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Crítica: Fiat Uno Cargo

Por El Litoral

Jueves, 06 de agosto de 2015 a las 15:00

Por Carlos Cristófalo, para autoblog.com.ar
Producción fotográfica: Establecimiento El Lucero


Autoblog ya lo manejó durante una semana. La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA
Partiendo de la base de un Uno 1.4 Attractive con carrocería de tres puertas (variante que ya no se vende en nuestro mercado), la gente de Fiat aplicó una profunda cirugía Back-To-Basics-Style.
Se instalaron unos paragolpes y una parrilla en plástico negro (con la misma matricería del Uno Way, pero con una materia prima de inferior calidad), se suprimieron los faros antiniebla, se eliminaron las baguetas de las puertas, se instalaron retrovisores con carcaza de plástico negro y el mismo material se utilizó para los picaportes.
El Cargo viene con neumáticos Continental 175/70, con llantas de chapa de 14 pulgadas y unas tazas de plástico agradables. El Clio Work ni siquiera trae tazas.
Y ya que hablamos del Work, también hay que recordar que el modelo de Renault está basado en el diseño y la plataforma del veteranísimo Clio II. El Uno Cargo, en cambio, tiene un diseño con apenas cinco años de antigüedad y está basado en la nueva plataforma de Fiat que emplean los actuales Uno de pasajeros y el nuevo Palio.
El Uno Cargo se vende sólo con dos opciones de color: blanco y rojo (Bianco Banchisa y Rosso Alpine, para decirlo en el idioma de origen). Y un detalle importante: viene de serie con protector de cárter.

POR DENTRO
La estética Back-To-Basics también se aplica en el interior. Aunque no tanto.
Desde ya: los revestimientos de las puertas y de la plancha de instrumentos son muy rústicos. Tanto, que hay que tener cuidado de no cortarse los dedos, como ocurre a la altura del marco de las ventanillas.
Pero, comparado con el anterior Uno Cargo, este nuevo utilitario de Fiat tiene algunos lujos impensados: equipo de audio con USB, toma de 12 voltios y tablero con indicadores digitales (incluye computadora de abordo con consumos parciales y relojito con temperatura de agua del motor, algo que autos mucho más caros ya ni siquiera ofrecen).
También es posible mejorar el equipamiento con algunos opcionales interesantes: aire acondicionado, levantavidrios eléctricos delanteros, volante regulable en altura y cierre centralizado. La unidad probada contaba con todos ellos, así que la convivencia durante la semana de pruebas se hizo bastante más llevadera.
El Clio Work trae el aire acondicionado de serie, pero no cuenta con ninguno de los opcionales del Uno Cargo. Aunque el Renault tiene algo que el Fiat no: equipo de audio con Bluetooth, para usar el teléfono sin manos. Es algo muy práctico, sobre todo porque muchos van a utilizar estos vehículos como oficinas móviles.
Sin embargo, acá lo más importante no son los accesorios techies, sino la zona de carga. Al remover el asiento trasero, el Uno Cargo tiene una capacidad para transportar un volumen de 1.000 litros o un peso de 400 kilos. El Clio Work tiene el mismo espacio, pero puede llevar hasta 474 kilos.
En el Fiat, toda la zona de carga está revestida en un plástico duro , pensado para el maltrato. El piso –que cuenta con seis cornamusas para amarrar paquetes- está cubierto del mismo material plástico: es muy sólido, pero también muy liso. Así, las cargas sueltas (como herramientas y bultos pequeños) se deslizan con facilidad. Habrá que atar bien los petates o revestir el piso con algún material (como goma o alfombra) para evitar sarandeos.
El espacio de carga tiene una boca de acceso muy amplia y hasta cuenta con luz propia, para trabajar de noche con comodidad. Tan sólo quedaron algo expuestas a los golpes las rejillas de los lugares donde deberían ir los parlantes traseros.
La pared que divide al habitáculo de la zona de carga está compuesta por una plancha de acero (de la mitad hacia abajo) y una reja de plástico (de la mitad hacia arriba). La luneta y los vidrios laterales traseros están protegidos con una reja de acero, para evitar que la carga pueda romper algo. Además, los vidrios de la zona de carga están oscurecidos, para evitar miradas de curiosos.
La posición de manejo es la misma del Uno, aunque me parece que la calidad de la butaca es algo inferior. El volante se regula en altura, pero el asiento no.
El espejo retrovisor interno es tan útil como timbre de bóveda. No se ve nada para atrás. Por suerte, los espejos externos son bastante grandes.
¿Y adónde fue a parar la rueda de auxilio? Está bajo la zona de carga y, para acceder a ella, hay que quitar una voluminosa escotilla de plástico.
¿Críticas? Una importante: el portón trasero sólo se abre con la llave. Es decir, hay que apagar el motor para poder abrirlo, sacar la llave del tambor y llevarla hasta el baúl. Con un botón se evitarían muchas molestias.

