Es una sentencia bienhechora que advierte no desaprovechar los años pasivos, que de ninguna manera constituyen un retiro del todo. Sino un verdadero regalo, para hacer lo que verdaderamente amamos.
Sin prisas, con vocación de crear poniendo corazón y afecto, dando cuentas de nuestra creatividad; que los años no son impedimentos para descubrir cuán capaces somos.
La vida es riquísima para desvelar nuestra inventiva, si encaramos para la dirección correcta o “archivarnos” sin intentarlo. Pensando que aún somos capaces para demostrar nuestro potencial, que somos ricos de virtudes adormecidas.
“No dejes entrar al viejo”, es un tema musical que acompaña como banda sonora, una película de un actor de vida larga, que se probó amén como Director de cine, guionista, productor, y en sus ratos de ocio “quemar” las horas haciendo jazz en el piano.
O, grabando con su hijo mayor, bajista, obritas que son verdaderas creaciones, prestas para la improvisación y síncopa siempre joven del jazz.
Ese hombre de largos años, se llama Clint Eastwood, que alguna vez le dediqué un artículo que se lo transcribo en un rato. Que bien vale la pena por su empeño pocas veces visto.
Comenzaba portando su desusado título de la canción: No dejes entrar al viejo. Como una sonora metáfora, que nada está perdido, y que hacerlo es demostrarnos por más que la vejez se venga incontenible, tenemos cómo entretenerla.
La vida tienes para rato; vale la pena vivirla. Siempre se está a tiempo. No dejes entrar al viejo.
Les comento si no lo leyeron; vale la pena conocerla porque descubriremos la otra mentalidad que nos depara la vida, con muchos más años, arrugas, pero haciendo valer que la vida se merece ser vivida y disfrutada.
“Es un título caprichoso que se debe pura y exclusivamente al tema de música country, escrita por el autor y cantante, Toby Keith, que lleva por denominación original: “Don´t let the old man in” (“No dejes entrar al viejo.”)
Se trata de una de las bandas sonoras de la película de Clint Eastwood,” Th emule” (La mula). Ese tema nació del encuentro entre Tobi el autor y el actor y director Clint, cuando le dijo que el lunes siguiente cumpliría ochenta y ocho años, y que estaba presto para rodar la película de referencia.
Hoy, ya ha pasado los 90, y sigue filmando, siempre en la búsqueda de una nueva producción, que le reditúe su libertad sin tiempo.
Tobi, se dijo para sí seguramente conforme la poesía del tema, que si las personas con quejas de sus “ña-ñas”, haríamos como Clint Eastwood : pondríamos en movimiento nuestra mejor forma de cambiar los peros por hacer realidades nuestras virtudes, que son la mejor prueba de optimismo y ganas creativas para campearle al “viejo”. No para ser más jóvenes, sino mucho más positivos.
En la vida hay una cosa que es cierta: que los tiempos son inexorables, pero que debemos luchar contra ellos para transformar nuestro espíritu y el carácter de nuestro empeño.
Es decir, en saludables muestras por hacer las cosas con pasión, que son ganas potenciadas que inmunizan contra todo mal. Es hacer que a determinada edad la desgana se apodera, y lo conveniente es hacer nacer nuevos sueños, dinamizar la perseverancia porque es la forma abierta de consumir el tiempo que allana cansancio y fortalece nuestro andar porque aún podemos soñar.
Pintar, cantar, andar, escribir, conectarnos con quienes amamos. Reunirnos en quehaceres que no solo nos distraigan, sino que nos premien. Es el compromiso a tomar si no queremos arrumbarnos como trastos viejos, apelando al protagonismo que compromete y enriquece lo que hacemos, y a nosotros mismos.
Porque sentirnos útiles, capaces, permite cubrir la soledad con el talento creativo, ese que sueña e imagina toda persona madura y desalentada.”
Pero claro, el argumento de ficción trata de medir cuánto es capaz una persona ya retirada laboralmente, con años encima, para romper la rutina del anterior desempeño hasta siendo una “mula” para transportar drogas.
Se trata solamente de marcar fuertemente el cambio de mentalidad, no de proponer la actividad para medir de cuánto es capaz.
“La película de referencia que da título a este artículo, es “La mula”. Se trata de alguien que a determinada edad se decide cambiar totalmente, transportando el peligroso cargamento de drogas donde le ordenen.
Lejos de pensar que la vejez no le permitiría éxito en el cometido abordado, todo lo contrario fue realmente perfecto a su edad, demostrando capacidad, discreción, seriedad y hasta podría decirse profesionalismo, y por ende valentía.
Es un personaje real en un hecho auténtico que suena a ficción, cuyo nombre le fuera impuesto artísticamente como Earl Sharp, de más de 80 años, y corresponde a una producción del 2018, que Clint Eastwood la filmó cuando tenía 88 años para su empresa cinematográfica “Malpaso Producciones”, con los actores Bradley Cooper, Lawrence Fishburne y Andy García, más el propio director y calificado protagonista, en una producción nominada para el Oscar.”
Cierro, con el tema musical central, cuya letra y música pertenece a Tobi Keith:
“No dejes entrar al viejo, quiero estar solo. / No puedo dejárselo a él, está llamando a mi puerta. / Y sabía toda mi vida, que algún día terminaría. / Levántate y ve afuera, no dejes entrar al viejo. / Muchas lunas he vivido. / Mi cuerpo está desgastado y desgastado. / Pregúntate a ti mismo cómo serías. / Si no supieras el día que naciste. / Intenta amar a tu esposa. / Y Mantente cerca de tus amigos. / Tostar cada atardecer con vino. / No dejes entrar al viejo. / Muchas lunas he vivido. / Mi cuerpo está desgastado y desgastado. / Si no supieras a ti mismo cómo serías. / Si no supieras el día que naciste. / Cuando él monta en su caballo. / Y sientes ese viento frío y amargo. / Mira por esa ventana y sonríe. / No dejes entrar al viejo./ Mira por la ventana y sonríe. / No dejes entrar al viejo.” /
La vida tienes para rato; vale la pena vivirla. Siempre se está a tiempo. No dejes entrar al viejo.