La compleja situación económica que atraviesa el país no es ajena para el sector de la ladrillería artesanal de la ciudad, donde los trabajadores de la ribera norte capitalina aguardan tanto una reactivación de la construcción como el incremento del poder adquisitivo de la ciudadanía para poder mejorar las bajas ventas que vienen registrando. Referentes de la asociación ubicada en el barrio Molina Punta señalaron que si bien la pronunciada bajante del nivel del río Paraná les permite fabricar una mayor cantidad de ladrillos, la demanda es muy baja y las inversiones que deben realizar no son recuperadas, por lo que también esperan que les otorguen créditos e incentivos para poder sostener la actividad.
Mientras las ventas se mantuvieron bajas durante el año, los ladrilleros debieron dedicarse a actividades alternativas como la albañilería o el traslado de escombros y materiales en carros.
“Es muy difícil poder vender ladrillos porque la construcción está muy frenada y la gente casi no tiene dinero para invertir en construir o ampliar sus casas. Si bien por la bajante del río podemos contar con materias primas para poder producir, las pocas ventas hacen que no podamos recuperar la inversión y que la actividad esté en una situación muy complicada”, expresó en diálogo con El Litoral el referente de la Asociación de Ladrilleros del barrio Molina Punta, Julio Avasolo. “Estamos esperando una reactivación de la economía que no solo permita que haya mayores construcciones sino también la posibilidad de que los productores de ladrillos podamos acceder a créditos o incentivos económicos para volver a producir y vender nuevamente”, añadió.
Anteriormente los ladrilleros también habían recibido una serie de capacitaciones en oficios como para que dispongan de alternativas laborales.