Con el invierno como telón de fondo una buena forma de contrarrestar el frío es con una taza de café y si se le anexa una buena compañía, mucho mejor. Dicha aseveración queda en evidencia al recorrer las confiterías de la ciudad. Las hay de todo tipo y clase; con ornamentaciones antiguas o vintage, rodeadas de libros hasta espacios clásicos que invitan a la reflexión o a una distendida charla entre amigos o familiares.
Así, en este contexto, El Litoral recorrió algunos de los establecimientos capitalinos en busca de historias que surjan entre el cálido aroma de los granos de café.
Uno de los cafés más emblemáticos de la capital es el “Panambí”, ubicado en plena peatonal Junín donde antes se encontraba el “Meca”. Allí, todos los días, las personas se acercan para pasar un momento ameno. En diálogo con este medio, Jorge, cajero del establecimiento, se explayó un poco sobre la historia del lugar. “Se fundó en 1957 y tiene una trayectoria intachable hasta el día de hoy”, dijo y agregó que “a la repostería se le agregó la cafetería y el bar y desde entonces tenemos una clientela asidua al local que busca el tradicional café”.
De la misma manera, destacó que además de los clientes locales asisten muchos visitantes de otras provincias y países. “Hay bastante movimiento por el tema del turismo y la gente acude por los artículos regionales que tiene el local”.
Con respecto a la clientela del establecimiento, señaló que “tenemos clientes que vienen diariamente tanto en la mañana como en la tarde. Además, hay una clientela selecta que incluye al Intendente, al vicegobernador, entre otras figuras de la política”, remarcó el empleado.
Consultado sobre el tipo de producto más consumido por la gente comentó que “las personas piden mucho café tradicional y el cortado. La mayoría de las personas sabe que cuando al café se le coloca el azúcar arriba y luego recién cae, es bueno y ellos buscan ese tipo de bebida”, finalizó Jorge.
A las confiterías clásicas de la ciudad también se han sumado nuevos espacios para ofrecer a los ciudadanos, sobre todo a los jóvenes, un lugar donde disfrutar de un momento agradable. En este sentido “Gino Caffé”, se erige como un local que mezcla la modernidad con toques retro. Entre sillones de cuero rojos, afiches de publicidades antiguas e incluso artefactos que remiten a épocas pasadas, Jorge el encargado del lugar, se refirió a la propuesta novedosa que presentan.
“Estamos hace un año y con respecto a la propuesta, tratamos de diferenciarnos un poco en lo que es la estructura y la estética que le dimos a este espacio. Los dueños han viajado mucho y su sueño siempre fue tener un café, por eso fueron recolectando ideas hasta que hicieron al lugar acorde a lo que ellos pretendían”, afirmó Jorge.
Sobre la repercusión en el público asiduo a los cafés, manifestó que “desde el primer momento a la gente le gustó la propuesta porque también realizamos eventos los fines de semana. Sin duda, hay cultura de cafetería en Corrientes por eso antes de abrir se fijó primero en eso y se hizo un estudio de mercado”.
Por otro lado, el consumo por parte de extranjeros es un factor clave para las confiterías.
Al respecto Jorge destacó: “Cuando fue el Mundial de Voley venían todos los días distintas delegaciones. También en época de turismo se nota mucho el movimiento de clientes. Por el lado del público, nosotros estamos orientados más hacia gente grande de 25 años para arriba y eso es una desafío ya que exigen otro tipo de calidad en la atención y los productos”, aseguró.
Sobre la clientela comentó que ésta se diferencia dependiendo del horario. “A la mañana la gente que trabaja viene a desayunar y a la tarde sobresalen más los grupos, por eso también tenemos días especiales para mujeres, por ejemplo. Nos damos cuenta que a la tarde las personas se quedan más de media hora porque la idea de todos los cafés es brindar al consumidor un lugar donde pasar un buen momento”, sintetizó.
Por último con respecto a los pedidos más destacados por parte de la gente, dijo que “sale mucho el tostado después el café que es importado tiene mucha repercusión pero es muy variado”, puntualizó Jorge.
En otro local que ya cuenta con más de una década en Corrientes, uno de los empleados con más tiempo trabajando allí hizo un repaso por la historia del lugar. Así, Andrés, mozo quien trabaja en “Tía Doris”, desde prácticamente su apertura relató que “el establecimiento se abrió de la mano de las familias Apriles y Alvares hace once años y fue creciendo poco a poco”.
Interrogado sobre la cultura del café y su impacto en la sociedad, manifestó que “el correntino tiene una cultura de café, hay clientes que son exquisitos con el mismo y si les cambias la variedad se dan cuenta ya que son muy conocedores. Hay algunos que vienen solos, leen el diario y también asisten muchas familias sobre todo los fines de semana”.
Asimismo, hizo principal énfasis en la clientela variada que atienden diariamente. Pero destacó la visita de alguien especial. “El personaje del que no me voy a olvidar nunca es a Jorge Bergoglio, que hoy es el Papa. Cuando vino a Corrientes en 2007 yo lo atendí las tres veces que visitó este lugar. También concurren los extranjeros”, acotó.
Finalmente, Andrés indicó porque las personas los escogen como cafetería. “La gente destaca la atención y también que el local ofrece un ambiente muy familiar”, concluyó mientras la máquina de café se ponía en funcionamiento, inundando el ambiente con un delicioso aroma.
POR DANIEL GUTIERREZ