El traqueteo de las máquinas de coser es lo primero que se escucha al ingresar a la Fundación Virgen del Luján, donde los miércoles y sábados funciona un taller centrado en la solidaridad: se confeccionan pelucas artesanales que serán destinadas a pacientes oncológicos.
Se trata del voluntariado “Dona cabello Corrientes”, el primer banco de pelucas que funciona con una red íntegramente movilizada por la empatía y la generosidad. “Lo hacemos todo a pulmón, de puro amor por el otro. Lamentablemente, el cáncer a muchos nos tocó de cerca, en mi caso mi tía y prima, por lo que saber lo difícil que es estar en ese lugar. Eso es lo que nos da la fuerza para continuar. Por eso seguimos, agradecemos a Liliana Cósimi que nos dio espacio en la Fundación Virgen del Luján para continuar con esta acción”, explicó a El Litoral la coordinadora de la organización, Nerina González.
El circuito altruista está integrado por varias personas. Comienza con la donación de cabello, continúa con la confección artesanal de las pelucas y culmina con la entrega gratuita a quienes lo necesitan.
Una red que parece sencilla pero lo cierto es que, las manos laboriosas no dan abasto ante la elevada demanda de las personas que avanzan con su tratamiento de quimioterapia y además necesitan de una serie de elementos para poder avanzar en la producción.
“Es un trabajo artesanal que cambia la vida de las personas y que lleva su tiempo. Por eso necesitamos de manos solidarias que nos acompañen, que donen parte de su tiempo aunque sea mínimo”, indicó a este medio la voluntaria Silvina González, mientras cosía minuciosamente una de las cortinas de pelo. En ese mismo espacio, desde otra máquina de coser, Graciela comentó: “Se puede colaborar de muchas formas, lo importante es animarse a dar el primer paso. Yo me contacté en un evento que se realizó en el Hospital Vidal el año pasado, porque me pareció una iniciativa única”.
Cómo ayudar
Lo que más necesitan es de voluntarios que ayuden en la elaboración de las cortinas de pelo. Pero además, para colaborar se necesita de: planchitas, máquinas de coser, secadores de cabello, agujas curvas o comunes, hilo drima pesponto (colores de cabello), cinta papel, gomitas de silicona, tela elástica doble rebote, elástico natural, telas totoras, tela vegetal, alfileres y tijeras para telas.
Durante este año se realizaron varias entregas pero necesitan agilizar las labores ya que unas 35 personas se encuentran en lista de espera. Las donaciones se pueden acercar a la Fundación Virgen del Luján, ubicada en Salta 497, de lunes a viernes en de 8 a 12, por la tarde los miércoles de 14 a 17, y sábados de 14 a 18. O bien en el showroom ubicado en 9 de Julio 1687, en horario comercial. También se encuentran en redes sociales como: Dona cabello Corrientes.
Historia
La donación de cabello para la confección de pelucas oncológicas es una práctica que ganó popularidad en los últimos tiempos. Sin embargo, todo lo que se donaba desde Corrientes, era derivado a otras jurisdicciones debido a que la provincia no contaba con un banco de pelucas.
“Sabíamos que muchas correntinas donaban su pelo, pero las pelucas nunca quedaban en Corrientes, aún habiendo pacientes oncológicos. Lamentablemente es una realidad y la demanda es mucha. Por eso junto a mi hermana Silvina, nos propusimos poner manos a la obra y nos comunicamos con quienes se dedicaban a esto”, detalló Nerina.
Tras varias conversaciones pusieron en marcha el voluntariado correntino, gracias al asesoramiento de la creadora de Dona Cabello Argentina, Daniela Mangini, y la capacitación brindada por Stella Maris, referente de la asociación “Soles de Catamarca”.
Con la capacitación, llegaron los primeros cabellos donados y en poco tiempo se multiplicaron las donaciones. “La solidaridad del pueblo correntino es gigante, al punto que llegamos un día en que el cabello ocupó todos los espacios pero no teníamos un lugar fijo en donde confeccionar las pelucas”, enunció Nerina.
Durante el 2017, las labores se realizaban en una casa prestada, luego en el living de su casa pero el proyecto continuaba creciendo y las desbordó. “Estuvimos todo el 2018 sin poder confeccionar una peluca, porque no teníamos lugar. Sólo nos ofrecían lugares para alquilar, hasta que un día conocimos a Liliana Cósimi, y gracias a Dios la virgen y todos los santos, nos cedió este lugar y pudimos empezar a trabajar en la confección”, expresó con alegría la coordinadora de la iniciativa.
Esta red altruista, que comenzó con la idea de dos hermanas, fue ganando más espacios y amplió su solidaridad. “Sólo queremos continuar con este proyecto de forma solidaria. Nada se compara con ese cosquilleo que sentís en el pecho -de amor puro- cuando entregás la peluca y recibís una sonrisa de la otra persona”, sintetizó Nerina.