unos años después, el gobierno ar-gentino, envió al Almirante Onofre Betbeder a Inglaterra, para controlar la entrega de los acorazados “Riva-davia” y “Moreno” en las debidas condiciones.
Este viajó a los astilleros de Sout-hampton y por 4 meses inspeccionó los barcos tornillo a tornillo.
Al concluir satisfactoriamente su inspección, telegrafió al gobierno ar-gentino para que saldara la cuenta. Al día siguiente, un empaquetado funcionario de levita, se presentó a su oficina y le dijo:
-Almirante, permítame que le entregue este sobre en reconocimiento por su trabajo y la imparcialidad con que ha cumplido su misión. Bet-beder abrió el sobre y retiró un cheque e inmediatamente llamó a un se-cretario y le dictó la siguiente nota:
“El gobierno de la República Ar-gentina cumple en agradecer a los di-rectores de los astilleros la rebaja por la cantidad de 300 mil libras esterlinas, que han tenido a bien hacerle sobre el precio de los barcos”.
... Otros años más tarde, bajo la presidencia de Victorino de la Plaza, el presidente del Brasil viajó a la Argentina en una visita de confraternidad. Entre los agasajos se programó el banquete oficial. Como éste no podía realizarse en la Casa Ro-sada, por hallarse en reparaciones, resolvió que se celebrara en la casa particular del Presidente, en la calle Libertad.
Al día siguiente del banquete, Victorino de la Plaza, llamó a su ama de llaves y comenzó a extender los cheques de su cuenta personal, para pagar a los proveedores. Al concluir le observó al ama de llaves:
-Señora, falta la cuenta de los vinos.
Ésta le explicó:
-Sr. Presidente, como era una comida oficial, se trajo los vinos de la bodega de la Casa de Gobierno.
Plaza le contestó:
-Señora, en mi casa el gobierno no paga los vinos. Vaya al almacén y re-ponga a la bodega las botellas que se consumieron.
En aquel entonces, la Argentina ocupaba el 6º lugar en la escala mundial... por su gente....

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