Por Ricardo Leconte
Especial para El Litoral
El libro del expresidente Mauricio Macri titulado Para qué, contiene interesantes reflexiones sobre liderazgo, gestión de gobierno, valores y experiencias, que son de evidente utilidad para jóvenes, políticos, emprendedores y ciudadanos responsables e interesados por los problemas de nuestro tiempo.
Por ello, transcribo los siguientes conceptos fundamentales:
P. 17 A los 15 años me dijeron una frase que me quedó grabada: “Va a llegar un momento en tu vida en que vas a tener que elegir: o ser o tener”. Pensé hacer cosas que ayudaran a la gente a vivir mejor. Pensé en algo que no tenía nombre para mí y que luego supe que se llamaba vocación de servicio. Yo que había recibido todo, pensé que si lograba salir con vida —de mi secuestro en un pozo— habría llegado el momento de comenzar a dar. Había encontrado mi propio “para qué”.
P. 22 Me hicieron aprender una lección que me acompaña hasta el presente: solo persistiendo lo suficiente se alcanzan los objetivos.
P. 23 La formación que recibíamos en el colegio estaba orientada hacia una idea recurrente: el conjunto está siempre por encima de las individualidades. El rugby me enseñó la importancia del funcionamiento en equipo.
P. 27 Sideco. Cuando entre a manejar la empresa un gerente me dijo “¿Por qué querés ir tanto a Sideco? ¿No te das cuenta que está fundida?”. Recuerdo mi respuesta: “Mirá, a lo mejor no la saco. Ojalá que sí. Pero si me llego a fundir, habré aprendido un montón”.
P. 28 Mi padre: Era audaz y al mismo tiempo autoritario. Pero su carisma exuberante estaba por encima de cualquier análisis de su condiciones como líder.
P. 29 Desde el primer momento supe que la comparación entre padre e hijo sería inevitable. No fue la primera vez en la vida en que la sombra de mi padre fue un peso difícil de sobrellevar. Lo supe desde muy joven. Como todos los hijos, para poder ser uno mismo es imprescindible construir una identidad propia.
P. 30 Cambié obras por servicios. La construcción de la Autopista del Sur.
P. 31 La distribuidora de gas en Córdoba y Cuyo fue otro caso de éxito. Desarrollamos también una concesionaria de rutas y una de agua en Corrientes, entre otras.
P. 33 Primeras Lecciones. Se trata de la ejemplaridad. No hay liderazgo posible si no hay coherencia entre los valores que se proclaman y la conducta personal.
P. 34 La cultura del trabajo fue una de los mejores legados de mi padre.
P. 37 Mi propio camino hacia el liderazgo me llevó a desarrollar una mirada de psicólogo hacia las personas.
Aprendí a buscar y a reconocer en mis colaboradores el potencial que tenían por delante en su desarrollo profesional … Desde siempre he preferido liderar a quienes cuentan con motor interior propio.
Aún en la situación en la que alguien, por exceso de acción, pueda
poner en peligro un proyecto, aprendí que siempre es posible conversar. Durante toda mi vida me resultó mejor rodearme de personalidades inquietas y desafiantes que trabajar con personas que carecen de iniciativa o que temen en exceso los riesgos de sus decisiones. La dinámica tiene para mí un valor que está por encima de la perfección absoluta, la cual como sabemos, es por naturaleza inalcanzable. En tiempos veloces como los que vivimos, las organizaciones deben tener una vocación permanente por el cambio. Esto hace que resulte imprescindible empoderar a las personas para que pierdan sus miedos a avanzar con las reformas.
Las empresas valoran la actitud emprendedora por encima de cualquier otra cualidad. Este tipo de liderazgo menos vertical y más orientado a la autonomía se ha convertido hoy en un arquetipo.
P. 38 El mejor modo de resolver conflictos entre personas es compartir tiempo fuera del trabajo. Espacios de juego y diversión en los que se puede salir del entorno laboral para construir vínculos más sólidos y resistentes reducir la disparidad y eliminar prejuicios.
Los equipos necesitan desarrollar muchísimo los vínculos personales.. Si no lo hacemos no hay éxito posible. El objetivo de un líder es lograr siempre que los que lo rodean puedan dar lo mejor de sí mismos.
P. 39 Si en el pasado era necesario adaptarse a los moldes con el tiempo se volvió necesario romperlos y desafiarlos. La propia noción de liderazgo se modificó y dio paso a modelos más innovadores y rupturistas.
P. 40 Como había sucedido en un primer momento con la ejemplaridad, de inmediato incorporé otro concepto básico: el respeto. Para liderar el respeto por el otro es un elemento central.
Liderar es siempre dar. El primer error de un líder en la iniciación de su carrera es carecer de la capacidad de delegación.
P. 41 Siempre busqué y disfruté la conversación con los que no están en los directorios pero están más cerca del día a día de cualquier actividad. El cambio crece siempre de abajo hacia arriba. Siempre están primero las personas.
P. 42 Después de mi secuestro, después de mi experiencia en Sideco y mi paso por Sevel, sentí que estaba preparado para cumplir una nueva meta. Pero había un problema. Para alcanzarla tenía que dar un paso decisivo: independizarme de mi padre.
P. 43 Tenía dos sueños. El primero ya lo conté: ser el mejor nueve de la historia de Boca... Pero tenía otro sueño en paralelo: ser presidente de Boca.
P. 45 Antonio Alegre, presidente de Boca, era una buena persona.
Junto a Carlos Heller conducían Boca mediante una extraña alianza ideológica entre un caudillo conservador y un banquero comunista.
P. 48 El liderazgo comienza siempre con una primera tarea: tener un sueño. El soñador no necesita de los demás y no tiene el compromiso de hacer realidad su sueño. El líder sí.
P. 49 Necesitaba que mi proyecta fuera disruptivo. Quería dejar en claro que mi presidencia en Boca no sería más de lo mismo.
P. 50 La carga negativa del resentimiento y la subestimación me enseñó a permanecer en mi eje siempre.
Continuará