A LA MEMORIA DE LOS OCHO
"Hablando pocas palabras lo he visto a Vargas, quedarse así de cuclillas mirando lejos... Cercado entre el hormigón, no encuentra su cielo aquí, de balde lo está buscando entre tanto gris”. (1)
Cuánto vale la vida? ¿Puede cuantificarse en relación con algo, por caso el dinero? Bibliotecas enteras podrían argumentar acerca de la inconmensurabilidad de la vida, hasta que todo se derrumba. En ese instante se pasa una frontera: se ingresa al territorio donde impera la realidad.
Para los académicos la realidad es la "existencia real y efectiva de algo" (2). Algunos otros subrayan su carácter dual, su al-cance concreto y conceptual a la vez. Para nosotros, aquí, la realidad es una dualidad que se alimenta de lo que es y de lo que debería ser, juego en el que se impone ampliamente lo primero.
En este "país del no me acuerdo" (3), la realidad fue el sustrato que permitió el derrape de un avión, el choque de un tren, la cantidad de víctimas de los siniestros viales absolutamente evitables, Cromagnón, Etchecopar (4); las niñas ma-dres y las madres de las niñas, sus estigmas: los propios y los que reparten algunos personeros del palacio cuando se encuentran con algún micrófono cerca de sus bocas cargadas de ira y resentimiento.
Realidad es la pobreza que mata sin que importe; la prepotencia que te obliga donar sin que quieras. Es la caída de un piso mal calculado, una construcción irregular que se lleva consigo ocho historias (5): de padres, hijos, hermanos, tíos, sobrinos. Vidas, nada menos.
Realidad es la falta de controles públicos y la escasez de responsabilidad privada. Es la misma nada que se apodera de comercios, escuelas, rutas, boliches e incluso de obradores. Es la ley pasible de trampa; la ley mal hecha por legisladores mal votados y peor instruidos. Es la impunidad que ampara la viveza, la sociedad que naturaliza el riesgo permanente, los medios que callan pensando más en sus cuentas que en su rol.
Realidad es el exceso de formalismos. Es tardar un año para empezar algo por derecha y sólo 6 meses para terminarlo, eso sí, pagando pequeños sobornos por la insignificancia de ser un contraventor consuetudinario. Es la degradación social-empresaria, la sobrevaluación del negocio. Es ser juez y parte: garante del control para los otros; sujeto inmune para los propios emprendimientos. Es tener vía libre por obra y gracia del amiguismo, tráfico de influencias y cosas por el estilo, tan glamorosas en estos tiempos. Es la economía que acucia y empuja a la baratija; la supremacía del costo por sobre el peligro, la diferencia entre el daño de algo y la muerte de alguien.
Realidad es la jactancia del poder que sabe al dedillo, con detalles de espía, quién comete los delitos. Es la prudencia de no decirlo si el infractor es un amigo. Es la canallada de denunciarlo -por lo bajo y con terceros- si es un adversario (siempre en el momento oportuno, para maximizar los rindes políticos).
Realidad es la indecencia de mentir acerca de gestiones largas e imposibles -que nunca se hacen-si es que calma los reclamos. Es no dar la cara. Es un fideicomiso sin rostro y generalmente sin escrúpulos. Es ser calle y vereda, pero al mismo tiempo. Es ser custodio de la fe pública de 8 a 12 y de 16 a 20, e infractor no creyente el resto del día; es ser funcionario de medio tiempo y vecino ciego o apático siempre.
Realidad es echar a alguien del Estado por promocionar un culo y, extrañamente, sostener a quien deja morir por indolencia o dolo. Es sostener a quien dice que los pobres son los vivos, que además de tener sexo y recibir la gracia de la vida, consiguen un premio en billetes.
Realidad es la tozudez y la complicidad. Es la prostitución de todos y todas. Es mirar sólo para adelante y creerse especie única. Es extrañarse cuando se habla de inclusión, del otro. Es la estrechez mental del ventajero o calculador, sea periodista, funcionario o constructor. "Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón". (6)
Realidad es recordar. Es hacer notar que es-tuviste en la cárcel pe-ro no en la obra; en el exterior pero no en la cárcel. Es ver a quién puedo tirarle un muerto cual chupita en carnaval. Todo vale.
Realidad, lamentablemente, es creer que la desgracia es un invento de la prensa. Es no ver un error o no poder admitirlo. Es la soberbia que nubla hasta el más grande de los actos solidarios.
Realidad es mirar sin ver, escuchar sin oír; es vivir sin cumplir pensando siempre en ganar. Es no asumir siquiera una parte de la responsabilidad subsidiaria que de-viene de ser libre, aunque parte de un cuerpo social.
Es creer que un exabrupto es lo mismo que la muerte y que todo se pesa en la balanza electoral. Es mover constactos, contar votos que no existen en elecciones imposibles aunque imaginariamente permanentes.
Es la "miserabilidad" misma de querer alcanzar las urnas siempre, aunque para ello haya que pisar escombros o pasar sobre cadáveres. Es el calabozo invisible y eterno por el pan, como en la obra de Víctor Hugo (7).
Realidad es pertenecer a esa clase que, según otros, no vale más que el mendrugo del jornal. Es vivir así y morir así, como los ocho: miserables.
Pero es también la esperanza de que las cosas cambien. De que caiga quien tenga que caer por el peso de su malicia o el lastre de su degradación, no por la imprudencia del apuro exigido por la renta, que el jueves, en el derrumbe, dejó en sus bolsas ocho arneses que ahora ya no tienen quién los use.
1. "El cielo del albañil". Chamamé. Teresa Parodi y Antonio Tarragó Ros.
2. Definición. Real Academia Española.
3. "En el país del Nomeacuerdo". Tema infantil. María Elena Walsh.
4. a. El vuelo 3142 de Lapa, se estrelló en el Aeroparque Jorge Newbery de Buenos Aires el 31 de agosto de 1999 a las 20,54. Murieron 65 personas.
b. Una formación del tren Sarmiento impactó a las 8.32 contra el andén en la estación Once. Fue el 22 de febrero: 51 muertos y más de 700 heridos.
c. Al cierre de esta nota, sólo en Corrientes se registraron 49 accidentes fatales en 2012: 62 muertos.
d. Incendio en el boliche República Cromagnón. Ocurrió el 30 de diciembre de 2004: 194 muertos y más de 700 heridos.
e. Asalto en la casa del conductor Baby Etchecopar, el 12 de marzo pasado. Un muerto y varios heridos de bala.
5. Hasta anoche era el número de muertos por el derrumbe del barrio La Cruz. Todavía hay dos heridos graves.
6. "Cambalache". Tango. Enrique Santos Discépolo.
7. "Los miserables". Novela. Víctor Hugo, publicada en el año 1862.