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Considerada una actividad esencial para evitar el desabastecimiento, el transporte de carga no suspendió su labor en este contexto de pandemia y cuarentena de más de 70 días. Y aunque los viajes se redujeron al máximo en el inicio de la emergencia sanitaria, con las flexibilizaciones y la reactivación de determinados sectores económicos y productivos los camiones comenzaron a operar en mayor número en la provincia y el país. Sin embargo, el refuerzo de las medidas de prevención en distintas jurisdicciones argentinas puso a los choferes en el centro de la escena, al considerarlos como posibles focos de expansión del covid-19 por provenir o atravesar zonas de alto riesgo. “Se registraron casos de discriminación y estigmatización: un verdadero atropello”, advirtió el secretario general del sindicato de camioneros de Corrientes, Emilio Rotela, en diálogo con El Litoral.
En este sentido, el sindicalista recordó a modo de ejemplo que muchos conductores fueron retenidos en el NOA y hasta se los obligó a permanecer en la cabina de su vehículo con las puertas precintadas.
Si bien en Corrientes no se registraron hechos de este tipo, en Paso de los Libres semanas atrás se generó cierto debate porque las autoridades locales consideraban que no era conveniente que los camioneros con residencia en esa ciudad retornaran a sus domicilios luego de un viaje a Brasil. Si bien hubo protestas y jornadas de tensión, se logró consensuar un protocolo sanitario y de cuarentena obligatoria de 14 días para estos casos.
Con el transcurrir de las semanas la situación general del sector se hizo más compleja porque se endurecieron las medidas sanitarias en los accesos y eso afectó a los trabajadores. “Les sucedió, por ejemplo, a camioneros correntinos, compañeros que viajaron a la zona de Catamarca, Salta, Jujuy. Hasta llegaron a precintarles las cabinas en las estaciones de servicio y no se les permitió bajar. Y eso realmente fue todo un verdadero atropello a gente que le está poniendo el hombro al país, que no está de paseo, que está trabajando, procurando evitar el desabastecimiento. Y lo llamativo es que se los maltrate en ese sentido”, resaltó Rotela.
Al respecto planteó: “Qué pasará si se tomamos una resolución, como estuvo cerca de tomarse a nivel nacional, y no digo un paro sino un apagón nacional de motores de camión, en el que no se moviera nada. Creo que ahí sí, frente al desabastecimiento, tendrán que salir a dar la cara los funcionarios que actuaron de manera inadecuada con los camioneros”.
Asimismo, explicó que “hay todo un protocolo que tienen los camioneros para trabajar en este contexto, porque hemos tenido reuniones con las empresas y se dispuso que tengan su alcohol en gel, su lavandina, barbijos, y en el caso de los que cruzan al Chaco, contar con máscara facial, porque en la vecina provincia, como se sabe, la situación está mucho más complicada, entonces los trabajadores van con todo el equipamiento y se cuidan”.
Rotela también remarcó: “Los camioneros nunca han discriminado, han trabajado más allá de toda esta situación en que fueron discriminados, estigmatizados y perseguidos, inclusive. Sin embargo, si bien podrían haber dicho ‘a tal provincia no vamos’, no lo hicieron y siguen trabajando”.
Reclamos empresariales
En este contexto, hace unos días expresó su preocupación la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac). La entidad, que reúne al 80% del transporte de cargas en el país, advirtió que “a raíz de las medidas arbitrarias e ilegales de maltrato a transportistas registradas en diferentes provincias, se está al borde de generar una situación de desabastecimiento de productos esenciales”.
Mencionaron casos en que, en un principio, tuvieron que afrontar medidas de autoridades locales que “recurrieron al cierre total de los accesos viales a sus municipios; luego, prohibiciones de apertura de estaciones para prestar servicios sanitarios a los transportistas. A eso se sumó después un método de fajas en la puerta de los vehículos para que los choferes no desciendan de las cabinas, bajo amenaza de multas y prisión a quien rompiese la faja para ir al baño o atender alguna emergencia. Por último, una pelea entre la provincia de Mendoza y la de San Luis por no permitir el ingreso de rodados a sus territorios, lo cual generó una fila de 30 kilómetros de camiones varados en la ruta por varias horas”.
“Esta situación está desbordada”, alertaron y explicaron: “Muchos transportistas ya no quieren tomar viajes ni entrar a las localidades o provincias problemáticas. Si el Gobierno nacional no ordena esta situación, en breve los ciudadanos de las provincias y municipios que tomen estas medidas se van a quedar sin alimentos e insumos básicos”.