SEGURIDAD
Como indica la Ley, el Uno Cargo trae de serie con doble airbag frontal y frenos ABS. El antibloqueo de frenos viene además con EBD (distibución electrónica del frenado).
También cuenta con barras de protección laterales en las puertas y cinturones de seguridad con pretensores.
LatinNCAP sometió a una prueba de choque a un Uno de pasajeros sin airbags y obtuvo una calificación baja: una estrella en protección de adultos y dos en protección de niños. No hay datos sobre este Uno Cargo ni sobre versiones con airbags.

MOTOR y TRANSMISIÓN
La mecánica es la misma del Uno Attractive: motor naftero de 1.368 centímetros cúbicos, con dos válvulas por cilindro, inyección electrónica multipunto, 85 cv a 5.750 rpm y 122 Nm a 3.500 rpm.
Es muy común que este tipo de vehículos se adapten para funcionar con GNC, pero el equipo no se ofrece de fábrica. Espacio para tubos grandes hay (y de sobra).
La caja es manual, de cinco velocidades. Tiene tracción delantera.

COMPORTAMIENTO
La filosofía Back-To-Basics del Uno Cargo no sólo se aplicó en el exterior y el interior: también se advierte en el uso diario. Se eliminaron aislantes y material de insonorización, por lo que los ruidos del motor y del exterior ingresan a la cabina con gran facilidad.
Para soportar una mayor capacidad de carga, la suspensión trasera se modificó con el agregado de un elástico parabólico longitudinal, como el que tienen la pick-up Strada y el furgón Fiorino. Además, tiene un buen despeje del suelo y es casi imposible fondear en cunetas o lomos de burro.
Esto es muy bueno cuando se circula a carga plena, pero cuando se viaja medio vacío el comportamiento es algo errático. El Uno Cargo tiene una distancia entre ejes menor que los otros dos utilitarios de Fiat y eso obliga a prestar más atención en las maniobras a buena velocidad: la carrocería inclina bastante, es muy común que la rueda trasera interna despegue del suelo y se va mucho de trompa.
Además, por encima de los 120 km/h, la dirección se vuelve muy liviana e imprecisa.
No es un comportamiento peligroso, pero obliga a prestar atención al volante. Lo mismo ocurre con los vientos laterales en ruta: es un auto bastante sensible a las rachas por través.
Los frenos son correctos, aunque -cuando se viaja muy cargado- se agotan con facilidad al exigirlos a fondo.
La caja de cambios también está apenas Ok. Algo que habría que corregir es el recorrido del embrague: es demasiado largo e interviene apenas cuando se llega bien al fondo.
El motor Fire Evo 1.4 no tiene problemas con la carga (es el mismo de la Fiorino, que lleva hasta 650 kilos) y se muestra muy ágil en el tránsito urbano. En ruta ya no se siente tan cómodo: a 120 km/h, en quinta marcha, viaja demasiado enroscado a 3.500 rpm. Y el ruido de la mecánica es notable: ahí realmente se siente el ahorro en aislantes.
Alcanza una velocidad máxima de 165 km/h (una cifra de auténtico vértigo, con este esquema de suspensión) y acelera de 0 a 100 km/h en unos aceptables 12,7 segundos. El consumo medio podría ser un poco mejor: 7,9 litros cada 100 kilómetros.

CONCLUSIÓN
Aunque por su bajo precio algunos se vean tentados de agregarle asientos, el Fiat Uno Cargo es un vehículo estrictamente de laburo.
Es una herramienta de trabajo eficiente, económica y práctica para trabajadores independientes o flotas de empresas. Le sirve tanto a un plomero y a un jardinero, como al servicio rápido de un concesionario o a una gran corporación telefónica.
Con respecto al Clio Work, es posible que el Uno Cargo tenga un posicionamiento en precio un poco más elevado. La ventaja es que cuenta con una plataforma un poco más moderna y un diseño (también un poco) más agradable.
Otra buena idea de Fiat es la de ofrecer un paquete de opcionales interesantes, para armar el vehículo a gusto. Si va a ser tu oficina o el vehículo de tus empleados, gastate unos mangos más, que valdrán la pena.
Sin embargo, por más casilleros que marques, seguirá siendo un vehículo básico, pensado para ponerlo a trabajar sin parar.
Ahí radica el encanto de esta versión: en el Fiat Uno Cargo, la rusticidad es su principal virtud.

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