n Un nuevo 1 de agosto pasó ayer por Corrientes y, como no podía ser de otra manera, la costumbre de la ingesta de la caña con ruda volvió a hacerse presente en la ciudad. Se trata de una tradición que según los expertos proviene de los pueblos originarios de la zona, quienes creían que agosto era sinónimo de enfermedades y muerte porque el invierno traía aparejado malestar en la salud y cosechas arruinadas.
Por todo esto, recomendaban beber tres tragos del brebaje para alejar a los malos espíritus. También dicen que tiene beneficios medicinales, pero el tiempo hizo que la costumbre se vuelva más mágica que científica.
La tradición sobrevivió así a la invasión española, a los primeros gobiernos y también a los modernos. No se sabe a ciencia cierta si efectivamente sirve para evitar los males, pero lo cierto es que la ciudadanía se vuelca de manera masiva a probar unos sorbos en ayuna, desafiando a la sobriedad de una mañana que usualmente suele ser fría y de un día laboral.
Y no hace falta hacer mucho esfuerzo para conseguir la bebida: diferentes dependencias estatales, comercios privados y particulares ofrecen el brebaje en la calle; lo que pudo ser comprobado ayer. Las principales arterias del centro capitalino estaban infestadas de petacas amarillentas con la ruda flotando en su interior, fundiendo sus nutrientes en la amargura de la caña.
Vendedores ambulantes ofrecían en días previos los insumos necesarios para preparar el brebaje, con precios que rondaban entre los 30 y los 50 pesos. De igual manera, había opciones gratuitas, siendo la agencia de quiniela “El Gordo Colombo” una de las más tradicionales en el convite.
Vecinos de varios barrios se dieron una vuelta por este negocio, que también ofreció a su clientela un show chamamecero. En el local se prepararon desde hace varias semanas unos 50 litros distribuidos en 10 damajuanas, que para las 7 de la mañana ya habían sido consumidas tres de ellas.
Aquí se desarrolló un pequeño debate sobre la cantidad de tragos que demanda la tradición: estaban los que sostenían que originalmente era uno solo, y que el tiempo y los alcohólicos impusieron que sean dos más. Del otro lado de la grieta, afirmaban que eran tres sorbos por diferentes aspectos: salud, amor y dinero. De igual manera, en lo que todos coincidieron es en la potencia de la bebida, que quemaba la garganta como si fuese una ingestión de fuego y carbón.
En donde también hubo una concentración interesante de personas fue en el stand que el diario El Litoral armó en la plaza Vera, más precisamente en la esquina de las calles Junín y La Rioja. Personas de diferentes edades detuvieron su rumbo habitual para tomarse cuantos sorbos creían necesarios de caña con ruda, demostrando una vez más que este matutino no sólo informa, sino también entretiene.
En definitiva, pasó así otro 1 de agosto por Corrientes con la tradición aún vigente en la ciudad, aunque los males siguen apareciendo año a año, y no se sabe con qué frecuencia seguirán llegando. Probablemente habría que aumentar el nivel de ingesta etílica, o esperar a que las bondades lleguen por parte de los responsables de las mismas.