n Jennifer Mancuso tenía la rutina de dejar a sus hijas en la guardería y alimentaba a las mellizas Aria y Asher justo antes de irse, hasta que un día le señalaron que debía hacerlo en un lugar privado.
La fotógrafa profesional, de 38 años, habitante de Ohio, se enfrentó a críticas por amamantar a sus hijas gemelas en un espacio público donde le señalaron que algunos de los niños de la guardería eran de “edad escolar” y debido a la religión de algunos padres “podría resultar inapropiado”.
En agosto del año pasado, Jennifer estaba amamantando a Aria y Asher cuando una empleada le pidió que se mudara a la sala de profesores, una sala pequeña y cuadrada sin iluminación y apenas más grande que un ropero para alimentar a sus hijas de 18 meses.
Mancuso se puso furiosa ya que le argumentaron que los niños estaban “en edad escolar” y podría ser inapropiado la que vieran.
La directora también declaró que era mejor que Jennifer no amamantara en un área pública del centro por considerar que podría ofender las creencias religiosas de otros padres.
El personal de la guardería iba y venía con Jennifer, diciéndole dónde podía y no podía amamantar.
Jennifer estuvo cerca de sacar a sus hijas del centro hasta que, después de tres semanas de disputa, recibió una disculpa de la directora.
Desde entonces, el personal de la guardería ha revisado sus políticas para asegurarse de que nunca vuelva a ocurrir la misma situación.
Jennifer ha compartido su experiencia para normalizar la lactancia materna y para que otras madres no tengan miedo.
“Pude haber obedecido e irme a un sitio oculto, pero no hay razón para creer que la lactancia es anormal o inapropiada para hacerse en público. Me ayudó que no fuera madre primeriza, así que no me intimidaron”, expuso.
Jennifer también es madre de Parker (cuatro años), y Piper (tres años), así como de tres hijastras, Adriana (13 años), Vegah (nueve años) y Copeland (7 años).