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/Ellitoral.com.ar/ Opinión

Renovado y amplio triunfo del Gobierno

@EOLedesma

De la Redacción

Era previsible. Incluso, a la luz de los acontecimientos, hasta parecen justos esos dos calificativos que usó anoche el gobernador Gustavo Valdés cuando se dirigió a la militancia desde el palco montado en la costanera: “abrumador y contundente”. Así fue esta nueva victoria de la alianza oficialista que elección tras elección ratifica su poderío y hegemonía, refrendada por el voto popular. Justo este año, además, que se cumplen 40 años de la recuperación democrática en Argentina.

Es verdad que estos triunfos sostenidos tensionan el músculo republicano porque atrofian la confrontación equilibrada de las ideas, pero no es menos cierto que en la compulsa política, en la disputa por el poder, nadie juega para perder. No al menos en su sano juicio o en el marco de la buena voluntad. 

Y por eso mismo, porque estamos en presencia de una manifestación popular surgida de elecciones libres, es que esa voz popular constituye un nuevo llamado de atención para la oposición política de Corrientes, pues si los números se confirman, habrán recibido un nuevo y severo mensaje que debe interpelarlos puertas adentro, pero también afuera, pues deberán reconocer las fortalezas del oficialismo que por alguna razón consigue, a más de 20 años de haber ganado el primer gobierno, un respaldo popular de alrededor del 70 por ciento, mejorando incluso en distritos centrales, como en la capital correntina, donde los números fueron, a priori, más que abrumadores y contundentes.

Era previsible este nuevo triunfo del Gobierno decíamos porque nada nuevo ni disruptivo había en el horizonte político de entrecasa que pueda conmover los cimientos de una organización poderosa en la gestión e imbatible desde el punto de vista electoral, que viene demostrando valía, desde hace tiempo y en razón de performances electorales. Hay allí un poderío que se fortalece, más allá de los aciertos propios, también como consecuencia directa del sostenido resquebrajamiento de los adversarios, que no son vistos por el electorado como una verdadera opción de poder. Ni siquiera de equilibrio. Hoy apenas parecen sparrings puestos en escena para legitimar la acumulación de poder oficialista. 

Fue así como la alianza ECO+Vamos Corrientes se impuso con comodidad en las elecciones legislativas celebradas ayer. Comodidad que, traducida en números legislativos -refrendados extraoficialmente por dirigentes del oficialismo y de la oposición-, otorga a la escuadra comandada por el gobernador Gustavo Valdés 11 de las 15 bancas en juego en Diputados y 4 de las 5 que renueva el Senado, además de 8 de los 9 concejales en Capital y una amplia mayoría de ediles en el resto de las comunas que fueron a la compulsa, consolidando el rumbo y lo que es más todavía, confirmando la mayoría calificada de dos tercios con las que viene gobernando Valdés desde 2019.

Por eso mismo y a la hora de los festejos, el gobernador agradeció a los correntinos, dijo que la lista oficial consiguió cerca del 70% pero pidió esperar los resultados, que aparecieron más bien lentos: apenas un puñado de mesas cerca de la medianoche, lo que no deja de ser un llamado de atención.

“El triunfo ratifica el rumbo que tenemos. Es un triunfo muy importante, pero hay que esperar. No debemos adelantarnos”, sostuvo Valdés en rueda de prensa. Después, ya en plan de festejo, ratificó el porcentaje y agradeció a propios y extraños. Agradeció a los adversarios y luego el llamado que recibió de Patricia Bullrich. Antes, recibió el saludo en persona de Horacio Rodríguez Larreta, que pasó por Corrientes para luego volar a la provincia de San Luis.

Valdés agradeció y felicitó a sus votantes, militantes y fiscales, y reconoció la participación de los otros espacios políticos, “porque nosotros antes que nada anteponemos objetivos políticos para la provincia, por encima de otros objetivos o de objetivos individuales”, remarcó.

Un rato antes se refirió incluso al resultado adverso en algunas comunas: “No se puede ganar siempre y en todos lados. Los resultados son óptimos y cada comuna tiene su propia elección. En algunos lugares evidentemente no sacamos buenos resultados, pero son resultados y hay que aceptarlos”, añadió.

