El hecho se habría producido pasadas las 13,30 del viernes cuando un grupo de internos rodeó a Carlos Soto (34), un preso considerado “vip”, debido a sus fuertes relaciones comerciales por fuera de la cárcel y capacidad económica. Hasta donde se sabe, el apodado “Carlitos” Soto tendría presencia en la noche correntina mediante la administración, en cautiverio, de bailantas y programas de radio y TV de ese estilo musical.
En al menos dos oportunidades la víctima fue objeto de crudas agresiones por las que incluso debió ser hospitalizado, debido a odios hilvanados en los códigos internos del penal. El último ataque se produjo el lunes pasado, cuando un preso -se dice que era un tal Quintana, apodado “el Porteño”- lo apuñaló en varias secciones del cuerpo y debió ser hospitalizado por algunos días; esta vez, la llegada de unos cinco presos fue furibunda de acuerdo a los datos trascendidos ayer.
Se supo de fuentes extraoficiales que al empresario se le encontraron 34 heridas punzo cortantes en distintas áreas, pero que las de mayor incidencia habrían sido las asestadas en el cuello. Así también lo determinaron las autoridades médico legal del peritaje sobre el cuerpo de la víctima, que finalmente coincidieron en decir que la muerte se habría producido por un paro cardio respiratorio a raíz de un degüello.
La autoridad judicial que se constituyó en el lugar del hecho fue el fiscal de Instrucción 2, Buenaventura Duarte, en instantes en que el cuerpo aun con vida de Carlos Soto, fuera llevado de urgencia al Hospital Escuela. Al ingresar al servicio de emergencia se comprobó que no tenía más signos vitales, y si bien fuentes de la atención médica consignaron que el cuerpo de la víctima permanecería en el centro de salud a la espera de una orden legal que permita su traslado a sede judicial, pasadas las 20,50 del viernes fue derivado a otro hospital.
Una unidad móvil de los Bomberos Voluntarios retiró el cadáver hacia la morgue del hospital “Juan Ramón Vidal”, donde aproximadamente a las 22, médicos peritos se constituyeron y comenzaron la autopsia correspondiente.
Tras dos horas y media, ya en la madrugada de ayer, finalizó el trabajo pericial, que arribó a la conclusion de que fueron más de dos personas las que supuestamente atacaron a Soto. Más tarde fue entregado el cadáver a la familia para su velatorio.
En tanto, en el lugar del hecho se constituyeron peritos con el fin de levantar huellas, elementos probatorios para la causa y otros aportes que serán almacenados en expedienets judiciales. Desde esa instancia nace la sospecha que pesa sobre cinco reclusos que posteriormente fueron conducidos, y alojados en carácter de incomunicados, a la Comisaría Primera por razones de jurisdicción.
Mientras esto sucedía, sobre la noche el penal fue controlado por una fuerte dotación policial que permaneció invariablemente en los alrededores e interior de la penitenciaría. Asistieron integrantes del grupo PAR y personal de Infantería, en tanto que entre la noche del viernes y la madrugada de ayer grupos pertenecientes a esas unidades asistieron a la Alcaidía de la Jefatura de Policía.
Este nuevo acontecimiento ilícito abre otro caso judicial originado en el interior del penal. La población total de la cárcel sería de unos 322 internos que paradójicamente, al momento de producirse el hecho eran controlados por tan solo quince efectivos guardiacárceles, los que serían sumariados.
Durante la gestión al frente de la Penitenciaría del interventor Manuel Luis Ripoll, se habrían producido unos cinco amotinamientos, de los cuales en tres se registraron heridos mientras que en los demás se produjeron fuertes hechos de violencia física.