Por Roxana Feldman (@roxifeld)
El clima no fue impedimento, y, entre el calor y la humedad, la gente empezó desde temprano a acomodarse en los alrededores del Anfiteatro Cocomarola, formando largas filas que terminaron por rodear toda la manzana del lugar. Con paciencia poco a poco fueron ingresando al predio que para las 22 llegó a su lleno total.
Pasadas las 20.30 fue el turno de Serie 2, la banda soporte que, entre mensajes de amor y mucha predisposición regaló al público expectante varios minutos de canciones de pop-rock que prepararon el ánimo para esperar al gran artista convocante.
La espera se hizo más larga de lo previsto, y algunos incidentes como peleas y reclamos por lugares tiñeron la tranquilidad. Por suerte pudieron solucionarse y cuando entraban los últimos espectadores, siendo las 22.15 comenzó el show.
Con una importante escenografía de luces en tonos azules y verdes, salió a escena Marco Antonio, acompañado por tres despampanantes bailarinas que, con una vestimenta de carnaval, brindaron un verdadero show con sus pies al son de la voz inigualable del artista.
Para preparar al público, el mexicano cambió varias veces la letra de sus canciones para agregar la palabra “Corrientes”. Un grito eufórico de los fanáticos se escuchaba cada vez que el artista se tomaba estas atribuciones. Con una fuerte impronta religiosa y apelando a la voluntad de Dios, pidió por la situación de las inundaciones que castigan a la Provincia.
“Dios está observando cada vez más para acá, ojalá haya recuperación pronto en las tierras”, dijo en referencia. Además señaló que “todo es por algo”, y que al solucionarse los problemas ocasionados por la corriente del Niño, Dios iba a devolver algo mejor al pueblo correntino: “Los climas están alterados. Lo que no se debe alterar nunca es la fe y la esperanza”.
Con una sonrisa de par en par el artista habló en reiteradas ocasiones, bromeó con su edad y también ironizó con el amor en los tiempos de los celulares. Este año cumple 40 años de trayectoria en la industria de la música. Con grandes éxitos de todos los tiempos, no ahorró energías y bailó varias canciones acompañado de sus bailarinas.
El show duró hasta pasadas las 00 y fue mechando hits de todos los tiempos, temas de CD’s anteriores y los de su nuevo disco. Realmente se cumplió la premisa del artista de que era un momento para que los espectadores “rieran, bailaran y hasta lloraran”.
Ellitoral.com.ar siguió el show en vivo por sus redes sociales que explotaron y llegaron masivamente a los lectores que, desde diversos puntos del país, pudieron seguir el espectáculo, al menos, desde sus hogares.
El paso del mexicano por Corrientes evidencia que, adonde va, deja su huella. Con una impronta especial, sus canciones en vivo sonaban idéntico a las grabadas, sin necesidad de acudir en ningún momento al recurso del playback, hecho que quedaba demostrado cuando hablaba al público con un tono de voz de un verdadero locutor.
Cuando quedaban pocos minutos de recital, Marco Antonio, “sembró a Dios”, su deseo de volver a la ciudad. A la salida del show pudieron verse una decena de colectivos y combis de larga distancia que llevarían a los espectadores de toda la región y también de otros países a sus hogares, después de ver, cantar, bailar y emocionarse a la par de su ídolo.
