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Dermatitis atópica: qué es, síntomas y tratamiento

La dermatitis atópica, también llamada eccema atópico, es un trastorno cutáneo inflamatorio crónico con una patogenia compleja donde participan factores genéticos, ambientales, defectos en la función barrera y una serie de factores inmunológicos. La picazón es el primer síntoma; además, se padece de una piel muy seca, ardor, incluso fisuras dolorosas. Cada 14 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Dermatitis Atópica con el objetivo de visibilizar y concientizar a la población acerca del impacto de esta enfermedad, cada vez más frecuente, en las personas que la presentan. 

La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad que afecta a la piel de carácter inflamatoria, crónica y que produce picazón; si bien es más frecuente en niños puede desarrollarse en cualquier etapa de la vida. Hay muchos factores que predisponen a padecer la enfermedad entre los que están los genéticos, alérgicos, inmunológicos y también el hecho de tener familiares con antecedentes de dermatitis atópica.

Las lesiones se pueden clasificar en leves, moderadas o severas. El diagnóstico se basa en la exploración clínica de las lesiones. El tratamiento principal es la humectación diaria ya que la piel es seca y se le puede sumar el uso de inmunomoduladores tópicos con o sin corticoides, tratamiento sistémico clásico o biológico. Todo dependerá del grado de avance de la enfermedad. 

La DA se asocia con una alteración de la función barrera de la piel, una respuesta atópica inflamatoria a los antígenos y una reducción de la actividad antimicrobiana. La barrera cutánea alterada permite el ingreso de microorganismos. Las personas con dermatitis atópica son susceptibles a padecer infecciones por estafilococo, herpes simple y molusco contagioso.

Es la enfermedad más frecuente de todas las enfermedades inflamatorias de la piel. Si bien predomina en la infancia, se observa una marcada ascendencia en adultos. Sin embargo, las acciones terapéuticas no alcanzan. La Da genera un gran impacto emocional, angustia, frustración, ansiedad, discriminación son solo algunos ejemplos de lo que se vive. 

La imagen corporal se ve afectada, causando así problemas de autoestima. Todo esto obstaculiza varios aspectos de la vida de quien la padece, y de su grupo familiar ya que modifica las rutinas de todos. Horas de sueño, vestimenta adecuada, productos de higiene especiales, incluso a la hora de elegir un lugar para vacacionar puede ser limitante. A esto se le suma el impacto económico, que no es menor, ya que el sistema de salud no reconoce la dermatitis atópica como enfermedad crónica, lo que significa que no hay cobertura social ni privada en los tratamientos.

Causas

Estos factores desencadenantes pueden ser aspectos aparentemente inofensivos de su vida diaria e incluso algunos pueden ser controlados por los pacientes, pero muchos de ellos están fuera de su control.

Factores Inmunológicos

No se conoce la causa exacta de la dermatitis atópica. Pero las últimas investigaciones muestran que cuando una sustancia, desde dentro o fuera del cuerpo, desencadena en el sistema inmunológico una respuesta, como resultado, este reacciona de forma exagerada y produce inflamación. Es esta inflamación la que hace que la piel se ponga roja, irritable y con picazón.

Factores genéticos

La piel es una barrera de defensa formada por proteínas y la alteración de los genes responsables de estas proteínas podría alterar la estructura de la piel haciéndola más vulnerable. Muchos pacientes tienen una historia familiar positiva de atopía. Pero, la influencia genética es compleja, e incluye genes asociados a la barrera cutánea y a la inflamación.

Factores ambientales

Algunas de las condiciones meteorológicas y otros factores desencadenantes ambientales tienen un impacto dramático en la severidad de un brote de eccema.

Diagnóstico

El diagnóstico de la dermatitis atópica se basa en las características clínicas de la enfermedad. Las manifestaciones clínicas son la base del diagnóstico, sin embargo, ninguna prueba de laboratorio es específica de la enfermedad. La picazón, las lesiones eccematosas crónicas, la distribución típica y los antecedentes familiares son importantes para llegar al diagnóstico óptimo. Su diagnóstico puede dificultarse cuando se trate de personas adultas ya que puede confundirse con otras patologías de síntomas similares. El 70 % de los pacientes con dermatitis atópica tienen antecedentes familiares positivos de enfermedades atópicas.

En líneas generales, la severidad, se definirá teniendo en cuenta los siguientes aspectos:

La extensión de la enfermedad y la picazón

l Duración de los eccemas

l Respuesta al tratamiento

l Calidad de vida

Debido a la gran diversidad de formas de presentación, varios grupos de trabajo han intentado constituir criterios uniformes para el diagnóstico.

Durante las últimas décadas se han creado herramientas que van desde evaluar las áreas con lesiones localizadas hasta sistemas más complejos e integrales que no se han adoptado ampliamente.

Las herramientas de evaluación utilizadas por el personal médico son:

Scorad: Es una herramienta para registrar datos en forma precisa y sistemática para las evaluaciones de rutina y estudios clínicos y aporta elementos.

Objetivos: signos evaluados por el médico.

Subjetivos: prurito, pérdida de sueño.

Score Easi: Es una herramienta efectiva, simple y fácil de entender para la evaluación de la dermatitis atópica, y evalúa cuatro regiones naturales tanto para la severidad como para el alcance de los signos clave de la dermatitis atópica. Se centra en los signos agudos y crónicos clave de la inflamación.

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