Un 14 de mayo hace cuatro años atrás, misma fecha en que falleció su madre, Elizabeth Verón entró a urgencias del Hospital Escuela por los graves golpes ocasionados por su entonces pareja, Adrián Sosa García, segundo condenado por femicidio en Corrientes. Ese mismo día, la mujer de 38 años logró hablar con su hermana Mercedes a quien dijo “cuida a mi hija”, pocas horas después la encontraron tirada en San Martín y Jujuy. Estuvo internada en terapia intensiva hasta el 8 de julio de 2013 por la tarde.
“Tuvimos que velarla con el cajón cerrado porque la que estaba ya no era nuestra hermana, Mercedes fue quien siguió todos los datos que dieron en la autopsia, nosotros (la familia) la queríamos enterrar lo antes posible pero el médico forense nos dijo que su cuerpo va a hablar y, lo hizo. Tenía más de 50 golpes en la cabeza, además de varias heridas, eso demostró el daño que le hizo su asesino”, recordó Rita Verón.
Respecto a esos días, su hermana expresó: “Lo más difícil fue decir a su hija que su mamá había muerto, ella la visitaba todos los días por la tarde después de regresar de la facultad, en el momento que nos decían que Eli había muerto ella ingresaba al Escuela. Cuando estábamos en el auto regresando a nuestra casa me preguntó si su asesino iba a pagar por lo que hizo, le prometí que sí y así fue. No fue el primer femicida condenado a perpetua en Corrientes pero sí la primera causa que lograron cambiar la carátula, primero habían puesto que era crimen pasional, después incorporaron el concepto de femicidio”.
Uno de los obstáculos más difíciles que tuvieron que atravesar fue “cuando cambiaron de abogado”. “Un tiempo después del juicio nos enteramos que el abogado de Sosa García renunció al ver las pruebas que había en contra del femicida, por las características del asesinato nos comentaron que no lo quiso defender, en un principio nos alegramos pero después de enterarnos de los abogados que tenía (habían defendido a personas consideradas importantes en el poder) nos asustamos, estaba a punto de bajar los brazos. En ese momento nos ayudaron mucho los medios de comunicación quienes hicieron que el caso sea visible y nos acompañaron así como las organizaciones”, comentó a este medio gráfico.
Si bien están conformes con la condena del 26 de marzo de 2015 (perpetua) hoy piden su traslado a la Unidad Penal N°1.
“No puedo creer que ya hace cuatro años no está con nosotros. Fue muy difícil todo esto, pero agradezco que siempre nos hayan acompañado. Es uno de los pocos casos en el que se logró una condena y rápida. Hoy nos toca acompañar a otras familias. Me siento muy identificada con Karina Silguero, ella también busca justicia por el femicidio de su hermana Sandra (Daniel Borlicher le ocasionó 105 puñaladas y está prófugo), vamos a viajar a la Triple Frontera, nos dijeron que podía estar ahí y junto con Leticia Gauna (referente del Inadi y Mumala) nos iremos a buscarlo”, contó Rita a El Litoral.
Por otra parte, respecto al avance sobre violencia de género en la provincia sostuvo que “por las víctimas que me llaman o sus familiares sé que no brindan protección luego de hacer la denuncia, nos dicen que después de hacer la denuncia en la comisaría se sienten solas y con miedo”.
“Faltan muchas cosas, no sabemos nada del refugio que tiene el nombre de mi hermana, falta contención de parte del Estado en muchos sentidos, la mujer debe sentirse protegida luego de hacer la denuncia y no es así”, aseguró Rita.