El gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, participó de la reunión de los mandatarios con los dos ministros que Javier Milei eligió para reencauzar las relaciones con las provincias y avanzar en el Pacto de Mayo, diez reformas estructurales que promueve el gobierno nacional, entre los que se destaca la coparticipación, los cambios en normas laborales, etc.
La primera reunión por el Pacto de Mayo comenzó a las 15.15 en la Casa Rosada y terminó pasadas las 18.30. El encuentro fue presidido por el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el ministro del Interior, Guillermo Francos. En la delegación de las provincias hubo asistencia perfecta, entre los gobernadores y los vicegobernadores que se presentaron al inicio del encuentro. El Gobierno ofrecerá una conferencia de prensa para dar a conocer el resultado de la cumbre.
Según afirmaron el porteño Jorge Macri y el chubutense Ignacio Torres al cabo del encuentro, el Gobierno propuso reflotar la Ley Bases y restituir la cuarta categoría del impuesto a las Ganancias, pero un grupo de gobernadores se opuso a esta segunda posibilidad. En tanto, acordaron armar dos comisiones: una para identificar los pedidos de las provincias y una segunda para establecer los proyectos que la Casa Rosada enviará al Congreso.
Entre los primeros gobernadores en ingresar por la explanada de la Casa Rosada se destacaron el bonaerense Axel Kicillof, que tomó la palabra; el sanjuanino Marcelo Orrego, el puntano Claudio Poggi y la vicegobernadora de Santa Fe, Gisela Scaglia, en representación de Maximiliano Pullaro, quien no viajó a Buenos Aires por la crisis de seguridad en Rosario.
Según pudo saber LA NACION, los gobernadores peronistas se reunieron antes para acordar el discurso frente a los funcionarios de Javier Milei, que en principio no participará de la cumbre. En ese encuentro previo, los mandatarios de Unión por la Patria (UP) convinieron “reclamar las deudas de las provincias, no avalar la restitución de Ganancias y sugerir un impuesto a los grandes ingresos”.
El encuentro comenzó con la presencia de los gobernadores y los vicegobernadores de La Rioja, Santa Fe, Formosa y Mendoza. “Estamos seguros que vamos a arribar a buen puerto”, destacó la santafesina Scaglia en la antesala del salón Eva Perón. “Cada uno de los gobernadores tiene que defender su propia producción y recursos”, señaló la vicegobernadora que habló de “terrorismo narco” al referirse a la situación en Rosario y reclamar refuerzos por parte de Nación.
El Gobierno pretende con los gobernadores un intercambio sencillo: acordar un paquete de fondos para las provincias a cambio de apoyos políticos para reimpulsar la ley Bases. Si bien en la Casa Rosada dicen que Milei quiere resucitar la ley ómnibus “completa” (con sus más de 600 artículos originales) lo cierto es que la intención del gobierno libertario es hacer pasar el corazón económico del proyecto.
Es decir, los capítulos vinculados a las facultades delegadas al Poder Ejecutivo, las privatizaciones, la reorganización administrativa del Estado, las desregulaciones económicas y la reforma en hidrocarburos y el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI).
A ese paquete, la gestión de Milei quiere sumarle una nueva fórmula jubilatoria, que implicaría una actualización por inflación desde la sanción de la ley (es decir que no contemplaría la licuación de los haberes de los últimos dos meses). El Gobierno también quiere introducir el capítulo de la reforma laboral que estaba en el DNU y fue frenado por la justicia a partir de un planteo de la CGT. El objetivo es neutralizar los frenos que encontró el decreto de necesidad y urgencia mediante la sanción del capítulo del trabajo vía ley.
El objetivo principal del Gobierno es aprobar sin dilaciones, sobre todo, las privatizaciones y las facultades extraordinarias para el Ejecutivo. Desde las 15, escuchaban los reclamos de los distritos y les planteaban propuestas -principalmente fondos a través de un nuevo pacto fiscal- a cambio de apoyo a la ley Ómnibus reversionada.
El encuentro comenzó con la presencia de los gobernadores y los vicegobernadores de La Rioja, Santa Fe, Formosa y Mendoza. “Estamos seguros que vamos a arribar a buen puerto”, destacó la santafesina Scaglia en la antesala del salón Eva Perón. “Cada uno de los gobernadores tiene que defender su propia producción y recursos”, señaló la vicegobernadora que habló de “terrorismo narco” al referirse a la situación en Rosario y reclamar refuerzos por parte de Nación.
El Gobierno pretende con los gobernadores un intercambio sencillo: acordar un paquete de fondos para las provincias a cambio de apoyos políticos para reimpulsar la ley Bases. Si bien en la Casa Rosada dicen que Milei quiere resucitar la ley ómnibus “completa” (con sus más de 600 artículos originales) lo cierto es que la intención del gobierno libertario es hacer pasar el corazón económico del proyecto.
Es decir, los capítulos vinculados a las facultades delegadas al Poder Ejecutivo, las privatizaciones, la reorganización administrativa del Estado, las desregulaciones económicas y la reforma en hidrocarburos y el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI).
A ese paquete, la gestión de Milei quiere sumarle una nueva fórmula jubilatoria, que implicaría una actualización por inflación desde la sanción de la ley (es decir que no contemplaría la licuación de los haberes de los últimos dos meses). El Gobierno también quiere introducir el capítulo de la reforma laboral que estaba en el DNU y fue frenado por la justicia a partir de un planteo de la CGT. El objetivo es neutralizar los frenos que encontró el decreto de necesidad y urgencia mediante la sanción del capítulo del trabajo vía ley.