El próximo 15 de mayo se cumplirán 50 años del crimen de Juan José Cabral, el alumno de la facultad de Medicina abatido de un disparo por la policía. Cayó luchando, reprimido en su reclamo para que la dictadura de Juan Carlos Onganía y sus delegados en la Universidad Nacional del Nordeste reabran el comedor estudiantil.
El jueves último una iniciativa del concejal José Salinas logró el voto unánime del cuerpo deliberativo de la Capital para que se declaren de interés los homenajes que se realicen y que, al igual que cada año, tienen a sus ex compañeros como artífices para no dejar caer en el olvido ese asesinato impune.
Como impulsores de la ordenanza aprobada en el Concejo Deliberante de la Capital, los ex compañeros de lucha de Cabral, Arnaldo Gómez y Francisco “Ungué” Ferreira, destacaron la actitud institucional y dieron ímpetu al objetivo de unificar los homenajes.
Gómez y Ferreira coinciden en señalar los puntos de la historia que hacen de la muerte de Cabral un crimen del Estado que sigue sin Justicia y que la memoria popular puede poner sobre la actualidad para evitar que esa etapa oscura se repita.
No fue un hecho aislado. El 13 de mayo de 1969 una asamblea de alumnos convocada por la Coordinadora Estudiantil de Lucha en el auditorio del campus Resistencia fue interrumpida por una represión de la policía provincial.
Dos días después a este lado del río la represión se repitió. La Coordinadora Estudiantil y unas 2000 personas que salieron al mediodía de la sede de la CGT por la calle Yrigoyen se dirigían al Rectorado hasta que fueron bloqueados por una reprimenda brutal de la policía correntina. La dispersión llegó a diversos puntos del centro.
Y en la plaza Cabral, donde aún era fuerte el asedio de la fuerza, uno de una serie de disparos efectuados desde una Estanciera sobre la calle San Lorenzo dio en el estudiante libreño y aún se recuerda al centenar de heridos.