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Ñato, el carpincho correntino que era alimentado a galletitas ahora disfruta de su hábitat

 El animal fue rescatado por una familia, tenía una alimentación poco saludable y adoptó un comportamiento ajeno a su especie. Conocé su historia. 

Por El Litoral

Martes, 31 de diciembre de 2024 a las 17:58
Centro de Recuperación de Especies Temaikén
Centro de Recuperación de Especies Temaikén

 

En Corrientes, donde la biodiversidad abunda, Ñato, un pequeño carpincho, fue encontrado por una familia cuando tenía menos de un año. Lo adoptaron y lo criaron en su hogar, pero lo que comenzó como una convivencia amistosa se transformó en una relación insostenible.  

La dieta de Ñato consistía principalmente en galletitas, pan y otros hidratos de carbono, muy distinta a la alimentación natural de un carpincho, basada en vegetales. Mientras crecía, comenzaron a emerger los comportamientos propios de su especie. Con una masa muscular potente, dientes grandes y afilados, y extremidades fuertes, el animal empezó a causar destrozos en el hogar, volviendo la convivencia peligrosa.  

Cuando cumplió un año, la familia tomó una decisión difícil pero responsable: lo trasladaron al Bioparque Temaikén, donde inició un proceso de rehabilitación en el Centro de Recuperación de Especies Temaikén (CRET). Sin embargo, su adaptación no fue fácil. Acostumbrado a una dieta inapropiada, rechazar vegetales y adoptar una alimentación adecuada a su especie tomó tiempo y esfuerzo.  

Hoy, el carpincho vive en un ambiente diseñado para simular su hábitat natural, compartiendo espacio con peces y un yacaré. Sin embargo, el contacto prolongado con humanos afectó su capacidad para interactuar con otros carpinchos, imposibilitando su reintegración al medio silvestre.  

Ñato es solo un ejemplo de los efectos perjudiciales del mascotismo en animales silvestres. Miles de especies son extraídas de su hábitat y convertidas en mascotas, lo que no solo afecta su salud física y emocional, sino que también compromete la biodiversidad y la seguridad ambiental.  

Para concientizar sobre este problema, Fundación Temaikén, el Instituto Jane Goodall Argentina y WCS Argentina lanzaron la segunda edición de la campaña de bien público “No Soy Mascota”, que busca educar a la población sobre las consecuencias del mascotismo y del comercio ilegal de fauna.  

¿Cómo se puede contribuir?


1. No comprar animales silvestres: Asegúrate de que las mascotas que adoptes provengan de fuentes legales y éticas.  
2. Denunciar la venta ilegal: Notifica a las autoridades cuando detectes comercio ilegal de fauna.  
3. Ser responsables en redes sociales: Evita promover contenido que pueda incentivar la compra de animales silvestres.  

La historia de Ñato nos recuerda que, aunque la intención sea buena, mantener animales silvestres como mascotas genera más daño que beneficio. Proteger la biodiversidad comienza con nuestras elecciones y con el respeto por cada especie en su entorno natural. 

(VT)

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