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Caminar después de comer protegería contra la diabetes tipo 2

Por El Litoral

Lunes, 02 de septiembre de 2013 a las 01:00
Dra. Marianela Aguirre Ackermann
www.centrocien.com.ar

Sabemos que el ejercicio moderado y sostenido es útil para regular la glucemia (el azúcar en sangre) en el manejo de personas con diabetes, ya que el entrenamiento físico, entre otros beneficios, aumenta la sensibilidad a la insulina. 
La actividad física de baja intensidad aumenta la utilización de la glucosa por el músculo,  por lo tanto es razonable pensar que la actividad física en el período postprandial (después de comer) podría ser una herramienta útil en reducir el azúcar en sangre. Además se ha demostrado que el ejercicio postprandial acelera la velocidad de reducción de la glucemia en personas con diabetes tipo 2. 
La actividad física leve a moderada después de comer reduce la glucemia en personas también  no diabéticas como lo demostró el trabajo de los especialistas Hostmark y Cols publicado en la revista  Medicine en la que estudiaron mujeres jóvenes y de edad media, tanto entrenadas como sedentarias y concluyeron que para población general, aun sin entrenamiento, una rápida caminata u otra forma de ejercicio liviano, es útil en amortiguar el aumento de la glucemia luego de una ingesta con carbohidratos.
Otra evidencia se suma. Investigadores de la Universidad George Washington publicaron  un estudio en el que demostraron que un paseo de quince minutos después de cada comida ayudaría a las personas mayores de 60 años a regular los niveles de azúcar en la sangre y podría reducir su riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. 
El estudio, publicado recientemente en Diabetes Care, encontró que tres caminatas cortas después de las comidas, de 15 minutos cada una (por ejemplo, luego de desayuno, almuerzo y cena)  fueron tan efectivas para reducir el azúcar en la sangre durante 24 horas, que caminar  45 minutos a pie a ritmo suave a moderado. Por otra parte, después de la comida caminar era significativamente más eficaz que un paseo sostenido en la reducción de azúcar en la sangre por hasta tres horas después de la cena.

Prescripción 
La actividad física que prescribimos los médicos en el consultorio, no siempre puede ser llevada a cabo por los pacientes, por múltiples motivos. Estos resultados son una excelente noticia para las personas de más de 65 años, que a veces por distintos problemas de salud (artrosis, obesidad, problemas en las rodillas) pueden tener dificultades para hacer una caminata sostenida de 45-60 minutos. Con los resultados de este estudio, podemos recomendarles una caminata fraccionada, de 15 minutos luego de 3 comidas al día.
Algo importante al prescribir un ejercicio, es que los pacientes la sientan “posible” de hacer. Y pueden sentirse más capaces de hacer actividad física diaria si esta es intermitente, sobre todo si las caminatas cortas se pueden combinar con hacer mandados o pasear al perro. 
La tendencia a desarrollar diabetes tipo 2 aumenta con la edad. El riesgo es mayor en personas mayores de 60 años. Los resultados mostraron que las contracciones musculares producidas con caminatas cortas fueron eficaces en evitar las elevaciones de azúcar en sangre post-comida,  potencialmente dañinas, que se observan comúnmente en las personas mayores.
Los resultados, si se confirman en otros estudios, podrían dar lugar a una estrategia preventiva de bajo costo para personas que tienen prediabetes (condición clínica que puede con el tiempo convertirse en diabetes tipo 2). 
Otros estudios han sugerido que la pérdida de peso y el ejercicio pueden prevenir la diabetes tipo 2, pero este es el primer estudio que examina sesiones cortas de actividad física programada en torno a los períodos posteriores a las comidas, un momento en el que el azúcar en la sangre puede aumentar rápidamente y causar daños en los vasos sanguíneos.

Trabajo de investigación 
Los investigadores de la Universidad George Washington reclutaron a diez personas de 60 años o más, sanas, pero en riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 debido a los niveles más altos de lo normal de la glucemia en ayunas y además eran sedentarios o tenían niveles insuficientes de actividad física. Sabemos que las personas mayores de 60 años pueden ser particularmente susceptibles a mal control de azúcar en la sangre después de las comidas debido a la resistencia a la insulina en los músculos y también debido a una menor secreción de insulina por el páncreas. Tener un alto contenido de azúcar en sangre después de comer es un factor de riesgo clave en la progresión de la intolerancia a la glucosa (prediabetes) a la diabetes tipo 2 y la enfermedad cardiovascular.
Los participantes completaron tres protocolos de ejercicios ordenados durante cuatro semanas. Un grupo de pacientes caminaba después de las comidas durante 15 minutos después de cada comida. Otro grupo caminaba 45 minutos sostenidamente a las 10:30 de la mañana y otro grupo caminaba 45 minutos sostenidamente a las 4:30 de la tarde. Las marchas se realizaron en una cinta de correr a un ritmo suave a moderada. Los participantes comieron comidas estandarizadas y sus niveles de azúcar en sangre se midieron continuamente durante cada protocolo de ejercicios.

Conclusiones 
El equipo observó que el momento más efectivo para ir a dar un paseo luego de la comida fue después de la cena. El aumento de azúcar en la sangre después de esta comida, a menudo dura hasta bien entrada la noche y temprano por la mañana y esto se frenó significativamente en cuanto los participantes comenzaron a caminar en la cinta.
Mucha gente saltea el desayuno y la merienda, y come un gran almuerzo o una cena copiosa y luego duermen una siesta o ver la televisión.  En este estudio está demostrado que eso no es una buena medida. Luego de comenzar a hacer la digestión es conveniente salir y moverse. Una caminata luego de la comida de la noche es especialmente importante, ya que esta investigación sugiere  que tener niveles altos de azúcar en sangre después de la cena es un factor determinante de los niveles excesivos de glucosa en 24 horas.

Los resultados de este estudio deben ser confirmados con ensayos más grandes que incluyan a más personas.  Sin embargo en este estudio se monitorearon los niveles de azúcar en sangre de forma continua durante periodos de 48 horas y se controlaron cuidadosamente los objetivos. 
Los resultados tienen gran importancia para la salud pública ya que ofrecen una poderosa evidencia de que las dosis más pequeñas de ejercicio repetido varias veces al día tienen mayores beneficios globales para el control de azúcar en la sangre entre las personas mayores que un ejercicio prolongado y sostenido, especialmente si se programan las sesiones cortas justo después de comer.
Es importante que los médicos que tratamos personas con diabetes tengamos en cuenta los avances científicos a la hora de prescribir no sólo mejores fármacos para la diabetes, sino también mejores planes de alimentación y mejores planes de ejercicio para así contribuir al mejor control de esta enfermedad y  poder evitar o retrasar sus complicaciones.

Más de 2.5 millones de argentinos con diabetes
En los últimos años, la diabetes alcanzó a ser en la Argentina y en el mundo un problema de salud pública con proporciones de pandemia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay más de 347 millones de personas que padecen esta enfermedad. Mientras que en nuestro país se estima que hay dos millones y medio de personas con diabetes. La proyección para el año 2020 alcanzaría a 4 millones de argentinos, lo que llegaría a significar una prevalencia del 9,6%. Otro dato importante es que los resultados de las campañas de detección de la diabetes oculta indican que el 50% de las personas con diabetes desconocen que tienen la enfermedad y, por lo tanto, no reciben tratamiento. En este sentido, es fundamental llevar adelante un abordaje y tratamiento multidisciplinario en el cuidado de los pacientes con diabetes.


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