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Tres ideas para comunicarnos mejor

Todos trabajamos de comunicadores, pues transmitimos mensajes a través de las palabras y del lenguaje corporal. Hay muchos problemas de comunicación en los vínculos, en la relación de pareja, con los hijos, con los compañeros de trabajo e, incluso, con los desconocidos. 
 

Por El Litoral

Domingo, 27 de junio de 2021 a las 02:46

Ser un buen comunicador es la clave para vincularnos mejor, alcanzar nuestros objetivos y ayudar a los demás. Tres ideas prácticas que deberíamos tener en cuenta:

1. Vemos la realidad de acuerdo con nuestro estado emocional predominante
Cada uno ve la realidad, fundamentalmente, de acuerdo a cómo se siente. Entonces, si estoy enojado y me hacen un chiste, pensaré que me están cargando. Si estoy preocupado y alguien me cuenta que consiguió trabajo, tal vez le pregunte: “¿Y cómo vas a hacer ahora?”. A alguien contento, cualquier situación le va a generar alegría y lo mismo sucederá con alguien triste. Porque percibimos la realidad de acuerdo con nuestras emociones del momento.
Por eso, cuando hablemos con una persona, chequeemos cómo nos sentimos y cómo se siente el otro. Tener en cuenta el estado emocional predominante de cada interlocutor determinará la lectura que hagamos de la conversación. Quizás te ocurrió que alguien te contó un chiste y te reíste, pero después te peleaste con esa persona y ahora recordás esa broma como un comentario hiriente. 

2. Necesitamos aprender a metacomunicar
Metacomunicar es decirle a nuestro interlocutor: “A ver si te entendí bien… ¿vos me estás queriendo decir que…?”. Consiste en preguntar más y afirmar menos para comprobar si comprendimos lo que el otro nos quiere decir. Recién cuando la persona nos confirma que eso es lo que nos quiere decir, se produce la comunicación. 
En mis charlas suelo pedirles a los oyentes que levanten su mano izquierda y señalen su norte. Unos señalan en una dirección y otros, en otra. De modo que les digo: “Imagínense que son un equipo al que le anuncian: ‘Vamos al norte’. Para cada uno, significará algo distinto”. Por eso, cuando hablemos con los demás, no demos nada por sentado, hagamos más preguntas y menos afirmaciones, porque nadie tiene la verdad absoluta.

3. Es más importante cómo decimos las cosas que lo que decimos 
Nuestro primer lenguaje fue el corporal; después vinieron las palabras para reafirmar lo corporal. Entonces, cómo digo algo es más importante que lo que digo. Si yo expreso: “Estoy abierto a escuchar tu opinión”, pero lo hago con los brazos cruzados, mi cuerpo está diciendo lo contrario: que no estoy abierto a escuchar. En ocasiones, nuestro mensaje corporal no coincide con nuestro mensaje verbal. Gestos y palabras deben coincidir para que un mensaje sea efectivo.
Te invito a prestar atención a tu manera de comunicarte. Hoy más que nunca, hablemos con el corazón intentando siempre que haya congruencia entre cómo nos sentimos, lo que decimos y cómo lo decimos. Nos comunicaremos mejor y nos ahorraremos muchos dolores de cabeza. 

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