Por su parte, el presidente de la Cámara Empresaria del Transporte Automotor de Carga de Corrientes (Cetacc), José Ojeda, se expresó en el mismo sentido que la Fadeeac, entidad a la que están adheridos a nivel nacional. Ante la consulta específica de El Litoral, el representante empresarial del sector expuso su análisis del caso: “En líneas generales, en cuanto al comportamiento de la sociedad en estas circunstancias de crisis, no hay ninguna experiencia. Entonces nos enojamos con el que llega a la localidad en medio de la pandemia; nos enojamos con el cartero que trae la noticia y no con el que la produce. Entonces, un intendente al que le aconsejaron relativamente mal, toma medidas que nos afectan tremendamente, que impactan a la producción y la distribución. Y uno dice: ‘¿Está mal eso?’. Y sí, porque está castigando a nuestro sector y no dice nada de los otros”.
“Pienso que, a nivel nacional, con la Fundación (Profesional del Transporte) estamos trabajando muy bien e intensamente en el tema de nuevos protocolos sanitarios para nuestra actividad”, acotó Ojeda.
Economía y salud
Otras demandas del sector tienen que ver con lo laboral y la necesidad de una mayor apertura de las actividades económicas y productivas para reactivar a pleno el transporte de cargas. “En nuestra área la actividad se contrajo bastante”, indicó al respecto el titular del sindicato de camioneros de Corrientes, Emilio Rotela. “Partamos de la base de que el trabajo del sector es esencial -planteó-, sin embargo, durante la cuarentena solamente se reactivó el transporte de combustible, medicamentos, alimento y ferretería o materiales de construcción. Después, el grueso del movimiento de carga, el que realmente influye, no volvió a los niveles que tenía antes del coronavirus”.
Frente a este escenario, Rotela resaltó: “Entendemos que la salud es primordial, pero habría que buscar un equilibrio con la parte económica. Es como hoy dicen: ‘O salud o economía’. Pero acá hay un sector informal que padece como ningún otro la crisis y la cuarentena: la changa ha desaparecido. Ahí es donde debería buscarse el equilibrio”, opinó el sindicalista.
“Creo que actualmente la ciudadanía está tomando mucha conciencia de los cuidados sanitarios que hay que tener, como el uso de barbijo, mantener la distancia social, etcétera. Y sería un voto a favor de todos el poder abrir un poco más la economía para que pueda llegar a esta última persona que está esperando una changa”, señaló.
El presidente de la Cetacc, José Ojeda, coincidió con este planteo sindical: “La prioridad hoy es que se reactive un poco más la actividad económica y que se preserve el empleo. Sería lo ideal: zafar de esta situación compleja, llegar a acuerdos con el sindicato y seguir para adelante”. En esta línea consideró que “la perspectiva de nuestro sector depende mucho de lo que suceda a nivel nacional con respecto a la deuda externa y cómo se desarrollará la industria, el comercio, las exportaciones. Todo eso va a influir en nuestra área, porque somos el reflejo de la actividad económica”. “Dependemos mucho de la realidad económica del país. Y en ese sentido estoy muy preocupado”, alertó el dirigente empresarial y disparó: “Creo que estamos mal y a la buena de Dios. Esperemos que la situación no empeore y que la actividad privada pueda sostenerse”.
Empleo y salarios
En medio de la pandemia se registraron en el país suspensiones de operarios industriales y mercantiles, como también hubo un acuerdo con algunos gremios para recortar salarios y no despedir empleados. Al ser consultado por El Litoral sobre la situación local y nacional, Rotela aseguró que “en la provincia no hubo recortes de salarios, pero sí en otras jurisdicciones argentinas. Por ejemplo, Camioneros respeta todo lo que marca el convenio: viáticos, kilometrajes, adicionales; pero si hay un chofer que es mayor de 60 años y es parte de un grupo de riesgo frente al coronavirus, permanece en su hogar, pero percibe solo el salario básico y ya no los otros beneficios”.
“En nuestro sector no se contempla una rebaja salarial. Eso ya lo reafirmó el compañero Pablo (Moyano) y la dirigencia a nivel nacional. Seguimos sosteniendo lo que le corresponde por derecho al trabajador”, acentuó el titular de Camioneros Corrientes.
En cuanto a suspensión o despidos, Rotela dijo que “no hemos tenido casos”. “Acá la estamos remando entre todos, no es lo óptimo, pero todos estamos conteniendo el empleo. En otros lugares, lamentablemente, se dieron casos de este tipo. No estamos en la misma situación crítica como la industria o el comercio, que hace más de dos meses están sin poder producir y vender, pero esta situación tiene un límite y creo que estamos llegando al mismo”, advirtió.
“Como todo ciudadano, nosotros apoyamos las medidas adoptadas por el Gobierno nacional, apoyamos al país, a todos los argentinos, pero también nos expresamos contra la estigmatización y la discriminación que afrontamos. Y además consideramos que sería bueno, siempre y cuando no se afecte a la salud de la población en general, que se concrete la apertura de más actividades. Una cuestión necesaria, porque si llegamos a tener una mayor retracción de la economía, ¿quién va a levantar el país si estamos todos en la lona?”, concluyó.