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Por Bernardo Stamateas
Colaboración Especial
En una pareja donde existe la posesión, esta puede tener tres modalidades. A saber:
1. La persona posesiva que vive controlando al otro.
2. La persona posesiva que manipula y se coloca en el rol de víctima.
3. La persona posesiva que cela todo el tiempo por temor a perder al otro.
En este estilo de pareja donde tiene lugar el control, sus integrantes, en lugar de comunicarse de manera sana, se interrogan mutuamente e indagan en la vida del otro, en un intento por detectar alguna mentira. También se revisan los bolsillos, los teléfonos celulares, las computadoras, las agendas y todo aquello que pueda revelar la pista de una traición.
Quienes se encuentran en una relación así se acosan permanentemente, no existe el compañerismo sino que se convierte uno en juez del otro. El fin que se esconde detrás del deseo de posesión es el de hacer del otro un hombre o una mujer dependiente, temeroso, al punto de llegar a perder su propia identidad.
Cuestión de inseguridad
¿Cuál es la raíz de una persona controladora? La inseguridad.
Por lo general, se trata de una persona que ve al otro como un objeto, como una extensión suya, no como un ser humano. Para aquel que necesita controlar, el otro no piensa ni siente, por eso intenta dominarlo y retenerlo.
Alguien controlador siempre justificará su control, es más, jamás admitirá que intenta poseer al otro pero su pensamiento (inconsciente) es: “La libertad del otro es una amenaza para mi vida”. Su inseguridad le habla y le dice: “Si lo dejás en libertad, se relacionará con otros y te abandonará”.
Señales
El control suele aparecer en el noviazgo pero la mujer, sobre todo, lo interpreta como amor. Ella piensa: “Me ama tanto que me cuida todo el tiempo”, cuando en realidad no es amor, sino dominio. También inconscientemente ella cree que, para ser amada y apoyada, necesita ser poseída. Por eso, lo permite. Con el tiempo, cuando ya el control es evidente y asfixiante, su pensamiento será: “Si él me retira su apoyo, o me pide que me vaya de casa, ¿dónde voy a vivir?”. Y así el otro adquiere el derecho de controlar su vida.
Estrategias
Es fundamental reconocer las estrategias y las herramientas que utiliza una persona controladora para evitar que nos cause daño. Sus armas principales son:
*imponer
*coartar
*obligar
*impedir
*bloquear
*descalificar
*menospreciar
*avergonzar o humillar.
Un amor feliz
Acceder al control de otro significa renunciar a la propia libertad e independencia. La mayoría de las personas en algún momento de sus vidas fueron controladas por sus padres, parejas, suegros, jefes, hijos, etc. ¿Por qué acepta alguien el control sobre su vida? Porque todos los seres humanos anhelamos y buscamos la aprobación de los demás, comenzando por mamá y papá. En una relación tóxica, se espera el “sí” del controlador que nunca nos dará.
Si te encontrás en una relación de pareja posesiva, ya sea que controles o seas controlado, tal vez necesites ayuda profesional para sanar la raíz que te condujo a ese lugar. No te resignes a ello, naciste para ser libre y merecés un amor que te permita ser feliz.