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Intervención: inflación y devaluación inevitables

Por El Litoral

Martes, 05 de enero de 2021 a las 01:01

Salvador Di Stefano
Especial

El lado A de la nota muestra la problemática del campo, muy buenos precios, intervención y sequía. El lado B contempla la problemática fiscal y la brecha cambiaria, qué debería suceder para que la brecha baje. En ambos casos los lineamientos del gobierno lucen pobres.
Llueven buenas noticias. El yuan se vuelve a apreciar contra el resto de las monedas del mundo, perforó el nivel de 6,50 yuanes por dólar, esto empujó a la suba a las materias primas agrícolas, la soja en Chicago besando los USD 500 y el maíz arañando los USD 200 la tonelada.
La mayor demanda China, los bajos stock y la sequía en el hemisferio sur no hacen más que empujar los precios de las materias primas a la suba. Para Argentina es una buena señal, pero no debemos dejar de lado que el mal clima traerá pésimos rindes.
Decisión poco sabia la del Gobierno al cerrar las exportaciones de maíz. Desea que el precio del maíz baje en el mercado interno, pero es como querer tapar el sol con las manos, porque el precio sigue subiendo a nivel internacional. Es una medida que no sirve porque el 1 de marzo, cuando se levante la cosecha nueva, deberá dejar exportar el maíz.
El Gobierno ahora no puede hacer nada, está complicado, porque desea ser feliz con los buenos precios internacionales, pero no se banca los mayores costos internos que esto genera.
El Gobierno debería hacer lo que no hizo ni Cristina ni Mauricio, comenzar un programa económico para bajar la inflación. El campo tiene negocios de ciclos largos. Sembrar y cosechar en doble cultivo te lleva un año, hacer ganadería ciclo completo 4 años, producir cerdos en escala tenés que esperar 24 meses para comenzar a vender, en todos los casos la alta inflación es un claro desaliento al negocio.
Si no querés que el mayor precio del maíz y el trigo te impacten en el mercado interno, deberías generar incentivos para invertir en el proceso de agregado de valor. El mayor incentivo para invertir en el país es tener menos inflación (ideal un dígito), en segundo lugar, beneficios fiscales, en tercer lugar, tener una reforma laboral amigable para que quienes inviertan puedan tomar personal sin constituir pasivos elevados a futuro y, en cuarto lugar, promulgar una ley que asegure que estos 3 objetivos se mantendrán inalterables en los próximos 50 años.
Los productores que asesoramos no tienen maíz, porque ya lo vendieron o canjearon por insumos, y si tuvieron un saldo a favor, lo distribuyeron y en cabeza de persona física compraron dólares, que por su mayor valor no pagan ganancias.
Vendé el trigo que tenés, porque a futuro parece que no hay posibilidades de fuerte suba, al menos hasta después de julio que está el empalme de cosecha, y si hoy vendés a $19.000 la tonelada, esto equivale a USD 135,70 la tonelada de dólares físicos. Después de julio podés vender el trigo más caro, lo que no sabemos es si conseguís juntar con esa venta USD 135,70 la tonelada, porque la brecha podría ser más elevada.
Si no, vendé la soja, hoy volverá a subir, tiene un precio increíble.
Vendé la soja disponible, y comprate una opción a la suba a mayo. Con la venta de la soja te comprás dólares, y con el crédito al 24% anual lo usás para financiar capital de trabajo, con la opción comprada a mayo no te perdés la suba de la soja si continua. Argentina tiene por delante una inflación y devaluación del dólar oficial en un piso del 50% anual, por ende, todo crédito debajo del 50% anual, y teniendo en cuenta que un 30% lo deducís de ganancias, es un regalo.

—Con esta medida del maíz, ¿bajará el precio de la carne vacuna?
—En absoluto, el problema de la carne vacuna es que el negocio es inviable, por ser un negocio de largo plazo que convive con una inflación del 50% anual. En esta coyuntura no es negocio alimentar a un ternero con un precio del maíz en las nubes, por ende, no hay oferta de animales gordos, sin oferta y con demanda no hay baja de precios posible, por más que prohíbas exportaciones o pongas retenciones al maíz.
Tampoco la carne porcina y la de aves bajarán de precio, es más creemos que la carne de pollo puede subir en este contexto, por un efecto sustitución. En el caso porcino, se mantendrá estable ya que el sector convive con menos exportaciones y más importaciones.
No creo que el paro del campo sea la mejor medida. El Gobierno no logrará sus objetivos de bajar la inflación prohibiendo la exportación de maíz. Chicago se ríe del universo K, sigue subiendo de precio el maíz, el trigo y la soja, lo que revela que Argentina tiene un severo problema de estructura, es inviable por el mix de alta inflación, elevada presión tributaria y demasiada regulación laboral.
Se corrió el velo de los problemas económicos. El campo debería explotar esta debilidad y expresar públicamente sus problemas, recurrir a paros es recurrir a prácticas que siempre hemos criticado.
Haría una gran campaña de concientización explicando el problema. No hacemos paro, pero deseamos que todos los medios nacionales les permitan a referentes del campo explicar su problemática. Si el campo hace paro tendrá detractores y profundizará la grieta, es un buen momento para diferenciarse, no salir a las rutas, y explicar en todos los medios de comunicación la verdadera problemática que tiene el sector.

Conclusión
l El Gobierno se equivocó de medida, su rumbo no está claro, es cierto que bajaron otras retenciones, pero quedó preso de no saber qué hacer ante una suba de precios de la carne que estaba cantada hace meses, y que alertamos desde esta columna. Los precios internacionales seguirán a la suba, y esta medida puede tener un impacto positivo en el corto plazo, a mediano plazo no soluciona nada. Es más, te diría que a largo plazo la medida apunta a llevar al campo a un escenario de mayor siembra de soja, en detrimento de trigo y maíz. Grave error del Gobierno, no están teniendo el interlocutor adecuado con el sector, se equivocan feo.
El Gobierno tendría un enero difícil, la suba de los combustibles podría ubicarse entre el 5% y 6% en el mes. Esto no le hace bien al índice de precios. Para el mes de diciembre muchos analistas presagian una inflación del 4%, si ello ocurre el Banco Central debería aumentar la tasa de corto plazo, pasando del 37% anual, a niveles del 40% anual como mínimo, si ello no ocurre el mercado buscará refugio en el dólar bolsa o blue. El Gobierno pretende bajar el déficit fiscal aprovechando una suba de la inflación del 50%, que seguramente arrastraría a los ingresos fiscales a un incremento en una suma igual o algo mayor. Los gastos sociales son el 87,5% del presupuesto, algunos bajarán porque desaparece el IFE y el ATP, mientras que el resto se licuaría ya que la idea es que aumenten menos que la inflación, un piso del 35% y un techo del 40%, esto le permitiría al gobierno bajar el déficit en torno de 3% del PBI. Pasaría del 6,7% de déficit primario, al 3,8% del PBI.
 

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