¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

PUBLICIDAD

Decano de la prensa escrita de Corrientes

n Benerildo Grebe fundador 1917  y su hijo Raúl Edgardo Grebe – Director desde 1944.
Hacía dos años que la ciudad gozaba de energía eléctrica, la que dio uno de los más grandes impulsos a la modernización y al progreso de Curuzú Cuatiá. Comenzaron a venderse electrodomésticos como los primeros ventiladores y  luego la primeras heladeras y radios. Hasta entonces, las noticias se leían en los periódicos que  llegaban atrasados cada 2 a 3 días por el Ferrocarril que venía de Buenos Aires trayendo La Prensa, La Nación, Crítica y desde Corrientes El Liberal y La Mañana.
El 8 de julio de 1917 festejando la Independencia, llegó a los domicilios de un numeroso grupo de lectores el primer número de “CULTURA”, el bisemanario creado por el dueño de una gran imprenta don Benerildo Grebe. Anunciaba que saldría los miércoles y domingos a $ 0,20 el número suelto, a $1,50 por mes y a $ 4,00 el trimestre. El subtítulo rezaba: “Periódico literario, social y de intereses generales.” 
Hasta el día de hoy (año 2025) continúa con dos salidas semanales ininterrumpidamente constituyéndose en un valioso archivo de todos los sucesos curuzucuateños. Luego fue director Raúl Grebe hijo, hoy propietario y su esposa Azucena Cáceres de Grebe es Directora. 
Las noticias le llegaban desde Buenos Aires, de Concordia y de Corrientes por telegramas. El teléfono aún era solo para comunicarse dentro de la ciudad y la campaña. Recién el 20 de mayo de 1931 a vía de ensayo, se habló desde la Central Telefónica a Concordia y a Corrientes.
“El Dr. José Rafael Gómez que fue intendente de Curuzú y gobernador y vicegobernador de Corrientes, fue uno de los primeros impulsores y tenía el deseo de poder tener un diario en su casa, pero no llegó a ver el nacimiento de Cultura, pues falleció unos meses antes de su aparición, el 8 de febrero de 1917. Fue el doctor José Rafael Gómez uno de los los selectos pioneros que lograron la Escuela Popular Graduada Belgrano, la Sociedad Rural, la Casa Municipal, el Club Social, el embellecimiento de las plazas y paseos públicos, la macadanización de las calles céntricas, etc. Su existencia transcurrió en la Edad de Oro de Curuzú Cuatiá, del 98’ al 12’, en que este varón esclarecido era el cerebro y acción decisivo en las complejas manifestaciones de la vida colectiva, en la senda infinita del progreso.”
El 9 de julio de 1936 publica el Bisemanario Culrura “Viejos criollos”. “Hace más de 40 años actuaron personajes notables, como los Gómez, Samuel Acuña, Juan R. Cáceres, los Coroneles Celestino Araujo, José Maximiano Gauna, Juan Andrés Ayala, Antonio Llopart, Ireneo Ávalos “Hacha huesera”, escribanos Justo Pastor Pintos y Ricardo Quiroz, los Lagraña, Heraclio J. Borderes, Pedro Grané, Mateo Bruno, José Jara y tantos otros, al igual que las colonias de extranjeros...”
Notas en sociales de Bisemanario que narran: “Nuestras fiestas sociales eran clásicas, no solamente por su distinción, sino por sus “ambigúes”, por el atavío de las damas y la música brillante de la orquesta del maestro Verardini, de Diatto y de Burgos después. Para los Carnavales y para la fiesta Patronal del 12 de octubre, venían niñas distinguidas de Concordia, de Corrientes y de Mercedes, para los “saraos” donde brillaban con luz propia y llena de espiritualidad: Celina Calera, Elena y Mercedes Escalada, Rudecinda Romero, Tilia, Adela y Flora Bortagaray, Adelina Moreno, Manuela y Brígida Ahuncaina, Ma. Amelia Gauna, Rosario y Luciana Virasoro Gauna, Elena Froy Gómez, Lola Foutel, Albina Carlevaro, Zoraida y Matilde Borderes, Clara Gabancho, Flora Olaondo,  y otras que escapan a mi memoria.
