Por Eduardo Ledesma
Edición para versión gráfica: Belén Da Costa
Especial para El Litoral
Silvina Esparza es la directora de la Estación Experimental Agropecuaria del Inta Corrientes desde noviembre del 2022. Su designación constituyó un hecho histórico pues se convirtió en la primera mujer en estar al frente de una sede del organismo nacional en la provincia de Corrientes. En aquel momento, señaló que el eje principal de su propuesta de gestión iba a ser el capital humano, su fortalecimiento y desarrollo.
Silvina cree fuertemente en que los caminos individuales no conducen a nada y que la verdadera forma de darle voz a todos los actores es a través de la escucha. Hoy, mira para atrás y asegura que está muy conforme con el camino recorrido en Inta Corrientes.
Fue la segunda entrevistada del ciclo audiovisual Eduardo Ledesma Pregunta 2024. La producción propone una serie de entrevistas a intelectuales, dirigentes políticos, artistas y profesionales de distintas ramas del saber y del hacer, para reflexionar sobre temas contemporáneos que atraviesan a la sociedad: por ejemplo el poder, la política, el género, la cultura, el arte, etc.
Mirá la nota completa en:
¿Sos la primera mujer en dirigir la Estación Experimental del Inta Corrientes?
Sí, es el cargo que ocupo hoy.
El Inta en general era dirigido siempre por hombres, era un cargo muy masculinizado, ¿no?
Era no, es aún. El Inta está organizado a nivel país en centros regionales. Son quince en Argentina y uno de esos centros regionales es Corrientes. De esos quince centros hay una sola directora regional mujer. A su vez, los centros regionales se dividen en estaciones experimentales. Tienen unidades organizativas llamadas estaciones experimentales y una de ellas es la de Corrientes. En el caso del centro regional Corrientes, nunca antes hubo una mujer siendo directora de cualquiera de sus tres experimentales, ni en Mercedes, Bella Vista o Corrientes.
Hasta el 2022 cuando asumiste formalmente y constituiste un hecho histórico. En ese momento vos dijiste que el eje principal de tu propuesta de gestión iba a ser el capital humano. ¿Cómo es eso?
Sí, en una institución como el Inta y en realidad en el sector agropecuario. Si bien cuando miras a la Facultad de Agronomía y de Veterinaria somos muchas más mujeres, en los ámbitos de toma de decisiones no. Hace un tiempo se hizo un trabajo en el Inta y notamos que los números de paridad de género están bien. Pero, a medida que vamos escalando y buscando en los cargos jerárquicos, sigue esa falta.
Más allá de tu currículum que es extenso en la ingeniería agronómica, que es tu rama, ¿cómo te definirías vos?
Yo soy la hija de Silvia y de Luis y la mamá de Sabina y Sofía, la pareja del papá de mis hijos, Miguel. Y soy trabajadora del Inta e ingeniera agrónoma. Yo creo que eso me define. Es decir, de dónde vengo y qué dejo hacia adelante. En cuanto a la herencia humana y qué estoy haciendo hoy o qué herramientas tengo para mejorar y dejar un granito en el mundo, mi visión es más amplia.
Después de haber trazado ese plan cuando asumiste, ¿cómo está hoy eso? ¿Tus principales objetivos en Inta están encaminados?
Cada tanto le pego una ojeadita. Cuando nos presentamos a cualquier concurso del Inta, entre una de las múltiples “checklists” que hay que hacer, te piden que presentes una propuesta de gestión por escrito. Cuando yo pensé mi propuesta de gestión pensé dentro de lo posible en que no estuviera anclada o que no la definiera si teníamos presupuesto o no para llevarla adelante. Porque eso a veces es incierto. Entonces creo que a veces cuando hojeo la propuesta, veo que avanzamos. Sobre todo cuando pensamos en el capital humano.
Yo en aquel momento hice una tarea previa para elaborarla. Me entrevisté con todo el personal del Inta. Con jerárquicos, jubilados, personal del campo y, por supuesto, todas las instituciones que están ligadas para tener una mirada desde adentro de cómo estamos y de cómo nos vemos.
En cuanto a cómo nos vemos, más allá de la cuestión técnica y demás, la gente manifestaba que necesitaba que hubiera alguien que estuviera más cerca de ellos. Que los conociera, que hablara, que les contara qué estaba pasando en la institución, que los contuviera. Era muy fuerte ese reclamo. El reclamo humano. Si bien, puede ser una cuestión puntual era lo que en ese momento surgía como el emergente. Entonces, eso que era para mí el pilar, sí lo pude llevar adelante. Y sí creo que estamos logrando avances.
¿Con qué? ¿Escuchando?
Escuchando. La carrera de la gente, por ejemplo. Había mucha gente que había pasado muchos años sin poder mejorar su situación de carrera. Había gente que por ahí tenía muchas ideas, muchas inquietudes, y no encontraba dónde contarlas. No era escuchada, y no podía canalizarlas. Sí, era una cuestión muy de relacionamiento humano efectivamente.
¿Y con respecto a los objetivos que sí requieren dinero?
Más que dinero, los de afuera, lo que veían era algo que hasta hoy nos dicen: “El Inta hace un montón de cosas, pero no sabemos”. Entonces, el gran déficit en el Inta es de comunicación. Nosotros tenemos un espacio de participación en el Consejo Directivo Nacional, donde están sentadas todas las entidades del agro y las universidades. En todas las reuniones, siempre terminamos hablando del mismo tema: la comunicación.
Si tuvieras que hacer una pequeña síntesis de todo lo que hacen ¿qué es lo que hace el Inta?
Pequeña síntesis, no sé si me saldría. En términos generales, el Inta hace investigación y extensión. Es uno de los pocos “Inia” del mundo. Es decir, Institutos de Investigación Agropecuaria, que tiene el componente de investigación y extensión en el mismo instituto en cada región. Eso quiere decir que las cosas que se investigan en campo, se llevan a la práctica, y después se acompañan desde la extensión para la adopción de esa tecnología.
No solo generamos la tecnología y queda ahí escrita, sino que tratamos de llevarla. Se extiende y después se colabora con los productores que asimilan ese conocimiento y esa tecnología. Acompañamos el proceso, esa es la idea.
Particularmente vos tenés una mirada también puesta en la mujer rural. ¿Por qué?
Porque soy mujer. Creo que hay mucho del trabajo de la mujer rural que está invisibilizado en todos los ámbitos. No me encasillo en que la mujer rural es solamente la mujer agricultora familiar. Tenemos en esta provincia ejemplos de mujeres dirigiendo asociaciones de productores de ganaderos y sociedades rurales. Pero sí lo que veía es que las productoras nunca se reconocen como tal.
Finalmente, ¿cómo te gustaría ser recordada en el Inta?
Yo creo más allá de que pretendo ser recordada como una buena persona, que los escucho a todos, también necesito saber que después de esto el Inta va a seguir siendo el Inta y que va a estar en el mismo lugar en el que estaba cuando yo entré. Una institución de prestigio, seria y comprometida con el trabajo con los productores. Nosotros siempre somos trabajadores del Inta, así vayamos al supermercado, siempre lo somos y eso es lo que espero que suceda.