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/Ellitoral.com.ar/ Opinión

Protesta

Las protestas resuenan últimamente. Las voces se alzan y levantan polvareda. Es la única manera de que se nos escuche.

Por Adalberto Balduino

Especial para El Litoral

Reclamo imperativo porque claudiquen negaciones, el cual habilite vías transitables, permitiendo que la palabra acceda a logros.

Desde siempre, el hombre protestó. Como última arma elocuente. Permitiéndose ser intolerante fenecido el tiempo de la espera vana. 

De un tiempo a esta parte, en un mundo convulsionado, la protesta se convirtió en un acto común y corriente, lo cual habla de lo difícil de sus días.

Hoy, las redes apuntalan cubriendo todos los frentes posibles, sin que nadie quede sin enterarse de sus urgencias.

Por estas incertidumbres que hoy habitan todas las angustias humanas, hasta el despecho encontró su vía propicia para gritarle en la cara el descaro de su partida. 

La cantante colombiana, Shakira en sociedad con el argentino Bizarrap, compusieron un tema que al poco tiempo de recorrer el canal normal de YouTube, se viralizó por millones, transformando la protesta en global.

El “Music Session 53”, vía de registro, mostró sus dientes disparándole por la espalda al huidizo Piqué: “A ti te quedé grande, por eso estás con una igualita que tú / Esto es pa´que te mortifique, mastica y traga para que pique / Yo contigo  ya no regreso ni aunque me llores ni me supliques. / Entendí que no es culpa mía que te critiquen / Yo solo hago música, perdón que te sal-pique”.

Como vemos, la vía no solo sirve para encumbrar una obra, sino también para tornar la bronca en éxito, sin querer queriendo, dejando claro su fuerza bruta, certera y sin error alguno.

La música de protesta, se pronunció en el mundo más intensamente en los años 60-70, con referentes que fueron figuras que les valio cárcel y exilio, determinada por quienes detentaban el poder.

Siempre el poder hizo cualquier cosa para ensañarse, demostrando que no solo aplica castigo, sino que implanta orden para rato.

Algunos nombres que fueron pioneros “especializados” en protestas populares y decir en canciones lo que todos queríamos decirlo pero no había garantías: Woody Guthrie, Peter Seger, Bob Dylan, Joan Báez, entre otros, en los Estados Unidos. En Latinoamérica recordamos a algunos beneméritos, más que organizadores eran  quienes le ponían voz y sentimiento a los temas musicales con letras de gran fuerza: Víctor Jara, Alfredo Zitarrosa, Atahualpa Yupanqui, César Isella, Mercedes Sosa, Víctor Heredia, José Carvajal, Silvio Rodríguez, etc. 

En España descollaron Paco Ibañez, Chicho Sánchez Feriosio, Patxi Andión, Luis Llach, Joan Manuel Serrat, entre muchos.

Pero si nos atenemos al almanaque de la historia, ya en nuestro país han protestado por la dureza de la existencia y la desigualdad de bienes, nombres tan populares y adentrados también en el tango.

En 1929, estrenado en el Teatro Maipo por la cantante Sofía “Negra” Bozán, Enrique Santos Discépolo dio a conocer su himno nacional: “Cambalache”, que fuera compuesto para incluirlo en la película El alma del bandoneón, dirigida por Luis César Amadori. 

En el año 1932, la poesía de Enríque Cadícamo con la música de José María Aguilar, se hizo popular con el título de “Al mundo le falta un tornillo”.

Un verso patético de “Al mundo le falta un  tornillo” pinta el momento, habla de por sí lo que era vivir entonces: “Al mundo le falta un tornillo. / Todo el mundo está en la estufa, / triste, amargao y sin garufa, / neurasténico y cortao (...)”.

Los dos temas, marcados por la “michiadura” que el mundo experimentó con la debacle de Wall Street del año 30, donde surgió el hombre aquel, capaz de vender a otro con tal de salvarse, sin el más mínimo arrepentimiento.

Eran los poetas aguerridos, quienes asumían el rol de poder contar recriminando en protesta una verdad callada. Una de las poesías más reciente, más precisamente en la “época de plomo”, fue esa obrita que se convirtió en vía posible de gritada verdad.

Lo encaró un gran autor y cantante como lo es Víctor Heredia, que en metáfora ata una supuesta historia de algún productor preocupado que se anima a preguntar qué había pasado, remitiendo una carta protocolar “Informe de la situación”.

“Paso a detallar a continuación / el suscripto informe que usted demandó; / duele a mi persona tener que esperar / que a aquí no ha quedado casi nada en pie”. Lo detalla uno por uno tomando a los frutos del campo casi exterminados por una “rara plaga”, terminando la carta de la forma más emocionante y aleccionadora: “Suscribo nombre y apellido / y ruego a usted tome partido / para intentar una solución, / que bien podría ser la unión / de los que aún estamos vivos / por torcer nuestro destino… / Saluda a Ud. un servidor”.

Demás está decir que con la última palabra, el público se venía abajo, llorando y aplaudiendo, fortalecidos, por haber oído ellos lo que les hubiese querido decir.

Lo que puedo decir honestamente, la mujer reafirma una vez más su merecido liderazgo. Esta bomba creada por Bizarrap y Shakira, es de una peligrosidad letal, que ha batido todos los récords. Letra con ingenio, perfecta elocuencia, dinámica y rítmica, lo que no deja de ser sino que al mensaje lo potencia.

Por eso, en materia de protesta, no todo está dicho. Es disparada en busca de su objetivo, dar en el blanco, y lo ha logrado.

 Al igual que el “Cambalache” de Discépolo, que en cualquier momento de la historia, siempre es capaz de leer nuestras discordias y siempre está actualizado porque las malas costumbres no las cambiamos jamás.

“Hoy resulta que es lo mismo / ser derecho que traidor, / ignorante, sabio, chorro, / generoso, estafador./ Todo es igual nada es mejor: / lo mismo un burro que un gran profesor. / No hay aplazaos ni escalafón, / los inmorales nos han igualao. / Si uno vive en la impostura / y otro roba en su ambición, / es lo mismo que si es cura, / colchonero, rey de bastos, / caradura o polizón (...)”.

 

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