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Contame una historia (Tango de Eladia Blázquez)

Por El Litoral

Martes, 23 de agosto de 2016 a las 01:00

No sin razón, “Gabo”, Gabriel García Márquez, siempre repetía: “Yo, lo único que he querido hacer en mi vida, y lo único que he hecho más o menos bien, es contar historias”. Es una necesidad urgente. Un torrente de acontecimientos que tuvieron lugar alguna vez, rescatados memoriosamente, pasados al papel, y repetidos tantas veces como personas lo han leído. No hay cosa más hermosa, que poder contar, para quienes han sabido contenerlas celosamente, porque en definitiva son experiencias que enseñan y persuaden.
Lamentablemente no soy “Gabo”, pero la afición por estar en medios de muchas maneras me ha redituado el placer de desempolvarlas, y ser lo más fiel posible. He podido conocer y conversar con muchísimas personas, políticos algunos, músicos en gran abundancia, poetas, hombres y mujeres comunes pero tan llenos de vivencias que me han servido. Por ejemplo, departir amigablemente con ese cantorazo de voz profunda, registro barítono, Jorge Sobral, el mismo que cantara con Piazzolla, más que nada solista. Me contó cuando, Astor lo invitó a cantar para el Festival de la Canción Buenos Aires que se hacía en el Luna Park, para canciones inéditas como se hace en San Remo, Italia. Tuvo que decirle que no, porque ya le habían hablado para cantar, “Hasta el último tren”, de Julio Ahumada y José Camilloni. Por supuesto, para bronca de Astor que era temperamental pero muy talentoso, ganó el tema cantado por Jorge Sobral, mientras que "Balada para un loco, cantada por Amelita Baltar, salió segundo. Eso no impidió que siguiera siendo amigo de Piazzolla.O, cuando, tuve la oportunidad de cubrir la llegada del “Barco de la cultura” que, saliendo de Buenos Aires por el río Paraná, tocaba Rosario, Santa Fe, Corrientes y Asunción del Paraguay. Allí venía la Orquesta de Tango Juan de Dios Filiberto, con la Dirección del Maestro Osvaldo Piro y la voz de Raúl Lavié. Hablando con Piro, papá de Ligia Piro, ex-esposo de la cantante y actriz Susana Rinaldi, le dije que Troilo fue certero en sus arreglos que le aseguraron vigencia, al ser tradicional pero evolucionado a la vez, es decir “miti y miti” y le puse de ejemplo a Duke Ellington con el jazz, que hacía los mismo mitad ortodoxia, mitad moderno. No solo me dio su asentimiento, sino que me demostró ser un especialista también en ese género, de allí su hija, Ligia, ha comentado alguna vez que su inclinación por el jazz, se debe a los discos que abarrotaban la discoteca de su papá, que cuando chica los escuchaba, recreando los grandes de la música swing.
O, cuando en Radio Mitre de Buenos Aires, me encuentro con Fanny Mandelbaum, enviada de Telefé, la misma que cubrió lo de María Soledad en Catamarca, y que compartimos la “Plaza de la Dignidad”, ella para Telefé y yo para Canal 13 de Corrientes, cobertura que la recuerdo. Entonces me preguntó si en qué había quedado todo, le respondí que las cosas por acá siempre quedan así nomás, se disuelven en el olvido. Ella, me respondió, no te preocupes, yo he recorrido todo el país haciendo notas, y siempre ha sido lo mismo, a quienes defenestramos hoy mañana los vivamos, y viceversa, los “héroes” de hoy son los parias de mañana. Lo paradójico de un país que siempre cae en los mismos errores de cálculo. Entre tantos, Pepe Eliaschev, el periodista, también ha sido una experiencia feliz, café de por medio hablamos de todo, y concluimos cuando le pregunté cómo hace para poseer una excelente nómina de entrevistados, muy calificados. Me dijo que confiaba mucho en su intuición, pero más que nada por supuesto en la calidad de personas y su proyección ética. Con quienes es posible desarrollar temas diversos y siempre obtener certezas. Pero, los que me dan verdaderas historias, son las personas cotidianas, con sus dramas, necesidades, como las mujeres, jóvenes madres a veces de Barrios de Pie, por ejemplo. Cada uno con una historia que luego me permito contarlas o no. Como Alberto Hassam, líder original del Opus Cuatro, el gran grupo vocal argentino, cuando me contó que cuando joven regresaba de sus clases de la Facultad de La Plata, su padre mientras cenaban en familia, clavaba el díal de su radio “capillita” en LR4 Radio Splendid de Buenos Aires, y no “volaba una mosca”, porque cantaba su ídola, la muy joven “Novia del Paraná”, Ramona Galarza.  Cómo no va a ser lindo escuchar historias, si con ellas nos enriquecemos.
                           

Adalberto Balduino 

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