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Destellos de voces: pollona azul

Tiene los dedos largos, camina sobre los juncos, en su andar se abre los ojos y la voz de esta ave. En una charla íntima con Marta Toledo abordamos canciones, vida, pulsiones, voces.

Por Paulo Ferreyra

Abel Fleita

Especial para El Litoral

De unos 28 centímetros de tamaño y de hábitos solitarios, el nombre científico de la pollona azul es Porphyrio martinica. El área de distribución de esta especie habitante de ambientes acuáticos, perteneciente a la familia rallidae, se extiende desde el sureste de Estados Unidos hasta el centro norte de Argentina. 

Sin embargo, a escala local, la especie no es abundante. La observación de una pollona azul siempre será recordada, un poco por sus llamativas caminatas sobre los juncos, o por sus colores, basados en especial en su dorsal azul purpúreo, verdoso. Sus patas fuertes y amarillas, su pico amarillo y rojo. También es destacable su escudete celeste de la frente y las plumas blancas y escondidas de la cola. 

La pollona azul es omnívora, ya que se alimenta de pequeños invertebrados, insectos, algas o pequeños frutos existentes en su hábitat. Si bien realizan vuelos y nados, son más caminantes y ocultas. Aun cuando no se observe con demasiada atención, en los ambientes acuáticos y humedales de la región las pollonas forman parte de la cotidianeidad. Por ello no dejaremos de nombrar a la habitual pollona negra y a partir de ella recordaremos a otras tres a tener en cuenta: la pollona azul, de quien hoy nos ocupamos, la pollona pintada y la pollona celeste, esta última un poco difícil de verla. 

La voz es libre, seduce, emociona. La naturaleza en todo tiempo nos emociona. Marta Toledo camina y si en el cielo se alza la luna, ella se detiene. La actitud se repite ante un árbol, una planta, las nubes, un atardecer, el bosque al costado de la ruta. “Hoy es caro vivir en torno a la naturaleza. A menos que estés fuera del sistema. Sin embargo, nos queda disfrutar de los pequeños destellos que nos rodean”, desliza. 

El regreso 

Era la última tarde del año, el último ocaso, el último mate, los últimos mensajes, las últimas luces, la hora del regreso grupal. Las vocalizaciones de los ipacaá son características desde el agua, acompañados de los circundantes árboles de curupí. 

De izquierda a derecha observábamos, barríamos con la mirada, buscando movimientos o quietudes. Allí estaba, solo descubierta por su debilidad, por unas frutas de enredadera que la mantuvieron por un rato frente a nosotros y al sol. La pollona azul nos observaba, evaluaba si era conveniente seguir en el lugar o continuar. Así pasamos minutos, quietos. 

Las imágenes de esta página dan cuenta del encuentro, del sol cayendo en sus colores imborrables. El fondo azul del agua hacía del telón que cerraría el último día del año. Luego el ave partió, y verla alejarse caminando entre los peguajó y los juncos era una nueva despedida.  

Ríos y oficios 

La cantante saladeña Marta Toledo actualmente lleva su voz a dos proyectos importantes, uno junto a Mauro Bonamino Grupo y otro con Carlos Maciel. Desde muy joven, interpretando “Brasero de mi tierra” hasta los temas que hace hoy como “Jandadero”, “Taipero Poriahú”, por nombrar algunos, el río y los oficios están presentes. Cuenta que es inconsciente su elección, no busca precipitadamente estas letras sino tal vez ellas, la melodía o la poesía la busquen para seguir floreciendo. 

Hay ejemplos más claros donde la realidad golpea más de cerca y ahí está el cancionero para fundirse en un solo acto artístico. Cuando eligió para cantar “El cielo del albañil” estaba viviendo fuera de Corrientes, alrededor había muchas construcciones. Entre ellas había una que estaba al fondo del patio de su casa donde un albañil cantaba guaranias. “Eso era algo muy fuerte. Era una voz dulce. Nunca pude ponerle rostro a esa voz porque cuando miraba al edificio eran muchos los albañiles”, cuenta. 

Todos son trabajadores, el jangadero, el albañil, taipero, el músico. “Así como queremos que nuestros trabajos sean valorados, es bueno poner de una manera poética cuestiones sociales. La poesía tiene la capacidad de decir muchas cosas. Hay un trasfondo político y social en muchas canciones. Necesito expresar las cosas que suceden alrededor desde nuestro lugar, la canción”, explica. 

Generadores de opinión

El ave que hoy nos ocupa puede ser observada en los ambientes acuáticos y humedales de la región. Las pollonas forman parte de esa cotidianeidad. Sin embargo, se distinguen sus colores, sus características propias. En el abanico musical de la región los artistas también se alzan y distinguen por sus características propias, por sus atributos. El poeta Franco Rivero dirá más claramente: “La emoción es la posibilidad de ser singular”. 

Los músicos, los artistas, desde su actividad ponen un espejo para ver la realidad. “Si nos quejamos de que los cachet son bajos pero no criticamos al sistema, estamos en un contrasentido, ¿qué vamos a hacer? ¿Vamos a cortar una calle? No. Nosotros como artistas lo que podemos es decir algo desde la canción, esa es nuestra herramienta. Somos generadores de opinión en mayor o menor medida desde el arte”, afirma Marta Toledo. 

En la charla reflexiona sobre la falta de unidad entre los músicos, hombres y mujeres divididos, sin poder unificar criterios y sostener posturas en favor de todos. Mientras siga existiendo esta división, la situación del arte será compleja. “Me parece que nosotros tenemos que trabajar por nuestro arte. Somos los únicos que podemos plantarnos adelante y decir cuánto vale nuestro trabajo”, expresa segura, altiva, convencida. 

Claro, nadie le dice a un médico, a un arquitecto, a un ingeniero, cuánto debe cobrar por su trabajo. El músico también estudia, horas incontables, además tiene que tener recursos para afinar instrumentos, mantener instrumentos, pagar el seguro, viajar, comer, pagar el teléfono, la vivienda, la luz, el agua; la inversión es constante. Por ello Marta se encolumna tras la ola de músicos que no aceptan tocar a cualquier precio. “Cuando una entrada sale más barata que una cerveza, estamos en problemas”, subraya.

La música, el arte, para ella no es un hobby, un pasatiempo, hace música profesional como tantas y tantos músicos de la provincia, la región y el país. “La belleza de la música me impulsa. Encuentro algo nuevo y lo disfruto, gozo. Esa intimidad es una brújula, me hace feliz”. 

Ojos y voz 

La pollona azul, caminando sobre los juncos, se destaca por sus colores, basados en especial en su dorsal azul purpúreo, verdoso. El color del pico. Jeanne estaba como alumna haciendo un boceto de su profesor de dibujo. Al concluir la clase, Amedeo Modigliani la espera y observa su carpeta de trabajos. Antes de la entrevista escuchamos música, vemos videos y buscamos asir palabras para describir la voz de un ave, también la voz de Marta Toledo. “Adoro la lluvia. Dice cosas”, desliza Modigliani. Propone pintarla, retratarla, dibujar sus ojos. Finalmente ella acepta y entra al taller. Cuando termina, su mirada queda perpleja. Su rostro está pintado sin ojos. Le pregunta a Modigliani: “¿y mis ojos?”. “Cuando conozca tu alma podré pintarlos”.  Aquí seguimos buscando palabras para describir la voz de la cantante, del ave, los ojos de Jeanne. 

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