Especial para El Litoral
A mediados de los noventa teníamos con el poeta Fabián Brizuela la costumbre de visitar, matear y conspirar en favor de la poesía con el poeta José Alarcón. Solíamos caerle a mitad de la mañana; a veces conversábamos en la librería-papelería que él atendía y regenteaba o bien en la galería de su casa. Por aquel entonces el grupo literario Pájaro de Tinta de Caá Catí estaba ya en marcha y siempre surgían inconvenientes, nada que no se arreglase con un “así nomás es esto, tenemos que seguir tirando para adelante”. Lo cierto es que entre comentarios de libros, mates fríos cebados por el anfitrión y algunas que otras novedades en muchas ocasiones nos daban las 12.
En uno de esos mediodías calurosos, sin ráfaga de aire alguna, apareció uno de los niños de José con varios libros en la mano. Ante la pregunta del padre de qué hacía con esos libros: el chico respondió que los había rescatado de la basura porque le dio pena verlos tirados por más deteriorados que estuvieran. Ese niño se llamaba Facundo Alarcón.
Pasaron los años y Facundo no solo salvó libros de Poe y Maupassant, sino que empezó a creer en el arte como un camino de salvación para sí y los otros. Además de los libros, llegaron los primeros acordes en una guitarra eléctrica y los primeros covers de canciones preferidas y cuentos breves. De entre algunas incursiones de los talleres de Pájaro de Tinta surgió la escritura de poesía, aunque sin duda esta se hallaba en él y su mirada desde antes tal como acertadamente comenta: “Veo mucha poesía en muchas cosas de la vida, y también veo poca poesía en muchas cosas que llaman poesía”.
Cuando le preguntan desde qué lugar escribe, Alarcón responde: “Yo escribo desde Corrientes porque es el paisaje que veo y lugar donde vivo, pero desde mi interior vienen las imágenes que se mezclan con todo lo que percibo de la realidad.
Es verdad que uno escribe, entre otras cosas, lo que ve, el sentido de la vista es muy fuerte, es un gran sentido, porque es la imagen que se reproduce en múltiples dimensiones, y todos esos elementos son los que conforman el universo de cada uno… y uno luego tiene que tratar de entenderse, y seguir descubriendo más elementos, que conforman a uno mismo y a todo lo que existe” (…). Sin duda, este concepto guía su primer poemario Guácaras, tierra de duendes (2013) en el que desarrolla una particular hierofanía. En tanto que en su segundo libro El Chupasombras (2014) la búsqueda de forma y fondo es otra, el poeta se hunde y explora un mundo más gótico, dark, en sintonía con ciertas vanguardias.
En la actualidad su poesía se nutre del concepto de “lo mágico” como descubrimiento de las potencias sanadoras del ser humano en relación con la recuperación del vínculo vivificante con la naturaleza.
Muestrario mInimo
Agua soy
desde el origen del cosmos vengo
a regalar la magia de la vida
observo la luz y me sumerjo
en la expansión celeste
de cuerpos purificándolos
energía ultravioleta viajando
desde el vientre de la Tierra
hacia cualquier dimensión
lágrima divina en arco iris fractal
33
el orden piramidal resucitó
resurgió la Babilonia con su fábrica
de esclavos eternos
con clavos en las manos
y en el cerebro
nos diseñaron las casas
y atrás dejamos nuestros
[jaguaretés domadores [de selvas
y preferimos caminar
[entre máquinas
y nos quejamos de las máquinas
y trabajamos para comprar
[las máquinas
y manejamos las máquinas
y escribimos en las máquinas
y nos unimos y nos separamos
y siempre la máquina
y nunca el amor de la sangre
[de barro
del pájaro libre constructor
[de nidos de menta
ni el amor que originó la saliva [cuando fue
el primer musgo chorreante de la [montaña prometida
ni el amor del agua a la piedra
Poema encontrado
en un cementerio
ya era tarde y nos miramos
estuvimos lejos del mundo
como si aparte
la luna no era luna
y la arena nunca fue arena
sólo el frío brillo de las cantilenas [era puro
brillo puro
que tapizó la tarde
¿recuerdas esa tarde
[pura de brillos
como si la tarde se nutriera
[de luciérnagas
y las luciérnagas
de estrellas?
¿recuerdas?
¿recuerdas que pensábamos
qué le había sucedido a la otra
[cara de la Tierra
cuando blanda
la notamos?
dijiste que la Tierra
[de a pedazos llora
o que son los Angeles Dorados
que al deambular en grupos
[la ablanda
y pareciera que llora
y quisimos ser como ellos
para pintar en los ojos de cada uno
la naturaleza viva
de colores
pura
y para pintar en los tuyos
cada día mi rostro
sumergido en lágrimas
quizá
eso sólo nos parecía
quizá
sólo era brillo
brillo mojado
brillo de las estrellas
revolcadas de gloria
en el estómago de las luciérnagas
que consume la tarde
y nos peleamos
hasta que la luna fue tuya
qué bien nos sentimos
cuando el aire
huía del fondo de nuestro lago
¿recuerdas?
se escapó cubierto de lágrimas
como si una burbuja fuera
y nos reímos
y el viento fue mío
dijiste que eso era mejor
porque el viento son los ángeles
que se solazan zarandeándose [aprisa
chocando las hojas
las selvas
los árboles
¿quizá ellos atropellaron tu luna?
porque recuerda,
que su reflejo en el agua
se extendió sobre el pasto
[y mojó la arena
y luego una rodaja del mundo
y más tarde nuestros dedos
pero insatisfecha continuó
y mojó desde la cruz a la fecha
[las hojas secas
para que cada una sea
[la estrella terrestre
reflejada en el cielo
ahora que es noche
todo lo que siento y desnudamos
es tuyo
y yo te cuido.
ahora y siempre
será de noche
y el etéreo brillo de las hojas
será mío
y yo
que más lágrimas que
[palabras tengo
tuyo
ahora que siempre subsistirá
[la noche
que somos
y que me proteges
extirparé todo lo que crezca
sobre el Angel de Bronce
que atornillado canta
al lado de tu nombre.