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La lupa en los lunares

Llevar un control de los lunares de nuestro cuerpo y consultar a un dermatólogo cuando observamos alguna anomalía es primordial para detectar precozmente el melanoma, el cáncer de piel más agresivo cuya incidencia en los últimos años viene en aumento en el país y en el mundo.  

Por Florencia Ballarino

Una innovadora técnica, llamada dermatoscopía digital, permite examinar la superficie de la piel del paciente y registrar con altísimo detalle forma, ubicación, tamaño y color de las lesiones. En el país, distintos hospitales o centros médicos han incorporado con los años esta tecnología: desde el sistema más básico –el dermatoscopio de mano– hasta los nuevos y más complejos equipos (como el FotoFinder) que permiten fotografiar todo el cuerpo y obtener un mapa digital de lunares y lesiones sospechosas, que los médicos especializados analizan y comparan periódicamente. 

“La dermatoscopía digital es una técnica que permite ver estructuras de la piel que no son visibles a simple vista. La lupa tiene una luz polarizada que permite ver más en profundidad y con aumento las características de la lesión”, explicó María Victoria Rodríguez Kowalczuk, coordinadora del Área de Dermatoscopía digital del Hospital Italiano de Buenos Aires, uno de los centros pioneros en la técnica. 

“Primero se sacan fotos clínicas, se marca cada lesión que uno va a registrar y después se usa esa lupa especial para registrar esas lesiones. Es una técnica no invasiva y no requiere preparación del paciente”, agregó la especialista, quien está trabajando para aplicar a la dermatoscopía inteligencia artificial y así lograr que se convierta en una herramienta de diagnóstico. “La gran ventaja del equipo es que permite realizar un estudio comparativo. Revisamos al paciente, marcamos cuáles son los lunares que se van a fotografiar, se les saca una foto y eso queda registrado. Si hay una duda se lo cita al tiempo para ver si hubo algún cambio. Lo que permite el equipo es comparar la imagen, por ejemplo, del año anterior con la nueva”, explicó Roxana del Águila, jefa del Departamento de Dermatología del Instituto de Oncología Ángel H. Roffo. 

El instituto, dependiente de la UBA, es el único del sector público –además del Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan– que cuenta con un equipo FotoFinder para ayudar a detectar en forma precoz el cáncer de piel. Ambas expertas destacaron que el estudio no es para todo el mundo, sino que quienes más se benefician son los pacientes que tienen muchos lunares (el término médico es síndrome nevo displásico), los que ya tuvieron melanoma o los pacientes que tienen antecedentes familiares de cáncer de piel. 

Según la Sociedad Argentina de Dermatología, “el cáncer de piel es la forma más común de cáncer en los seres humanos, y uno de cada tres cánceres es cáncer de piel”. De los distintos tipos, el melanoma es la variedad menos frecuente, pero la más agresiva. Siempre y cuando sea diagnosticado de forma temprana, se lo puede curar. Pero si no se atiende, el tumor tiene una probabilidad mucho mayor de propagarse a otras partes del cuerpo. El melanoma se manifiesta por la aparición de una pequeña área pigmentada sobre la piel sana o por la modificación del tamaño o del color de un lunar. 

Prevención, control y consulta 

Se origina a partir de melanocitos, células que producen el pigmento (melanina) de la piel normal, en zonas adyacentes a un lunar o directamente sobre un lunar preexistente. Según la OMS, se diagnostican 200 mil nuevos casos anuales de melanoma en el mundo. Diversos estudios advierten que hay un aumento de este tumor en adultos jóvenes. 

En Argentina se diagnostican por año más de 1.300 nuevos casos y se calcula que anualmente fallecen 574 personas, según datos de la Agencia Internacional de Investigaciones en Cáncer La exposición a los rayos ultravioleta (UV) es el factor de riesgo principal para la mayoría de los melanomas. Por eso las especialistas concuerdan en que es clave la fotoprotección. 

“La radiación UV es acumulable en el tiempo. Puede ser que yo tome sol ahora y tenga el melanoma en 15 años. La mutación genética existe para que se exprese el melanoma pero nadie sabe a quién le va a tocar, igualmente todos nos tenemos que cuidar”, sostuvo Rodríguez Kowalczuk, coordinadora del Área de Dermatoscopía digital del Hospital Italiano de Buenos Aires. Entre las medidas, se recomienda usar un factor de protección solar 40 o más, aplicarse el protector 30 minutos antes de la exposición al sol (y reaplicarlo cada dos horas) y resguardarse con ropa, gorras y anteojos de sol. Entre las 10 y las 16 horas, de ser posible, no exponerse al sol, ya que es cuando la radiación UV alcanza su mayor intensidad.  

“Se deben evitar las quemaduras solares, sobre todo en los chicos, porque es un mal antecedente para el melanoma. El 98% de los cánceres de piel son sol-dependientes, dependen de la exposición al sol. Lo ideal es usar protector solar mayor de 50 y evitar los horarios pico. Recordar que hay superficies, como el agua, la arena y la nieve, que reflejan los rayos de sol y aumentan su daño”, concluyó Roxana del Águila, jefa del Departamento de Dermatología del Instituto de Oncología Ángel H. Roffo. Se debe utilizar protector solar, aunque el día esté nublado, ya que las nubes permiten el paso de las radiaciones solares responsables de las quemaduras y el daño cutáneo. 

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