Quiyoc, una joven yaguareté de dos años, fue liberada en el Parque Nacional El Impenetrable, en Chaco, como parte de un ambicioso proyecto de recuperación de esta especie emblemática, liderado por Fundación Rewilding Argentina, la Provincia del Chaco y la Administración de Parques Nacionales.
La liberación marca un nuevo hito en la restauración del yaguareté en el Gran Chaco argentino, una región donde el felino se consideraba prácticamente extinto. Antes de estas acciones, durante 35 años no se había registrado ninguna hembra en la zona, y sólo se había confirmado la presencia de unos pocos machos.
Quiyoc, cuyo nombre significa “yaguareté” en lengua qom, nació en semicautiverio, hija de Tania, una hembra en cautiverio, y Qaramta, un macho silvestre. “Fue concebida gracias a una inédita acción de manejo activo”, explicó Débora Abregú, Coordinadora de Conservación en el Proyecto Impenetrable de Rewilding Argentina. Qaramta fue introducido por unos días en el corral de Tania, lo que permitió el cruce y posterior retorno del macho a la vida silvestre.
El proyecto no sólo apunta a salvar a una especie en peligro crítico, sino también a restaurar el equilibrio del ecosistema y fortalecer el desarrollo económico local a través del turismo de naturaleza. El Parque Nacional El Impenetrable, que abarca 128 mil hectáreas —seis veces la superficie de la Ciudad de Buenos Aires—, se consolida así como un bastión para el regreso del gran depredador tope de Sudamérica.
Una recuperación histórica
La importancia de liberar hembras radica en que son esenciales para que la especie pueda reproducirse y establecer una población estable. “Estamos reconstruyendo la cuarta población reproductiva de yaguaretés en Argentina, algo único en el mundo”, destacó Sebastián Di Martino, director de conservación de Fundación Rewilding Argentina.
Actualmente, siete ejemplares libres (cuatro hembras y tres machos) están siendo monitoreados mediante collares satelitales en la región. Las hembras, Keraná, Nalá, Miní y ahora Quiyoc, fueron liberadas en el último año, mientras que los machos silvestres Qaramta, Tewuk y Tañhi Wuk llegaron por sus propios medios desde otras zonas. El río Bermejo actúa como corredor natural, facilitando el movimiento y encuentro entre estos ejemplares.
Un impacto que trasciende lo ambiental
La reintroducción del yaguareté promete beneficios más allá de la conservación. Su regreso estabiliza el ecosistema, regula poblaciones de presas y promueve un bosque más saludable. Además, potencia el turismo de observación de fauna. En lugares como el Pantanal brasileño, la sola presencia del yaguareté genera ingresos millonarios.
En este sentido, la vicegobernadora de Chaco, Silvana Schneider, expresó con emoción la importancia del proyecto para la región.“Quiyoc representa esperanza, no sólo para la biodiversidad, sino también para el desarrollo local”.
El Gobierno del Chaco, junto con Parques Nacionales y Rewilding Argentina, impulsa la construcción de infraestructura turística y la capacitación de comunidades vecinas. Artesanías, servicios de guiado y alojamiento sustentable comienzan a diversificar la economía local con una mirada restaurativa.
Un proyecto con historia y futuro
Todo comenzó en 2019 con el hallazgo de una huella en El Impenetrable, que luego fue confirmada mediante cámaras trampa: un yaguareté silvestre había vuelto a pisar el Chaco argentino. Desde entonces, el proyecto fue creciendo, combinando ciencia, manejo de fauna y colaboración interinstitucional.
La historia de Quiyoc, nacida de un cruce inédito entre cautiverio y vida silvestre, es símbolo de lo que puede lograrse con voluntad, innovación y compromiso.
La misión continúa. Las instituciones involucradas ya planifican nuevas liberaciones hasta lograr una población autosostenible. Con cada ejemplar que pisa libre el monte, el futuro del yaguareté, y del ecosistema chaqueño se fortalece.