La Soc. Española, con aquellos grandes caballeros que se llamaban José Ignacio Iturriaga, Jaime Fontbona, Félix Gabancho, Agapito Calera, Vicente Rubianes, José Altuna, Eleuterio Ancil, los hnos. Iturriaga, Francisco Baquer, los vascos Ezcurra, Benta, Ahuncaina, Aspiazu, Erro, Tellechea y tantos otros que edificaron el Salón de la Sociedad.  
La colonia Italiana contaba con un hombre ejecutivo y de espíritu enérgico, don Luis Bobbio, que fue el pensamiento y la acción para que se edificara la hermosa casa social. Debido a su influencia, el Banco de Italia y Río de la Plata tuvo una sucursal en ese edificio. Anteriormente había mandado construir su casa de negocios y adquirido media manzana para sus actividades comerciales y casa de familia. Lo secundaban Antonio Bobbio, Rafael Perazzo, el Dr. Canessa, Pozzi, Queirolo, Furnus y tantos más. Los emprendedores Luis  y Juan J. Grossi, Ernesto Riolfi, los Nicolini, Francisco Boccadoro, Guerino Cracco, los Martignoni y otros. Félix Nava que manda construir casi frente a la Sociedad ese hermoso gran salón que noche a noche se llenaba con numerosos concurrentes de anhelosa necesidad de esparcimientos...”     
“Todos esos progresos entre 1900 y 1920: el Tiro Federal, la Sociedad Sportiva, la Sociedad Rural, los edificios de las Sociedades Italiana y Española y del Hospital de Caridad,  el Colegio de las monjas Carmelitas, la Luz Eléctrica, la aparición del periódico “CULTURA” en medio de tantas iniciativas y la llegada del Ejército Nacional.  Y un lustro antes, la Escuela Belgrano, el Club Social, el Banco de la Nación, el edificio Municipal, el Mercado, el Parque Mitre, la Avenida Mitre, el arreglo de las plazas y el macadán a base de pedregullo traído de Monte Caseros.” 
Hoteleros como Carlos Fossat, que en 1880 ya atendía en el “Hotel Central”, que luego lo adquiere Pablo Aguirre en 1904. En 1919 lo vende a Federico Colombo y Cía. En 1944 vuelve Pablo Aguirre, dedicándose más a Restaurant. En 1951 se lo cede a su cuñado Juan Bautista Landaburu. A principios del Siglo XX abren el “Hotel Italo-argentino” Miguel Paniale y su esposa doña Francisca. Luego del Centenario se edificó el “Hotel Londres”, por Félix Nava, un italiano que al progresar, edifica  al poco tiempo el hermoso edificio sobre la calle principal Berón de Astrada al 800, donde instala la Confitería “La Central”, en la que se se pasaban “cintas” mudas. Luego allí estuvo Fernando Cigliutti con “La Perla”. Por los fondos se comunicaban el Hotel Londres y La Central. A mediados de los años ’20 el hotel pasa a denominarse “Colón”, con el vasco José Irigoyen y su esposa a su frente. En febrero del 25 adquiere ambos negocios Antonio Bobbio. José Irigoyen entonces abre la confitería y restaurant “La Pajarilla”.
Más acá en el tiempo - Tuve la satisfacción de ser su Secretario de Redacción de muy joven en los años 60 y 70. Estaban al frente los hermanos Grebe, Raúl Director y Hugo Administrador. Tuve la suerte y la libertad de encontrar todo el camino para hacer una transformación. Parecía una Revista con tantas fotografías cuyos “clisé” los encargaba en Concordia y en mi auto los buscaba semanalmente e insertaba las imágenes de las chicas que cumplían 15 años, de los jugadores de fútbol y basquetbol que se miraban y no podían creer, duplicamos la tirada y las carrozas en Primavera y las comparsas en carnaval eran las principales figuras del pueblo. 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Últimas noticias

PUBLICIDAD