Las familias que habían ocupado hace cinco meses de manera irregular un ex basural del barrio Quilmes, finalmente desistieron de permanecer en ese predio situado sobre calle Hernandarias al 3000, detrás de las viviendas del Patono.
Fue en la madrugada del viernes 21 de enero pasado cuando unas 20 familias, en su mayoría mujeres con muchos hijos, avanzaron sobre esos terrenos, situados a escasos metros de la ribera del Paraná.
La consigna desde un primer momento fue dejar sus hogares que están sobre el río por los peligros que acarrea la presencia de víboras y todo tipo de alimañas.
Por este motivo habían observado el terreno de la calle Hernandarias donde colocaron algunas precarias carpas con el objetivo de instalarse. La Policía en un primer momento buscó negociar con ellas, pero fue en vano.
Parecían firmes en sus determinaciones, sin embargo, con el correr de los días desistieron de todo y en la actualidad el espacio quedó sin carpas. Llama la atención que aun así los dueños no hayan tomado la determinación de cercar los terrenos, linderos con las viviendas.