Tras los últimos retoques en los precios de varios alimentos que son fuertemente consumidos en la cocina familiar, los correntinos aseguraron que debieron bajar el nivel de ingesta de ciertas frutas y verduras como el tomate o el zapallito.
Además, y debido al incremento en los costos de la carne, los consumidores afirmaron que comer un asado se vuelve cada vez más difícil.
Finalmente, recalcaron la importancia de recorrer comercios en busca de precios accesibles y de aprovechar las distintas ofertas ofrecidas en las ferias populares.
En este contexto, El Litoral aprovechó que el programa de Verduras y carnes a precios accesibles se encontraba en la plaza Vera y consultó a los correntinos sobre cómo impactaron en su mesa familiar los aumentos de precios y cómo se las ingenian para sobrellevar la situación.
“Yo compro lo que puedo consumir en el día, no dejé de comprar ningún alimento pero sí bajó la cantidad”, indicó Jóse Rosale mientras adquiría diversas verduras.
Por su parte otra compradora de nombre Betiana Acosta manifestó que “las verduras estaban por las nubes, como por ejemplo el zapallito y el tomate. La verdad que afecta a la cocina familiar porque yo soy una empleada doméstica”, dijo y agregó que “para preparar una comida voy a la heladera y me fijo qué tengo”.
“En forma particular recorro bastante los comercios y tengo noción de los precios. Por otro lado, como varío mis comidas suelo comer bastantes tipos de ensalada. Además hay que aprovechar las ofertas en los distintos supermercados, no hay que comprar por comprar”, explicó Camilo Navajas.
Sobre el punto anterior también estuvieron de acuerdos otras personas, en este caso estudiantes universitarios, quienes deben llevar su economía de forma tal que puedan subsistir mientras estudian.
“Hay que aprovechar las ferias porque se consigue más barato las verduras, más para una persona que es estudiante, por ejemplo”, dijo Claudia Moyano.
Otra universitaria de nombre Cinthia Gaona señaló que “recorremos todos los supermercados porque definitivamente uno deja de comer alimentos por el precio, incluso cambiamos de supermercados porque en algunos los costos eran muy elevados”, remarcó.
Respecto del consumo de carnes, la mayoría de las personas admitieron que debieron disminuir su consumo. Otros aseveraron que tuvieron que cambiar al pollo o el pescado. “La carne está bastante cara, antes uno podía comer un asado tranquilamente todos los fines de semana ahora es algo que se come menos también pasa con las milanesas”, indicó finalmente César Antoniol.