Por Belén Da Costa, Eduardo Ledesma y Carlos Lezcano. Especial para El Litoral Radio y Diario El Litoral
El diario El Litoral cumple este viernes 64 años de trayectoria. Su director propietario, Carlos Alberto Romero Feris, dialogó con el programa Hoja de Ruta de la radio El Litoral y señaló aspectos centrales de la historia del decano del periodismo correntino.
Sostiene que a pesar de que imprimir el diario en su formato papel genere pérdidas económicas porque “la gente ya no lee”, la familia lo sostiene “por Corrientes”.
Entre las anécdotas centrales de cobertura, reconoce la de la visita del Papa Juan Pablo II a Corrientes y cómo, a través de su agenda, el periodismo “bautizó” a más de un protagonista de la historia de la provincia.
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—¿Qué recuerda de aquellos primeros años en los que visitaba el diario siendo un niño?
—Yo tenía nueve años cuando papá fundó el diario, y, para variar, hubo un desperfecto técnico y salió un poquito tarde. Entonces, como era un niño prácticamente, me llevaron a casa y me fui a dormir. Mi madre me despertó aquella mañana con el ruido del papel a las ocho de la mañana, ya con el diario impreso. Era un diario sábana, de pocas páginas, impreso en caliente, en rotoplana, no era rotativa todavía. Yo venía de una familia netamente agropecuaria y el diario fue una cosa totalmente innovadora para nosotros.
—¿Y venía siempre al diario cuando fue más adolescente?
—Sí, siempre. En el taller había un triciclo con el que se repartía el diario. Entonces cuando volvía el reparto del triciclo me lo agarraba yo los días feriados y andaba molestando por adentro del taller. Nunca me voy a olvidar de don Raúl Lino Escartizo, que era el subjefe de talleres que hacía la parte gráfica. Me corría con un lingote de plomo haciéndome chistes. Ahí me familiaricé con el diario caliente, las linotipos, la rotoplana, después vino la titulera, porque antes los títulos eran hechos a la mano con tipos de letras montadas sobre madera.
—¿A quiénes de esos primeros protagonistas recuerda con afecto, de esas redacciones o de esos talleres?
—Don Gabriel Feris, mi tío, que fue el director del diario, y el jefe del taller, don Ramón Nemesio Miño, que tenía un montón de parientes dentro del taller. La familia Miño prácticamente era la que hacía El Litoral. Y nunca hubo un problema de ninguna índole, ninguna diferencia personal siquiera. Nos llevamos maravillosamente bien.
—¿La primera rotativa es del año 74?
—Sí. Te comento. El primer diario que salió en el interior de Argentina con esas características, fue El Tribuno de Salta. A ellos les compramos las rotativas. En ese momento las importaciones no eran fáciles, no se conseguían así nomás. Poner plata en el diario, que era necesario, costaba una decisión de muchas discusiones porque había que vender vacas que producen para comprar una máquina que produce pérdida, cuesta tomar la decisión. Pero todo fue por Corrientes. Al diario lo tenemos por Corrientes.
—La cuestión digital es un gran tema ¿Cómo fue para usted ese proceso de admitir que había que empezar a mutar lentamente a lo tecnológico?
—De la linotipo pasamos a unas máquinas electrónicas, que eran unas computadoras que se llamaban mini disc, porque tenían unos discos muy pequeños. Yo, que no entiendo de todo esto, de la tecnología digital, me fui a Texas a comprarlo. Fuimos a comprar la máquina y ahí nos enamoramos del sistema. Trajimos eso acá y el cambio fue rotundo. Hoy las mini disc han quedado como reliquias, como un trofeo de historia. Y después seguimos con los avances, mirá lo que hoy estamos haciendo.
—Con este legado, ¿le resulta triste que la gente ya no lea el papel?
—Sí. Tengo que admitir algo y es que muchas veces los mayores como yo no queremos reconocer las razones de la juventud. Mis hijos me dicen, “papá, ¿qué joven agarra un papel y lee un diario?”. Ninguno. Una de las revoluciones más grandes es el cambio de consumo de los bienes culturales. Por eso es que tomamos la decisión de salir tres días por semana. Algunos maniáticos como yo somos los que queremos escuchar el ruido del papel y ensuciarnos con la tinta.
—¿Cuál es la anécdota que más recuerda de estos años?
—El diario ha bautizado muchas personas. Le ha puesto nombre, por ejemplo a muchas personas. Por ejemplo, ¿quién es Chojú? Es (el exgobernador) Julio Romero y el sobrenombre se lo puso Mario Mauriño -”Chaque”- en un dibujo célebre que hizo porque tuvo cosas realmente extraordinarias y fue una de las personas más importantes de El Litoral. Después vinieron otros más que el diario le fue poniendo sobrenombre y fueron quedando. Esa es una de las cosas que quedan.
Entre los recuerdos más gratos que tengo se encuentra la venida del Papa a Corrientes. Eso fue algo demasiado importante para todos. Fue un cambio rotundo porque aprovechamos ese día para hacer el cambio de formato de sábana a tabloide, pero tener al Santo Padre en Corrientes fue maravilloso.