En cuanto a los números de la elección, si bien acudió poco más del 60% del electorado habilitado, un porcentaje más bien bajo, se condice con el comportamiento general en elecciones de medio término, lo que no modifica el nivel de acompañamiento que viene consiguiendo el Gobierno, en función de una serie de aciertos. La principal fortaleza tal vez haya sido ligar la campaña a la figura de Valdés, que concita atenciones por encima de las retracciones que pueden obedecer a la veteranía de Ricardo Colombi y Pedro Cassani, cabezas de la oferta oficial.

Además, el posicionamiento del gobernador, más allá de los límites provinciales, constituye una fortaleza que es traducida en el Gobierno como una garantía de defensa de los intereses de la provincia pese a los efectos negativos que devienen de la sistemática discriminación de la Nación.

Los recursos, bien administrados, pero sobre todo la claridad del electorado en cuanto a la responsabilidad ajena del principal problema que aqueja al país todo, que es la inflación, salvaguarda el acompañamiento electoral, más allá de los problemas, como los derivados de la situación social e incluso por encima de la tímida recuperación que experimentó la oposición, sustentada en buenas elecciones en algunas localidades.

La disponibilidad de recursos estratégicos para galvanizar la campaña, además del plus simbólico que significó incorporar en esta elección el voto joven y la paridad de género, hicieron el resto del trabajo para posicionar a Valdés, al menos dentro de los límites provinciales, como un interlocutor válido para tallar en la mesa nacional de Juntos por el Cambio. Tiene Corrientes, y el Gobierno, mucho para mostrar en cuanto a los armados electorales y fortalezas de gobierno, y es eso, acompañado de este resultado electoral, lo que Valdés exhibirá hoy mismo en Buenos Aires, cuando se reúna la Convención de la UCR.

La oposición, en tanto, si bien recuperó terreno -dados los últimos dos desempeños electorales que apenas superaron el 20%-, no logra amalgamar un discurso que tensione la hegemonía radical. Y en esta elección en especial, el Frente de Todos no logró siquiera estructurar una oferta única y los sectores que históricamente integran el espacio del peronismo fueron en ofertas separadas: una suerte de interna abierta que dividió el voto en una elección general porque no encuentra ese mecanismo puertas adentro del partido. De todas maneras, aún juntos, en nada cambiaría el resultado general. Lo de Alejandro Karlen y compañía no alcanzó más que para el testimonio.

Gustavo Canteros, además, si bien a priori puede resultar un candidato que capte la atención del electorado, esta vez quedó entrampado y a mitad de camino, sin poder ir a fondo con un mensaje de campaña distinto. Entre otras cosas porque ahora es opositor de un gobierno que integró hasta hace dos años, nada más y nada menos que como vicegobernador de Ricardo Colombi primero y de Gustavo Valdés después.

Será diputado provincial, pero su escenario es bastante adverso. Incluso más porque Celeste Ascúa que, si bien logró ingresar a la Cámara Alta, perdió en el bastión de su hermano, Paso de los Libres, un resultado que podría incidir incluso en el futuro del jefe comunal, Martín Ascúa, que pretendía -o pretende aún- lanzar su candidatura a gobernador para dentro de dos años.

Quedará para el análisis el porcentaje de participación de los chicos y chicas de 16 y 17 años que fueron habilitados a votar de manera optativa y el régimen de boletas espejo, que inundó los cuartos oscuros con 60 papeles en blanco y negro para sólo 4 ofertas electorales. Y que retrasó en demasía el recuento de los votos, responsabilidad que el Gobierno dejó en la vereda del Correo Argentino y de la Junta Electoral.

El gobernador Valdés, si bien no se manifestó sobre el fondo de la cuestión, salió a cortar el paso de las críticas que recibe el sistema de elección por parte del peronismo. “Quienes critican nuestro sistema, son los que tienen reelección indefinida en algunas provincias y ley de lemas en otras”, remarcó.

No obstante, Ricardo Colombi, en tanto arquitecto de este modelo que rige desde 2001, dijo en declaraciones a Radio Dos que “es hora de reformar el sistema electoral en Corrientes” y anticipó que impulsará un plan para evitar la multiplicidad de boletas. 

Tiene liderazgo, tiempo y mandato para hacerlo. Ojalá pueda cumplirlo.

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