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El monstruo del lago Ness: ¿verdad o mentira?

Es quizás el monstruo más famoso del planeta. De él se ha hablado en todo el mundo. Pero aunque son muchas las personas que juran haberlo visto, la duda sobre su existencia sigue flotando en las negras aguas del famoso lago Ness de Escocia. Investigadores de todas partes han realizado expediciones para aclarar su existencia.

Por El Litoral

Domingo, 15 de agosto de 2021 a las 01:47
Presencia. Foto tomada en la superficie el lago Ness de un raro animal.
Imponente. El lago Ness, lugar donde habitaría el legendario monstruo.

Por Francisco Villagrán
[email protected]
Especial para El Litoral

Se lo conoce como el monstruo del lago Ness o simplemente Nessie, pero para conocer su historia, comencemos por el principio. Loch es una palabra escocesa que significa “lago”. Pero el Loch Ness no se parece a ningún lago del mundo. Tiene 43 kilómetros de largo y solo un poco más de kilómetro y medio de ancho. Es muy profundo y en ciertos puntos el fondo del lago se encuentra a casi 270 metros de profundidad. Tiene muy pocas playas y algunos de sus picos laterales tienen más de cien metros de altura. Sus aguas son heladas y oscuras. Bajo la superficie un buzo apenas puede distinguir lo que hay a dos metros de distancia usando un poderoso reflector. Tiene corrientes muy fuertes que hacen peligroso nadar en sus aguas y mucha gente se ha ahogado metiéndose allí. Sus cuerpos nunca fueron hallados. Las extrañas tormentas que aparecen cada tanto, son repentinas e inesperadas, haciendo que incluso navegar en el lago en una lancha pueda ser peligroso.
Hace miles de años, se cree que el lago daba directamente al mar, pero hubo grandes movimientos telúricos en la región y el lago quedó separado del océano. Hoy en día la única conexión entre el lago y el mar es el pequeño río Ness. El lago se encuentra ubicado al norte de Escocia, llamada “región de tierras altas” y siempre fue habitada por pueblos salvajes y belicosos. El folklore regional está plagado de relatos de monstruos, fantasmas y demonios y según los antiguos escoceses, cada lago tenía uno o dos monstruos. Pero la historia del monstruo del Lago Ness en especial comenzó a escribirse hace unos 1.500 años. Mucho más acá en el tiempo, en 1880, un buzo llamado Duncan McDonald recibió el encargo de explorar un barco hundido en el extremo occidental del lago. A los pocos minutos de alcanzar los restos, hizo frenéticas señales para que lo suban a la superficie. Los testigos dijeron que el buzo salió del agua temblando y asegurando que había visto un inmenso animal sobre una roca. “Era una bestia enorme, de muy extraño aspecto, como una enorme rana”, relató el buzo.
A comienzos de la década del 30 se inició la construcción de una carretera a lo largo de la costa norte del lago Ness. Hubo que desmontar árboles, sacar malezas y dinamitar la roca, esta última operación hizo que grandes cantidades de piedras cayeran al lago. Toda esta conmoción habría obligado a unos gigantescos animales, semejantes a serpientes colosales, que hasta entonces vivían pacíficamente en las profundidades, a emerger cada tanto a la superficie sembrando el pánico entre los horrorizados testigos que contribuyeron a difundir la noticia del monstruo del lago. Existen fotos e incluso filmaciones que registran la presencia de estas extrañas criaturas. Lamentablemente las tomas fueron hechas desde considerable distancia y en condiciones atmosféricas adversas, lo que no permitió que se vieran nítidas las imágenes.

Los comienzos
En 1966 se inició un programa de investigaciones sistemáticas a cargo de comisiones internacionales altamente especializadas. Aún hasta la fecha siguen las investigaciones esporádicas, con la ayuda de sonares ultrasensibles y aparatos de fotografía submarina y cámaras filmadoras de largo alcance. Pero ni aún con todos los elementos mencionados, se logró captar testimonios contundentes de la presencia de esta extraña criatura. Sea como fuere, se detectó que algo se mueve en la profundidad de las aguas del lago y ese algo es de grandes dimensiones y sin  duda posee vida y movimientos propios.
En los años 1968, 69 y 70 se lograron significativos resultados con el sonar, el cual registró en repetidas ocasiones grandes masas que se desplazaban por el fondo del lago. Sin ir más lejos, en el año 1989 un grupo de científicos de la Academia de Ciencias Aplicadas de Boston instaló un sonar a orillas del lago. A los pocos días de estar instalado, el aparato registró en el ecograma, grandes curvas correspondientes al sonido de un objeto que nadaba cerca del lecho del lago y que los expertos dictaminaron que debía pertenecer a una criatura viviente de unos 9 a 12 metros de largo aproximadamente. Las figuras siguieron siendo detectadas unos días más, pero después dejaron de ser detectadas y desaparecieron.
La zona del lago Ness era muy raramente visitada antes de que trascendiera la historia del monstruo del lago Ness, pero luego se incrementó el caudal de visitantes en toda la zona. Mas después de que se diera a conocer la historia de un matrimonio al año siguiente. Más precisamente en el mes de abril, cuando John Mackay y su señora, viajaban por la orilla de esta carretera, bordeando el lago Ness, cuando observaron una alteración en la superficie de las aguas. Al principio pensaron que era un grupo de patos en el agua, pero pronto el chapoteo fue reemplazado por una gran estela, que sin duda era hecha por algo que se movía rápidamente bajo el agua. Cuando la estela estuvo a unos 300 metros de donde estaba el matrimonio, aparecieron dos grandes jorobas que se movían rápidamente en la superficie. Fascinados por este inusual espectáculo, los Mackay bajaron de su auto y pudieron contemplar a un enorme animal zambulléndose en las oscuras aguas del lago, dejando una larga estela que pronto desapareció.
La teoría más aceptada para explicar la presencia de este extraño ser, es que se trataría de un animal antediluviano, un plesiosaurio, o quizás una familia de ellos, que habría sobrevivido quizás hace miles de años en la parte interna del lago, saliendo cada tanto a la superficie del lago. De cualquier manera, este enigma forma parte de los grandes misterios de nuestro mundo que aún no tienen una explicación satisfactoria.

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