Después de la época de apogeo que tuvieron las casas de videos y que llegó hasta hace poco años, con los cassettes VHS o en el primer tramo del paso al DVD, actualmente quedan muy pocas tiendas dedicadas al alquiler de películas. Según coincidieron en señalar los propietarios consultados, no es gran negocio apostar al rubro debido al mercado ilegal y al mejoramiento en los cines de la ciudad.
Las pérdidas que se generaron en los últimos años fueron de hasta el 75% y ahora sólo quedan pocos locales destinados a los amantes de las películas o quienes prefieren calidad antes que estrenos inmediatos pero desenfocados.
En los últimos 4 años surgieron problemas con la distribución a nivel nacional que repercutieron en los videoclubes. “En el 2006 cerraron 2 de las grandes editoras de películas del país: Gatti Video y Lk-Tel. Solamente quedó AVH, quien ya no posee representantes en el Nordeste por al costo que requiere y por lo tanto sólo envía las copias originales por encomienda, lo cual dificulta la llegada de nuevos títulos”, indicó Luis, propietario de una videoclub ubicado por la calle Tucumán y que cuenta con 13 años de experiencia en el rubro.
Final
Uno de los videoclubes más antiguos de la ciudad, con 25 años de actividad, ya no podrá resistir esta situación actual y cerrará sus puertas en los próximos días. “No se puede competir contra el Internet, el mercado ilegal y con la crisis que hay en el cine a nivel mundial, que no sólo afectó a la cantidad y calidad de las películas, sino también a los gustos del público”, evaluó Ana Siganoff, propietaria del local ubicado por calle Belgrano, en el barrio Cambá Cuá.
”Las películas más buscadas son aquellas están más expuestas por la publicidad y el marketing, como los estrenos mundiales, y cuya elección va más allá de la calidad como obra, lo que perjudica a los demás títulos menos conocidos”, remarcó en diálogo con El Litoral la encargada del local que llegó a tener 8 mil películas disponibles.
La fuerte retracción se evidencia en las estadísticas que dieron los propios encargados de locales, en las que se consignan que el mercado y el alquiler de películas se redujo en casi 3 veces en los últimos años. “En enero de este año registramos 4500 alquileres, mientras que en el mismo mes del 2007 habíamos registrado 13.500, lo que marca la crisis por la que atravesamos”, explicó José Rolik, propietario de una cadena de videoclubes de la ciudad.
Pirateadas
Una de las causas en que coincidieron en destacar es la competencia desleal con los vendedores callejeros de películas pirateadas.“Competir contra el mercado ilegal es muy difícil porque aunque nosotros paguemos los impuestos requeridos, los vendedores ilegales no son controlados por nadie, lo cual se perjudica a la industria en todo sentido, desde las productoras hasta los empleados de locales especializados”, denunció uno de los propietarios.
De igual manera sucede con las películas on line que pueden verse en Internet o las copias que se hacen de manera casera con cualquier computadora.
“Por el momento las videoclubes seguirán cerrando sus puertas en la ciudad de Corrientes y los que queden en pie serán para aquellos aficionados que todavía quieren disfrutar de una película con las características y potencialidades que el cine puede ofrecer, pero desde su casa”, concluyó Rolnik.