¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

PUBLICIDAD

(SUH): la importancia de conocer cómo se transmite

A pesar de las miles de campañas anuales, el síndrome urémico hemolítico (SUH) sigue afectando la salud de las personas, sin discriminar edad, sexo o nacionalidad. Es fundamental conocer cómo se comporta esta bacteria y cómo se transmite. La prevención es nuestra estrategia fundamental para evitar la aparición de esta enfermedad.
 

Por El Litoral

Domingo, 20 de agosto de 2023 a las 01:00

El síndrome urémico hemolítico (SUH) es una afección grave que puede producirse cuando los pequeños vasos sanguíneos de los riñones se dañan e inflaman. Este daño puede provocar la formación de coágulos en los vasos sanguíneos. Los coágulos obstruyen el sistema de filtración de los riñones y provocan insuficiencia renal, lo que puede ser mortal.
Cualquier persona puede padecer síndrome urémico hemolítico, pero es más común en los niños pequeños. En la mayoría de los casos, el síndrome urémico hemolítico es consecuencia de una infección por ciertas cepas de la bacteria Escherichia coli (E. coli). El primer síntoma de esta forma del síndrome urémico hemolítico es diarrea que dura varios días y que a menudo es sanguinolenta.
El síndrome urémico hemolítico también puede ser causado por otras infecciones, ciertos medicamentos o condiciones, como el embarazo, el cáncer o una enfermedad autoinmunitaria. En algunos casos, el síndrome urémico hemolítico es el resultado de ciertas mutaciones genéticas. Estas formas de síndrome urémico hemolítico usualmente no causan diarrea. 
El síndrome urémico hemolítico es una afección grave. Pero el tratamiento oportuno y apropiado generalmente lleva a una recuperación completa para la mayoría de las personas, especialmente para los niños pequeños.
Es más frecuente en primavera y verano, pero puede haber casos durante todo el año. La principal causa está asociada a la diarrea por Escherichia coli productora de toxina Shiga.
Afecta principalmente a menores de 5 años, pero puede afectar niños mayores.
Es la primera causa de insuficiencia renal aguda en la edad pediátrica y la tercera causa de trasplante renal en nuestro país en niños y adolescentes.
Si bien aún no hay un tratamiento específico, es importante la hidratación correcta durante el periodo de diarrea y la consulta precoz para tratar las consecuencias de la enfermedad:  principalmente la anemia, la insuficiencia renal y el compromiso neurológico.
La prevención es nuestra estrategia fundamental para evitar la aparición de esta enfermedad.
Aquí algunos conceptos que nos pueden ayudar:

¿Cuál es el reservorio?
El ganado vacuno es el principal reservorio de Escherichia coli productor de toxina Shiga, aunque también se ha identificado en cerdos, ciervos, ovejas y cabras y en algunos animales domésticos como perros y gatos.

¿Cómo se transmite la 
enfermedad?
Se transmite por ingestión de alimentos o aguas contaminadas, de persona a persona (hay muchas personas sin síntomas que igual contagian) contaminación cruzada y por contacto con el medio ambiente, ya que la bacteria puede sobrevivir meses en el estiércol.
El contacto directo con animales debe ser con precaución y hay que tener en cuenta circunstancias como las visitas a granjas, frecuentes en edad preescolar y escolar.

¿Cuáles son los alimentos de riesgo?
El alimento de riesgo principal   es la carne poco cocida o cruda.
Durante el proceso de faena o su posterior manipulación la bacteria llega a la superficie de la carne.
La carne picada es uno de los productos de mayor riesgo porque   la bacteria pasa de la superficie de la carne al interior de la misma cuando es picada, donde es más difícil que durante la cocción alcance la temperatura adecuada.
Otros alimentos de riesgo son: lácteos crudos no pasteurizados o pasteurizados que han perdido la cadena de frío, frutas y verduras que pueden contaminarse con las heces de animales de manera directa, o por riego con aguas servidas.
También es muy importante evitar la contaminación cruzada, es decir, alimentos que se contaminan entre sí o a través de utensilios durante la preparación; y mantener   la cadena de frio, que es la conservación de los alimentos en temperaturas frías. Si esta temperatura se eleva hasta sobrepasar la temperatura de referencia para la conservación de un alimento ocurre una aceleración del crecimiento microbiano y la proliferación de algunos gérmenes; lo cual acorta la vida útil de los alimentos y los vuelve inadecuados para el consumo.
La prevención es fundamental 
El momento de adquirir los alimentos:  para evitar perder la cadena de frio adquirir lácteos y carnes al final de la compra y optimizar el tiempo que transcurre entre la compra y el guardado de los alimentos frescos en la heladera.
Guardado adecuado en la heladera: las carnes deben guardarse en los estantes inferiores, para evitar que los jugos se derramen sobre otros alimentos. Separar los alimentos crudos y cocidos en recipientes diferentes para evitar la contaminación cruzada.
Descongelado adecuado: evitar descongelar las carnes en la mesada. Dado que la superficie de la carne es donde se encuentran las bacterias y que es la primera en descongelarse, cuando se descongele todo el trozo, la contaminación será muy grande. Tampoco es adecuado descongelar bajo el chorro de agua caliente. Se recomienda descongelar en la heladera o bajo chorro de agua fría.
Procesamiento: lavarse las manos siempre antes de tocar cualquier alimento. Lavar adecuadamente frutas y verduras; si no hay agua potable colocar dos gotas de lavandina por litro de agua y dejar reposar 20 minutos. Utilizar tablas y cuchillos diferentes para alimentos crudos y cocidos. Cocinar a temperatura mayor a 71 °C. Respetar la cadena de frio de los alimentos.
Fomentar el lavado frecuente de las manos con jabón y el uso de solución desinfectante, en especial luego del cambio de pañales, del uso de sanitarios y antes de preparar alimentos o de ingerirlos. El lavado de las tablas utilizadas en la cocina debería realizarse con agua y lavandina para eliminar las bacterias.
Evitar fuentes de contagio dentro del hogar: eliminar los pañales y excrementos humanos de manera que no permita la diseminación de las bacterias. En caso de haber asistido a lugares rurales o si se trabaja en sitios con animales, separar y desinfectar la ropa y el calzado que pudieran estar contaminados con materia   fecal. Se debe evitar nadar en aguas que pudieran estar contaminadas (lagos, arroyos) y asegurar la adecuada cloración de las piletas. Evitar que niños con diarrea se bañen con otros niños.
l Comité Nacional de Nefrología
l Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) 

Síntomas
En los primeros días de desarrollo de la enfermedad, los signos que deben motivar la consulta médica son:
l Diarrea
l Sangre en las heces.
l Irritabilidad.
l Debilidad.
l Letargia.
l Heces con olor fétido.

Síntomas posteriores
l Disminución de la orina.
l Palidez.
l Distensión abdominal o aumento en el perímetro abdominal (debido al agrandamiento del hígado y del bazo).
l Magulladuras.
l Erupción cutánea en forma de pequeños puntos rojos (petequias).
l Coloración amarillenta de la piel (ictericia).
l Disminución del nivel de estado consciente.
l Convulsiones.

Últimas noticias

PUBLICIDAD